La amenaza para España que arrastra consigo el huracán Danielle tiene un nombre: transición extratropical

Finalmente se ha confirmado. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos ha confirmado que se está formando un ciclón tropical al oeste de Azores y que, en los próximos días, se convertirá en huracán. Se llamará Danielle y, aunque hay aún una gran incertidumbre en torno a la trayectoria que tomará, parece poco probable que afecte de lleno a la Península Ibérica.

¿Se acabó, entonces, el problema del huracán? Esa pregunta tiene tres posibles respuestas y solo una de ellas es sí.

Las previsiones juegan a nuestro favor. El hecho de que el ciclón tenga nombre solo puede indicar que esto va en serio. Ha dejado de ser una posibilidad y se ha materializado en el primer "huracán norteño", algo que hasta hace poco creíamos imposible de ver.

A lo largo de la mañana, los modelos iban señalando que la trayectoria del huracán tendía a irse cada vez más al norte. Eso alejaba (aunque no descartaba) el escenario de que el noroeste de la península se enfrentara a un ciclón tropical de este tipo y, en este sentido, que los modelos empiecen a coincidir en que no nos afectará directamente es un alivio. Provisional, pero un alivio al fin y al cabo.

El peligro de la transición extratropical. No obstante, como decíamos esta mañana, el impacto directo del huracán nunca ha sido el principal problema. Ahora mismo, de hecho, el mayor riesgo que atraviesa España es el de transición extratropical. Es decir, el proceso por el cual un ciclón tropical (de núcleo cálido y simétrico), se transforma en un ciclón extratropical (de núcleo frío y asimétrico). En ese proceso, el ciclón puede decaer o puede continuar desarrollándose como sistema de núcleo frío.

Es decir, como una enorme borrasca y eso, pese a ser menos llamativo, nos daría muchos problemas: su impacto en la península podría ser muy fuerte. Como hemos repetido en las últimas horas, hablamos de previsiones a muy largo plazo. No son prematuras (en el sentido de que son las que se usan de forma habitual para trabajar con huracanes), pero es cierto que este tipo de fenómenos son tan complejos y la situación es tan nueva que las incertidumbres son aún tremendas.

Todo está cambiando. Como dice la AEMET, lo más llamativo de este ciclón tropical es que "se está generando muy al norte, mucho más de lo habitual". En la imagen superior se puede apreciar esa anomalía "en comparación con otros sistemas tropicales que se están gestando en las áreas habituales". Y esto precisamente es lo que más preguntas deja en el aire. La posible aparición de estos huracanes "norteños" es algo que se ha barajado durante años, pero que no habíamos visto.

Y, aunque es algo que se necesita investigar más, todo parece indicar que el principal factor que impulsa el fenómeno es el calentamiento del Atlántico. Las imágenes satelitales son clarísimas: las aguas cercanas a Nueva Inglaterra y Terranova están muy calientes, demasiado calientes. Y eso es "pura gasolina" para el huracán; justo lo que necesita para crecer y coger fuerza.

¿Qué podemos esperar? Ahora mismo, podemos esperar casi todo. Danielle irá creciendo durante los próximos días y marcará un precedente muy problemático de cara al futuro. Es cierto que parece que la Península esquivará esta bala, pero es un aviso mayúsculo de que los cambios en las dinámicas atmosféricas del Atlántico van a traer sorpresas. Cosas que creíamos que no íbamos a ver.

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