El traductor de grafitis es la última (y genial) intervención en el mundo del arte

Un genio del bien o un genio del mal, dependiendo a quién preguntes, pero desde luego alguien que ha sabido llamar la atención en las calles de Rennes, Arles, Berlín. El artista francés Mathieu Tremblin ha ido a por los tags de los graffiteros, esos garabatos personales e intransferibles con los que marcan distintas superficies de la ciudad, y les ha dado lo que todos hemos pensado alguna vez que necesitaban: un aspecto legible para poder entender bien qué es lo que están queriendo decir.

Es decir, el trabajo de este licenciado en arte consiste en traducir todas las etiquetas o tags pintando sobre ellas, reescribiendo el graffiti en una fuente apta para la lectura humana y respetando el color de la firma. Las paredes se convierten en una suerte de Nube de Tags (así se llama su obra) de personas activas en la comunidad.

Unos gestos plásticos sencillos y divertidos que discurren sobre el tema de la legislación, la representación y la simbología prevalentes en los espacios urbanos. Una instalación artística en toda regla. A nosotros nos gusta por eso, pero también por su evidente connotación de amo del troleo a otros artistas.

Sea, fayse, aske, biclo... Todos esos nombres pasan de ser un pequeño jeroglífico a descifrar a un nombre de lo más risible y sencillo. Ellos llenan rápidamente las calles con sus autógrafos, hechos apenas en segundos mancillando las calles para siempre.

El trabajo de Tremblin, sin embargo, lleva más tiempo. Hay que traducir el nombre, buscar el tono del aerógrafo adecuado, la fuente que más le pega a cada nombre y un dedicado trabajo de reconstrucción. Ahora que vemos la pared sí hay un orden. Sí se entienden las jerarquías de los autores. La burocratización o estandarización del arte callejero es exactamente lo que un mundo artístico como el actual estaba reclamando.

Tremblin explicaba su proyecto así:

El principio de Nube de Tags es cambiar la ubicua caligrafía graffiti por unas traducciones legibles, al estilo de las nubes de palabras que pueden encontrarse en internet.Así se muestra la analogía entre un tag físico y uno virtual, tanto en forma (las composiciones de tags en un muro tienen el mismo aspecto que las nubes de tags) como en substancia (las palabras clave son marcadores de la navegación en Internet como los graffiti son marcadores de corrientes urbanas).

Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com

VER 0 Comentario

Portada de Xataka