China, decidida a liderar la producción del coche eléctrico por todos los medios: ha implantado una nueva prohibición

  • China prohíbe la exportación de tecnología para producir imanes de tierras raras

  • El país trata de ahogar la producción occidental para mantener el férreo control actual

China se ha volcado para liderar la producción del coche eléctrico y todo lo que le rodea. Cuando en Europa todavía pensábamos en mejorar ciclos de emisiones y evitar trampas con las pruebas de los coches diésel, en el país asiático tomaban unas posiciones que, ahora, están rentabilizando.

Entre las decisiones que se fueron tomando, China consiguió el control casi total de las tierras raras y su procesamiento. Según precisa East Asia Forum, se calcula que China ha logrado entre el 50 y 60% de la cuota de mercado de la minería. No es nada comparado con controlar el 80% del procesamiento de estos minerales, según informaba el año pasado el Financial Times.

Para tener una mejor fotografía general, el Servicio Geológico de Estados Unidos asegura que aproximadamente el 78% de las importaciones que llegan a su país de tierras raras tienen a China como origen. La posición es tan férrea que más del 60% de la producción mundial de baterías para coches eléctricos está bajo su control.

Todo ello ha situado a China en una posición dominante que le permite manejar a su antojo una enorme cantidad de variables y sistemas productivos imprescindibles para sacar adelante la producción de sus baterías. Su poder es tal que Estados Unidos y Europa se afanan por contrarrestarlo y aflojar, poco a poco, el cinturón que los ahoga.

Pero cuando a China le interesa, mueve la hebilla y supera un nuevo agujero. Su última decisión así lo demuestra.

La nueva prohibición china

Tal y como informa Reuters, el último paso dado por el Gobierno chino ha sido la prohibición de exportar tecnología para fabricar imanes de tierras raras. Estos imanes son imprescindibles en los motores de coches eléctricos, aunque también se utilizan en para la producción de turbinas eólicas y otros productos electrónicos.

La decisión llega en un momento clave para el control de los 17 elementos químicos. Mi compañero Carlos Prego recogía el año pasado que Estados Unidos y Europa se afanan por sacar adelante tecnologías para minar y procesar estos minerales pero, también, Reino Unido, Australia o Turquía.

“No podemos permitir que países como China usen su posición de mercado en materias primas, tecnologías o productos clave para perturbar nuestra economía o ejercer una influencia geopolítica no deseada”, alentaba entonces Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EEUU.

En respuesta al control que China ejerce, el Departamento de Defensa de Estados Unidos, está invirtiendo en nuevas técnicas de procesamiento de estas tierras raras. Según Reuters, las empresas occidentales están teniendo más problemas que China en el uso de esta tecnología como consecuencia de mayores restricciones medioambientales.

También Europa busca caminos alternativos al chino. La Unión Europea está invirtiendo en la producción de imanes con tierras raras a través de materiales reciclados, lo que limitaría el poder chino de su suministro y de su procesamiento.

La decisión, con todo, hacía tiempo que estaba sobre la mesa. Ya en abril contamos que el país asiático valoraba esta posibilidad y, así, sumarla a las restricciones actuales sobre el grafito y la exportación de tecnología para extraer y separar materiales críticos.

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Foto | Dominik Vanyi

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