Conexión SATA: qué es, para qué sirve, tipos y velocidades

Vamos a explicarte qué es y para qué sirve la conexión SATA, la cuál vas a poder encontrarte en tu placa base y en la mayoría de unidades de almacenamiento. Además, también te vamos a hablar de las diferentes versiones que hay de esta interfaz y de las velocidades que alcanza cada una de ellas.

Por resumir, podemos decir que el SATA es la actual interfaz estándar para conectar la mayoría de discos duros mecánicos de 3,5 y 2,5 pulgadas, las unidades SSD, y lectores de unidades ópticas de CD, DVD o BluRay. Es lo que conecta a estas unidades directamente a la placa base. También hay otras alternativas, como por ejemplo el estándar M.2 que ha llegado para convertirse en el sucesor del SATA, y que ya vemos en muchas unidades SSD de menor tamaño.

Qué es la conexión SATA y para qué sirve

El término SATA significa Serial Advanced Technology Attachment, que en español sería algo así como Accesorio de tecnología avanzada en serie. Además del nombre SATA, también te lo vas a poder encontrar en algunos sitios como Serial ATA o S-ATA.

Se trata de una interfaz de bus para la transferencia de datos entre la placa base y otros componentes que conectas a ella. Su uso sobre todo se dirige a conectar unidades de almacenamiento a la placa base, como pueden ser varios tipos de discos duros incluyendo modelos de SSD, o unidades de disco como BluRay o DVD.

SATA es la interfaz que sustituyó al estándar anterior, conocido como PATA (Parallel-ATA) o IDE. Como suele pasar en estos casos el SATA llegó con mayores velocidades, mejor funcionamiento con varias unidades conectadas, y la posibilidad de conectar al momento el disco duro o la unidad que sea sin tener que apagar el ordenador.

La tecnología SATA ofrece una arquitectura "de punto a punto", lo que quiere decir que ofrece una conexión física directa entre el puerto y el dispositivo. Cada uno de los dispositivos se conecta a un puerto diferente, lo que evita las interferencias del estándar PATA y el tener que configurar un dispositivo como maestro y otro como esclavo.

Todos los dispositivos utilizan la misma interfaz de conexión o conector, por lo que no hay diferentes tipos de conectores dependiendo del dispositivo que vas a utilizar. La misma ranura va a servir para conectar discos duros mecánicos de 3,5 o 2,5 pulgadas, lectores de unidades ópticas o unidades de almacenamiento sólido SSD.

Si miras a un disco duro, verás que tiene dos ranuras diferentes con las que conectarse. La pequeña es la interfaz SATA, mientras que la grande es el conector de alimentación para darle al disco duro la energía que necesita para funcionar.

Los conectores SATA empezaron a llegar en el año 2003, y se han mantenido como el gran estándar dentro de las conexiones para discos duros hasta el día de hoy. Sin embargo, su liderazgo está empezando a mermar debido a la llegada de una tecnología que hace las veces de sucesora, y es el estándar M.2 que empezamos a ver en muchas unidades SSD.

Sin embargo, todavía pasará tiempo hasta que el SATA desaparezca de las placas base, ya que es el utilizado por los discos duros mecánicos y muchos de los SSD más económicos. Por lo tanto, de momento no tienes que preocuparte ya que ambos estándares van a convivir durante varios años más.

Tipos y velocidades

Como todos los estándares, a lo largo de los años ha ido evolucionando con nuevas versiones que han mejorado sus prestaciones, que en este caso se han reflejado sobre todo en la velocidad a la que eran capaces de transmitir los datos. A continuación tienes las tres versiones de este estándar que han salido, así como sus principales características.

Sobre estas generaciones, al contrario que otros estándares, sus nombres oficiales no son 1.0, 2.0 o 3.0 como suele ser lo habitual. En su lugar, se utiliza un "apellido" relativo a su velocidad, y son las SATA 1,5 Gb/s, 3 Gb/s y 6 Gb/s.

  • SATA 1,5 Gb/s: La podríamos denominar como SATA 1.0, y ofrecía unas velocidades de transmisión de datos reales de 150 MB/s. Fue el primer estándar de esta interfaz en llegar, y su frecuencia es de 1500 MHz.
  • SATA 3 Gb/s: Aunque su nombre contenga un 3, se trata de la segunda generación de esta interfaz, y la podríamos denominar como SATA 2.0 para entendernos mejor. Su velocidad sube a los 300 MB/s, y su frecuencia a 3000 MHz.
  • **SATA 6 Gb/s***: La tercera versión de SATA, a la que podríamos considerar la 3.0. Dobla la velocidad de su antecesora subiendo hasta la velocidad máxima de 600 MB/s, y una frecuencia de 6000 MHz.

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