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Ya tienes tu tarjeta gráfica de nueva generación, el teclado mecánico con interruptores personalizados y el ratón ajustado con el gramaje preciso. ¿Pero te has parado a pensar en el papel que juega tu monitor como elemento competitivo? Después de todo, los videojuegos son un medio eminentemente visual, y mucha gente aún sigue pensando equivocadamente que vale cualquier cosa.

Nada más lejos de la realidad. No es solo rotundamente falso, sino que monitores como el LG Gaming UltraWide Monitor 38GL950G plasman la clase de características que nos pueden proporcionar una ventaja palpable. O como mínimo, hacernos disfrutar mucho más con nuestros juegos favoritos. Tan solo hay que saber qué debemos exigir a esa pantalla que prácticamente se va a convertir en nuestro nuevo compañero de piso.

Formato UltraWide: la visión periférica te puede salvar la vida

Desde tiempos inmemoriales los jugadores de FPS han modificado el FOV o campo de visión para gozar de una ventaja competitiva. La idea básica es bastante sencilla: ampliar la capacidad de observación horizontal al máximo para que nadie nos sorprenda con un ataque lateral. Este tipo de prácticas no suelen estar aprobadas en campeonatos oficiales, pero con la llegada de los monitores UltraWide directamente ni siquiera es necesaria.

Las ventajas aportadas por el formato ultrapanorámico son especialmente evidentes en juegos competitivos como Rainbox Six Siege, que incorpora soporte nativo para pantallas 21:9. Gracias a esta circunstancia los propietarios de un LG Gaming UltraWide Monitor 38GL950G gozan de una mayor orientación espacial en todo momento. Su diseño sin bordes, además, mejora la inmersión para olvidarnos de que estamos frente a un monitor de PC y meternos de lleno en la acción.

La capacidad para apreciar más espacio lateral implica mayor posibilidad de hacer blanco en un enemigo que de otra forma permanecería oculto. También será mucho más difícil que alguien nos pueda dar caza según atravesamos una brecha, puesto que prácticamente veremos toda la habitación sin necesidad de girar la cabeza. No es como si nuestro soldado llevara retrovisores, pero posiblemente es lo que más se parece.

El refresco: ¿crees que el tearing es malo en primera persona? Pues no pruebes un RTS

En anteriores ocasiones hemos hablado de forma bastante extensa sobre la velocidad de refresco y la importancia de tecnologías como G-Sync a la hora de disfrutar de los juegos más explosivos en primera persona. Lo que a lo mejor no sabías (o simplemente no te habías parado a pensar) es que hay un género en el que el tearing puede ser aún más desagradable: la estrategia en tiempo real (RTS por sus siglas en inglés).

Si bien los RTS han experimentado un cierto letargo durante los últimos años, el anuncio de los remakes de Command & Conquer y Red Alert (con sus respectivas expansiones, nada menos) promete insuflar nueva vida en un género algo olvidado en el mundo competitivo tras la explosión de los MOBA. Caine vive, y puedes dar por hecho que sus ejércitos rojinegros arrasarán en los torneos.

En el caso de los RTS el refresco adaptativo resulta importante porque estamos realizando continuamente desplazamientos laterales y diagonales sobre grandes extensiones de terreno. Una pantalla que no pueda modificar su frecuencia en tiempo real tampoco podrá actualizarse a la misma velocidad que la GPU, por lo que «romperá» la imagen en varios trozos. Es lo que en argot técnico conocemos como tearing. Puede distraernos o incluso llegar a fatigarnos.

La solución a estos problemas es el refresco adaptativo. Gracias a los 144 Hz del LG Gaming UltraWide Monitor 38GL950G y la tecnología G-Sync, el campo de batalla de los remakes de Command & Conquer será más estable aún que en los tiempos de los monitores de tubo.

El monitor se sincroniza para funcionar a la tasa de fotogramas generada por la tarjeta gráfica, por lo que la acción es muchísimo más suave (a 144 Hz podremos plasmar hasta 144 FPS para gozar de un movimiento inccreíblemente fluido) y se evita el tearing de un plumazo. El resultado es una imagen increíblemente suave y precisa en cada uno de sus aspectos.

Cromatismo y representación: ¿de verdad estás viendo los colores que quería el desarrollador?

Hay quien cree que la representación de los colores en un juego no es importante a nivel competitivo. Nosotros decimos que esa es una grave equivocación. El ejemplo más evidente lo encontramos en los juegos de disparos en primera persona: un panel de mala calidad «aplastará» los tonos oscuros hasta convertirlos en negro y haciendo que un enemigo en una zona mal iluminada sea invisible. Bang, estás muerto.

La alternativa es subir el brillo al máximo, pero no solo es sumamente desagradable. No queremos retroceder a los tiempos en los que la muchachada liberaba adrenalina en torneos de Counter-Strike celebrados en cibercafés con monitores descompensados hasta el punto de que toda la escena parecía bajo la influencia de una flashbang.

Por otro lado, un cromatismo adecuado, con colores fidedignos y un contraste de altura, nos ayuda a disfrutar de los mejores juegos competitivos como nunca antes. Un grandísimo ejemplo lo proporciona Street Fighter V, una joya de la competición con cada vez más adeptos en el circuito profesional y que debe gran parte de su encanto a una estética a medio camino entre el óleo y la acuarela, con colores densos y bien saturados.

Street Fighter V es en sí mismo uno de los mejores tests para ver si un monitor da la talla a nivel profesional. Su riqueza cromática hace posible detectar rápidamente fallos en su reproducción, mientras que la sensibilidad de los controles delata cualquier rastro de input lag y el refresco adaptativo G-Sync se encarga de eliminar el tearing durante las secuencias más frenéticas. Capaz de reproducir el 98% del espectro DCI-P3, el LG Gaming UltraWide Monitor 38GL950G supera todas estas pruebas con nota.

Sphere Lighting: mucho más que una vista relajada

Por último llegamos a la iluminación ambiental. Que puede parecer una broma, pero no lo es. Después de todo, de nada nos sirve tener el pulso más firme de un campeonato si luego nos está matando un dolor de cabeza.

En este sentido resulta sumamente interesante la mejora en inmersión y comodidad que suponen los sistemas de iluminación RGB. Sus beneficios están sobradamente demostrados, y LG sabe explotarlos a través de la tecnología Sphere Lighting, que permite crear un tenue halo sobre la pared mediante un conjunto de diodos LED situados en la parte posterior del monitor.

Gracias a la iluminación Sphere Lighting el brillo del monitor en una habitación a oscuras no resulta tan cegador y nuestros ojos descansarán mucho más. Fijar el punto de mira en Counter-Strike tras varias horas de liza no será una hazaña y las puestas de sol en Project CARS no nos cegarán como lo harían en la vida real. Además, el uso de iluminación ambiental posterior tiene el beneficio añadido de engañar a la vista reforzando el color negro, que en el LG Gaming UltraWide Monitor 38GL950G ya de por sí es espectacular gracias al uso de un panel Nano-IPS.

A la postre, la preparación física y psicológica en los eSports es tan importante como en cualquier deporte físico. Tener ayudas como el formato UltraWide puede ser importante, pero cuidar nuestra vista y asegurarnos de tener la cabeza despejada para maquinar nuestras estrategias puede ser tanto o más importante a la hora de conducirnos a la victoria.

 

 

Imágenes | LG, EA, Valve