Subtitular en tiempos de HBO y Netflix: mucho trabajo, más presión y pánico a las filtraciones

Subtitular en tiempos de HBO y Netflix: mucho trabajo, más presión y pánico a las filtraciones
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Al terminar cualquiera de los capítulos de la aclamada serie 'Chernobyl', de HBO, aparece una pequeña firma en la parte inferior de la pantalla. Apenas es visible unos segundos antes de que salte el recuadro que nos invita a ver el siguiente capítulo: Traducción: Herminia Páez. Un sencillo enunciado de tres palabras que encierra tras de sí todo el trabajo de adaptar al castellano las series y películas favoritas del gran público.

Herminia es una de los muchos profesionales de la traducción audiovisual que han visto crecer el número de encargos en los últimos años debido a la proliferación de plataformas de contenidos bajo demanda. Ella, como la inmensa mayoría de sus compañeros, es autónoma y no trabaja directamente para Netflix o HBO, sino que recibe encargos a través de agencias que hacen de intermediarias.

“El aspecto positivo es que la cantidad de trabajo desde que existe el vídeo bajo demanda es mayor, hay más necesidad de traductores y más productos constantes en los que trabajar, a veces incluso productos antiguos que requieren nuevos subtítulos que se adapten a las necesidades de la plataforma”, señala la propia Hermina Páez Prado.

Sin embargo, la época dorada que vive el sector audiovisual de la mano de Netflix, HBO o Amazon Prime también ha traído más presión y precariedad al sector. En especial por los plazos de entrega y los altos porcentajes económicos que se llevan los intermediarios.

Chernobyl
Fotograma de 'Chernobyl', de HBO.

El tiempo del que dispone un traductor audiovisual varía en función de la relevancia de la serie, la plataforma, el intermediario y si la traducción está destinada al doblaje o al subtitulado. Aunque, por lo general, suelen tener tres días para la traducción de capítulos de unos 50 minutos y de una a tres semanas para películas.

“En Netflix en doblaje te pueden pedir que entregues dos o tres episodios a la semana, o puedes tener suerte, que vayan con tiempo y tener sólo uno a la semana. En subtitulado la cosa cambia, puedes tener una semana o dos días porque los materiales hayan llegado con retraso y hayan tardado mucho en hacer la plantilla, que son los subtítulos sincronizados con el guion en inglés”, explica Páez Prado.

Herminia

Hay veces en las que al poco tiempo se añaden otras trabas que suman presión a los traductores, como todas aquellas medidas destinadas a evitar filtraciones y spoilers en series de gran expectación. Estas dificultan la labor de los profesionales y pueden llegar a repercutir en la calidad final de los textos, como el ya célebre caso del ‘sicansíos’.

“En ocasiones trabajamos con guiones incompletos, materiales preliminares en baja resolución o con muchas marcas de agua que dificultan un poco nuestro trabajo. Todo eso se hace para poder llegar a los estrenos mundiales simultáneos y evitar la piratería, pero a veces complica nuestra labor”, explica Javier Pérez Alarcón, traductor de guiones para doblaje de series como 'El cuento de la criada' de HBO o 'Good Omens' de Amazon Prime Vídeo.

Pese a ello, Pérez Alarcón subraya que las productoras son cada vez más conscientes de las dificultades de las traducciones, al menos en las destinadas al doblaje, y suelen ser más flexibles con los plazos si les piden una ampliación. “Se le pone mucho mimo al producto. Total, lo que todos queremos es que el resultado final quede lo mejor posible”, señala.

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Netflix

De entre todas las plataformas de contenido bajo demanda, son varios los traductores audiovisuales consultados por Xataka los que coinciden en que Netflix es la que más cuida las traducciones, tanto para doblaje como para subtitulado.

Netflix es la única plataforma de contenido bajo demanda que ha regulado las tarifas para los subtítulos

“Salta a la vista que Netflix se preocupa por mantener y mejorar la calidad de las traducciones como parte del producto. Parece de cajón, pero ojalá se pudiera decir lo mismo de todas las empresas del mercado internacional. Teniendo en cuenta la cantidad de engranajes que componen la maquinaria de Netflix, se agradece ver un compromiso con una parte tan esencial y a menudo subestimada como los subtítulos”, afirma Marta Aulet, cotraductora de series como 'El alienista'.

Desde la compañía norteamericana explican a Xataka que dedican mucho esfuerzo en comprender, contextualizar y evaluar cada contenido con el objetivo de mantener unos estándares de calidad óptimos. Y que en ese esfuerzo “asegurar un doblaje de alta calidad y una adaptación precisa de los subtítulos es imprescindible para reproducir fielmente la esencia creativa y cultural de cada contenido”.

Subtítulos de fans

En este sentido, cabe destacar que todos los traductores que trabajan para estas plataformas son profesionales y deben pasar una prueba de entrada en las agencias intermediarias para acreditar su nivel. Lo que no quita que, en alguna ocasión, hayan aparecido traducciones de fans hechas de forma gratuita en alguna emisión televisiva.

"Hemos visto casos de plataformas en las que han aparecido 'fansubs' que han cogido de internet y para lo cual no se ha pagado a nadie. Esto es una falta de respeto a la profesión del traductor, a las personas a las que contratan, a los fansubbers de cuyo trabajo se aprovechan, al cliente que está pagando por un producto profesional y recibiendo un producto que no lo es", denuncian desde la Asociación de Traducción y Adaptación Audiovisual de España (ATRAE).

Asimismo, señalan que se han dado casos en los que algunas empresas han ofrecido a traductores profesionales revisar subtítulos hechos por fans como si hubiesen sido hechos por otros profesionales, para ahorrar costes.

No obstante, se trata de casos aislados y la norma general es que todas las traducciones audiovisuales se realicen por parte de profesionales cualificados que aseguren la calidad del producto.

Tarifas

En ese esfuerzo por cuidar sus contenidos, Netflix no sólo presta atención al producto final, sino que también destaca por ser la única empresa del sector que ha regulado recientemente las tarifas para los subtítulos, pese a que no lo ha hecho aún con las del doblaje.

Javier Perez

“En las otras plataformas de vídeos bajo demanda siguen estando sin regular, lo que provoca que algunas empresas intermediarias se queden con una parte del pago que dista de ser razonable. La intermediaria para la que yo he hecho subtítulos para Netflix estaba pagando a sus traductores, hasta hace poco, menos de la mitad de lo que cobraba por hacer esos subtítulos”, explica Páez.

A pesar de ese desfase entre lo que pagan las plataformas y lo que acaban cobrando los profesionales, Javier Pérez Alarcón subraya que “de la traducción audiovisual se puede vivir desahogado si sabes montártelo y no te da miedo negociar, aunque a veces el tema de las tarifas es una pelea que te drena”.

Otro problema que provocan las intermediarias es la falta de comunicación entre traductor y cliente. Una carencia que dificulta el trabajo debido a que los profesionales no pueden consultar las dudas que le vayan surgiendo directamente con los responsables de los contenidos o con otros compañeros, puesto que todo debe pasar por la agencia y eso ralentiza el intercambio de información.

El Cuento De La Cria 5d08ec709441f
Fotograma de 'El cuento de la criada', de HBO.

El proceso de traducción

En cuanto al proceso de traducción audiovisual, existen distintas pautas en función de la plataforma, la importancia del producto audiovisual y si el texto es para subtitulado o doblaje. Lo que siempre se repite con todas las productoras e intermediarios es la firma de un acuerdo de confidencialidad antes de iniciar la colaboración, el cual sirve para todos los trabajos que realice el traductor con esa empresa.

Marta Aulet

Una vez estampada la firma, la empresa avisa al traductor de que va a recibir una serie sobre un tema determinado, sin decir el título ni más datos que la duración de los episodios. Cuando la plataforma ratifica al traductor elegido por la intermediaria, le da acceso a los materiales y comienza a trabajar. Una vez que el texto está listo, se envía a la agencia, que lo revisa, después pasa a la productora, donde también pasa una revisión y se piden, en el caso de ser necesarias, las correcciones pertinentes al profesional.

Hay ocasiones en las que esas traducciones se asignan en función de las habilidades de cada traductor. Así, por ejemplo, si un profesional tiene amplios conocimientos de las particularidades regionales de un idioma, se le asignan proyectos que estén ambientados en ese contexto.

“A mí me mandas una serie de juicios y te la saco adelante, pero sudando la gota gorda. Sin embargo, me mandas una con jerga y la disfruto mogollón. Hay compañeros a los que les pasa lo contrario, cada uno es un mundo”, explica Pérez Alarcón.

Errores

Aunque en general el trabajo de los traductores tiene poca repercusión, recientemente acaparó todos los focos con el gazapo ‘sicansíos’ de 'Juego de Tronos'. Un error que pudo tener su origen en la presión temporal, las dificultades impuestas al profesional para evitar filtraciones o, simplemente, a un fallo humano.

"Al público le pediría que no sólo se acuerde de nosotros cuando hay algún fallo"

Somos humanos, a todos se nos puede ir una coma o podemos no captar bien un significado, sobre todo cuando los tiempos para realizar el trabajo son muy justos”, explica Herminia Páez Prado. En este sentido, políticas de recortes, como las que han llevado a cabo algunas agencias intermediarias al eliminar la revisión previa al envío a la plataforma, no ayudan. Ya que los filtros del control de calidad se reducen y hay más posibilidades de que se cuele un error.

“Al público le pediría que no sólo se acuerde de nosotros cuando hay algún fallo, sino también cuando se hacen las cosas bien. Hay grandísimos profesionales en España que trabajan cada día para que podamos disfrutar de diálogos cuidados y que transmitan la esencia original, y a veces duele que sólo se nos mencione cuando se percibe un error, que en ocasiones ni siquiera es culpa del profesional”, señala Javier Pérez Alarcón.

The Alienist
The Alienist, de Netflix.

La firma

La firma de Herminia que aparece durante tres segundos al final de cada capítulo Chernobyl puede ser un asunto baladí para cualquier espectador, pero para los traductores audiovisuales es un gran logro. Porque hasta hace poco HBO no firmaba las traducciones y Amazon Prime sigue sin hacerlo, mientras que Netflix sí lo exige desde hace algún tiempo.

“Hemos tenido que lucharlo. Por ley tenemos derecho a reclamar nuestros derechos de autor y, de hecho, es obligatorio que se muestre al final de una película o serie quiénes son los traductores, ajustadores, directores y actores de doblaje, pero dado que no hay multas por incumplimiento no todo el mundo lo hace”, denuncia Páez Prado.

En este sentido, la Ley de Propiedad Intelectual de España recoge en su artículo 11 que, además de las obras originales, las traducciones y adaptaciones también son objeto de propiedad intelectual, por lo que todas ellas deben ser reconocidas con la firma de la persona que las ha realizado.

Imagen 4: Guillermo Parra

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