Hyundai ya diseña el 80% de sus coches con realidad virtual. Así está abrazando la industria la tecnología

Hyundai ya diseña el 80% de sus coches con realidad virtual. Así está abrazando la industria la tecnología
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Cuánto hemos cambiado. Desde que comenzara mis andanzas por el periodismo del motor he podido disfrutar de unas cuantas visitas a fábricas y centros de trabajo. Todas me han sorprendido, en mayor o menor medida, claro, pero en ninguna había sentido que todo avanza más deprisa de lo que me podía imaginar.

Con esta misma sensación salí del Centro de Diseño Europeo que Hyundai tiene en Rüsselsheim, Alemania. Visitar una fábrica como Martorell es algo excepcional donde observar la coreografía constante entre humano y máquina para sacar, en un goteo constante, cientos y miles de vehículos. Con Renault he podido conocer cómo estudian el sonido en sus instalaciones de Aubevoye en Francia. Pero, en cambio, Hyundai nos mostró algo que no creíamos posible hasta hace muy poco: cómo la realidad virtual les ayuda a diseñar sus vehículos.

Con los pies... en lo digital

Si ya has tenido algún contacto con la realidad virtual, es muy probable que mis descripciones te suenen de algo. Si no has tenido esa suerte, te recomiendo que busques la manera de experimentarla por ti mismo.

Durante nuestra visita al espacio que Hyundai tiene dedicado al diseño en Europa pudimos colocarnos hasta en tres ocasiones unas gafas de realidad virtual para conocer más de cerca cómo trabajan sus equipos. En el centro de Rüsselsheim se dan cita diaria hasta 350 trabajadores, de los cuales 65 empleados están plenamente dedicados al diseño de los futuros vehículos. En 2005, el estudio de diseño se abrió con apenas 10 trabajadores.

He de decir que, cuando nos explicaron en qué consistiría nuestra visita, la pregunta de si todo formaba parte de una demostración o si, por el contrario, era realmente cierto que se trabaja con los flujos de trabajo que ahora comentaré quedó suspendida en mi mente. Eduardo Ramírez, General Manager de Diseño de Exteriores en Hyundai, nos confirmó que utiliza estos aparatos a diario para mejorar su comunicación con otros empleados y aligerar los plazos.

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Lo primero que pudimos probar fueron unas gafas profesionales de la marca Varjo. Las cifras asustan: unas gafas de 6.000 euros, un hardware de 13.000 euros para mover los renderizados y un software que acompaña el paquete de entre 10.000 y 12.000 euros anuales. El resultado se proyecta ante nuestros ojos. Sentados en unos pequeños bancos dejamos de tener contacto con la realidad y nos encontramos en el interior del nuevo Hyundai Ioniq SEVEN, el prototipo que anticipa el próximo gran SUV eléctrico de la marca.

Los ingenieros responsables nos cuentan que con la proyección de estas imágenes pueden realizar demostraciones de cómo será el interior del vehículo, con cambios casi en tiempo real, lo que les ayuda a entender cómo se comportará la luz dentro del habitáculo en diferentes ambientes: por la noche, en un día soleado en la playa, nublado dentro de la ciudad...

Además, con un pequeño mando nos permiten señalar diferentes puntos y conocer al momento qué se mueve y qué no en el interior de este Ioniq SEVEN. Qué secretos esconde el vehículo sin la necesidad de estar dentro de una maqueta a tamaño real. Es una representación con la que los ingenieros pueden analizar al mismo tiempo el aspecto que ofrecen diferentes materiales o tejidos. De hecho, parece que pudiéramos tocarlo, pero lo cierto es que sólo movemos las manos en el aire con aire cómico ante quienes son ajenos a nuestra propia realidad digital.

Avanzamos y pasamos a un lugar mucho más abstracto. Armado con unas Oculus de HP, uno de los diseñadores de Hyundai nos explica que ante nosotros vamos a ver la representación en 3D y digital de un boceto de coche. Y ponerse las gafas de realidad virtual es como dar el salto a un espacio de ingravidez, donde se nos muestran líneas naranjas suspendidas en el vacío y que dan forma a lo que, en la vida real, sólo sería un pequeño dibujo en carboncillo.

Con el movimiento de las manos, donde nos sitúan dos pequeños mandos, nos movemos por el espacio digital, cambiamos los colores de las líneas, su grosor y su tamaño. Y tenemos la oportunidad de dibujar nuestro propio coche (o al menos intentarlo). ¿Quieres una descripción gráfica? Es lo más parecido a Homer Simpson entrando en una nueva dimensión.

Por último, llegamos al laboratorio de visión. Un espacio de 20x23 metros rodeado de 48 cámaras donde armados de unas gafas y una mochila tuvimos la oportunidad de discutir con Simon Loasby, Responsable de Estilismo en el centro global de diseño e I+D de Hyundai, el diseño del Ioniq SEVEN.

Nada raro en una presentación si no fuera porque caminamos, en forma de avatar, alrededor del vehículo. Lo que realmente hacíamos era dar vueltas por una sala vacía pero ante nuestros ojos teníamos el prototipo, que se generaba en tiempo real y respondía a nuestros movimientos, ya nos agacháramos o nos pusiéramos de puntillas para ver el interior. Y todo junto a Simon Loasby... que se encontraba a miles y miles de kilómetros de distancia. Concretamente en su oficina de Namyang, en Corea.

"Cariño, vengo de Corea"

Pero todo esto, ¿para qué? Durante la visita tuvimos la oportunidad de hablar con Simon Loasby del diseño del Hyundai Ioniq Seven a una distancia de once horas y media de avión. También nos explicó Thomas Bürkle, Jefe de Diseño del centro, todo lo referente a su trabajo. Pero fue Eduardo Ramírez el que mejor plasmó en una frase para qué utilizan estas tecnologías.

"Yo me levanto muy temprano y discuto con Simon todos los detalles de nuestros proyectos, me pongo las gafas y discuto con él qué funciona y qué debemos cambiar. Cuando terminamos, me quito las gafas, me voy a la cocina y mientras me hago un café le digo a mi mujer: cariño, vengo de Corea", nos explicó Ramírez.

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Y lo cierto es que para eso, exactamente, es para lo que Hyundai ha invertido en la tecnología de realidad virtual. Las gafas de realidad virtual han permitido a sus trabajadores una suerte de omnipresencia. "Cuando nuestros estudios de todo el mundo enviaron a sus diseñadores a casa, tuvimos la suerte de que ya teníamos en funcionamiento una maquinaria muy bien engrasada en términos de conexión virtual remota: todos podíamos conectarnos desde tres continentes diferentes y cinco ubicaciones distintas en un espacio de trabajo virtual y movernos alrededor de los coches", recalca Loasby.

Y es que, tal y como nos reconocieron los propios trabajadores, contar con un ordenador y unas gafas de realidad virtual les ha permitido conectarse a reuniones en toda clase de situaciones, desde viajes en tren hasta las salas de espera del aeropuerto. Una manera de trabajar que limpia de un plumazo buena parte de conversaciones por mail y discusiones previas a una decisión de diseño. Con la realidad virtual, los empleados pueden discutir delante de renderizados digitales a los que aplicar cambios casi infinitos en formas, colores y hasta materiales o telas.

Aunque Hyundai no lo cuantifica, es un ahorro importante en tiempo, dinero y emisiones contaminantes, ya que los viajes se reducen, bien a la oficina o bien con vuelos internacionales para consensuar ideas cara a cara. Lo que sí asegura la marca es que el 80% del trabajo de diseño de sus futuros modelos está digitalizado.

"Aquí sólo trabajábamos 10 personas"

Como comentábamos más arriba. El centro de diseño de Hyundai en Rüsselsheim lo abrieron 10 personas dedicadas al futuro de sus próximos modelos. Poco a poco la compañía invirtió en su trabajo y, en estos momentos, 65 empleados plenamente dedicados al diseño de sus futuros modelos tienen allí su hueco.

Entre los veteranos está Thomas Bürkle, encargado de guiarnos por las entrañas del edificio. Dentro de sus puertas, secretismo absoluto. Nuestros móviles fueron tapados para no desvelar nada que no pudiera ser desvelado. De todas formas, los trabajos de los próximos años ya estaban a buen recaudo cuando pasamos por allí.

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Lo que sí confirmamos es que el ordenador y el monitor han sustituido en gran medida al diseño tradicional de lápiz y papel. Éste ha quedado reducido a una suerte de competición entre diseñadores, quienes juegan a imaginar con bocetos cómo hubieran sido vehículos míticos de la historia del automóvil si hubieran sido diseñados actualmente con las líneas maestras de Hyundai.

A los espacios diáfanos los siguió una impresionante sala donde el color y los materiales formaban la piedra angular de la estancia, donde se daban cita los materiales, texturas y textiles de los habitáculos de sus próximos vehículos. Una explosión de colores tan llamativa que uno no podía dejar de sorprenderse con la cantidad de tonos y gradientes de un mismo rojo, azul o amarillo.

Por último, la sala donde todo toma forma. El lugar donde la maquinaria realiza las maquetas de los vehículos, buena parte de ellas en tamaño real sobre los planos digitales anteriormente estudiados. Un espacio donde discutir, y palpar, la imagen final de cada automóvil.

Por supuesto, aquí también han llegado los tentáculos de la realidad virtual y es que, evidentemente, Thomas Bürkle nos confirma que el número de vehículos que necesitan construir en formato de maqueta son ahora menos, gracias al gran realismo e inmersión del entorno digital. Si esto forma parte del metaverso, Hyundai sabe cómo aprovecharlo.

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