España está comprando muchos electrificados, pero muy pocos coches eléctricos (y es lo importante)

España está comprando muchos electrificados, pero muy pocos coches eléctricos (y es lo importante)
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Nuevo mes y ya tenemos los datos de matriculaciones en España. Una vez más, desgranando las cifras en función de las motorizaciones de vehículos, son buenas notificas para los automóviles electrificados, pero no tanto para los eléctricos puros. ¿Qué está pasando?

Los datos. Llamativos y sonoros. Prácticamente, cuatro de cada diez coches que se compran en España están electrificados. Concretamente, el pasado mes de septiembre se matricularon en España 30.456 automóviles dentro del grupo de vehículos alternativos, donde también se incluyen aquellos movidos por GLP y GNC.

El crecimiento fue del 20,79% si tomamos como referencia el mismo periodo que el año pasado. En lo que llevamos de año, se han vendido un 10,92% más de automóviles electrificados que en 2021. A estas alturas, la cuota de mercado de los "vehículos alternativos", como así los denominan desde Anfac quienes publican los datos, el año pasado era de un 28,31%. Este año es de un 34,90%, más que los automóviles diésel y muy cerca de los gasolina (36,89% de cuota de mercado).

Electrificados, no eléctricos. Sin embargo, en estas cuentas hay un lunar. La ventas de eléctricos crecieron en septiembre un 21,09% respecto a 2021. En el acumulado del año, el crecimiento de esta tecnología ha sido de un 42,54%, con un total de 17.612 coches eléctricos vendidos. Pese a todo, la cuota de mercado en septiembre fue de un 4,82% y en lo que llevamos de año es de un 3,55%.

Tampoco salen demasiado bien parados los híbridos enchufables. Si bien crecieron en septiembre un 6,05% y en lo que llevamos de año lo han hecho en un 16,27%, su cuota de mercado sigue siendo de un 4,91% en lo que llevamos de 2022. En septiembre fue de un 5,28%.

¿Híbridos? Tampoco sabemos hasta qué punto los vehículos reflejados como híbridos son tales o se trata de vehículos que juegan con la etiqueta ECO y un hibridación suave de 48 voltios. Estos coches utilizan un apoyo eléctrico para circular a vela o al arrancarse pero sólo ahorran unas pocas décimas de combustible cada 100 kilómetros.

Anfac no hace distinción entre híbridos y microhíbridos (tampoco lo hace la DGT que entrega la etiqueta ECO en los dos casos), por lo que no sabemos realmente qué volumen de cada uno de ellos ocupa en las 21.026 unidades que se vendieron en septiembre (26,48% de cuota de mercado) o los 174.691 coches calificados como "híbridos no enchufables" en lo que llevamos de 2022, con un 24,69% de impacto.

Estancados. Con estos datos, la penetración del coche eléctrico en España doblaría los datos recogidos en 2021 y, sin embargo, sigue siendo testimonial tanto si nos comparamos con otros países de Europa como en el global de todo el continente.

Los últimos datos de ACEA hacen referencia la segundo trimestre del año. Hasta entonces (primer semestre), en España se habían vendido 14.338 eléctricos puros. En el mismo periodo, en Alemania se vendieron 167.503 coches eléctricos, en Francia otros 93.344 vehículos de este tipo y 29.609 eléctricos puros si hablamos de Países Bajos. En cuota de mercado, eso se tradujo en un 13,53% para Alemania, 12,09% en Francia y 19,26% en Países Bajos. Para entonces, la cuota de mercado en España era de un 3,51%.

Y hay interés. Pese a los malos resultados en ventas, el interés por el coche eléctrico aumenta poco a poco. Según Carwow, las configuraciones de este tipo de automóviles en su buscador han crecido en un 10% y durante el último año han llegado a superar a las configuraciones de coches diésel. Hay que tener en cuenta que, en 2021, el interés del coche eléctrico apenas era de un 1%.

Sin embargo, los potenciales clientes siguen mostrando un rechazo generalizado a esta tecnología. El 62% de los encuestados no contempla la compra de un coche eléctrico o híbrido enchufable a corto plazo, siendo los principales inconvenientes la escasez de los puntos de carga (24,5%), la falta de información (23,5%), su alto precio frente a los modelos de combustión (19,7%) y la escasa autonomía de los mismos (18,5%).

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