Nos acercamos al "peak smartphone": el crecimiento desbocado en ventas tiene los días contados

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La industria móvil tiene varios hitos. Desde los primeros teléfonos móviles hasta la incorporación de cámaras en ellos, a la postre decisivas, pasando por el iPhone en 2007 o el lanzamiento de Android en 2008. En estas décadas hemos visto cómo se iban haciendo más importantes en nuestras vidas, casi nucleares. Sin embargo, el smartphone se enfrenta a la crisis de los 50: le queda mucha vida por delante, pero con la sensación de aproximarse a un futuro menguante donde lo que está por venir nunca será mejor que lo que ya fue.

Los años noventa fueron la época de la GameBoy y el discman. Los años 2000 fueron los del iPod y los auriculares blancos. Los años diez los del smartphone como extensión de nuestra mano. ¿Los veinte? Entran en juego los auriculares inalámbricos, los relojes inteligentes y quién sabe si gafas conectadas el día de mañana. Tecnología que va dejando atrás al móvil, que pierde protagonismo en favor de accesorios satelitales.

A ello contribuye también su propia consolidación. Hace seis, ocho, diez años, las diferencias intergeneracionales eran notables, y muchos terminales ofrecían rendimientos de pena en su segundo año de vida. Hoy las diferencias de un año para otro son reducidas y teléfonos a partir de cierto precio resisten estupendamente un cuarto año. Simplemente, nuestros teléfonos resisten mejor el paso del tiempo y tenemos menos alicientes por renovarlo. Marta Pinto, directora de investigación en IDC para Europa, Orienta Próximo y África, explica que "las mejoras que han logrado los fabricantes también suponen que muchos de sus clientes tardan cada vez más tiempo en comprar un nuevo teléfono". Las ventas globales de smartphones cuentan una historia que encaja en esta descripción.

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2021 fue el año en que por primera vez en un lustro las ventas volvieron a crecer, según los datos de IDC. Algo que puede tener mucho que ver con una interrupción de la demanda durante la pandemia. Con pocos viajes y eventos sociales que atender durante 2020, es factible que muchos pospusieran la renovación de su smartphone. En 2021, con una mayor normalidad y las vacunas en el horizonte, llegaron las renovaciones.

No obstante, desde esa consultora llevan tiempo apuntando a que habrá otra reactivación de las ventas de aquí a 2025 gracias al atractivo del 5G y a la bajada paulatina del precio de los móviles compatibles con él. Así y todo, sus previsiones tampoco invitan a pensar en una segunda juventud para las ventas. Su optimista proyección en un escenario de 5G relevante y terminales compatibles baratos apenas deja por encima de los 1.500 millones de unidades vendidas al año la cifra para el ecuador de la década. No muy por encima del pico de 2016. Y eso sin contar con posibles cisnes negros. Y a partir de ahí, según explica Marta, un crecimiento residual. La tendencia al alza que todavía afrontan mercados emergentes compensa la caída de ventas en otros mercados "saturados".

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Los fabricantes de tecnología de consumo, quien más quien menos, llevan tiempo promoviendo ecosistemas de productos más que categorías únicas. Antes había empresas destinadas a lanzar únicamente teléfonos móviles. Hoy no queda casi nadie así, sobre todo entre los relevantes, que también presentan auriculares inalámbricos, relojes inteligentes, altavoces y pantallas para el hogar, etc. Una forma de ramificar el negocio para aumentar los ingresos que puede acabar siendo más bien su salvación para cuando lleguen las vacas flacas al smartphone y las ventas ya no puedan seguir creciendo. Al fin y al cabo, en el planeta somos los que somos y crecemos a un ritmo inferior al que lo han hecho las ventas de teléfonos.

Y no solo está la ramificación hacia otro tipo de dispositivos. "El teléfono ya empieza a convertirse en una commodity, como le ocurrió a las telecos, que se han tenido que reinventar desde entonces. Han tenido que cambiar su modelo de negocio para añadir valor a su producto", cuenta Marta. El cambio en el modelo de negocio de los fabricantes de telefónos móviles también será tendencia en esta década. "Apple por ejemplo, ya hay rumores sobre que empezará a ofrecer su hardware bajo suscripción. Apple incluso ha sacado una tarjeta de crédito para convertirse en una fintech".

La era post-PC, mal entendida como "era en la que el PC desaparece" y que realmente significaba "era en la que el PC deja de ser el epicentro en favor del smartphone, que va heredando muchas de sus funciones", puede tener curiosamente su continuación con la era post-smartphone: era en la que el móvil va perdiendo funciones que vamos haciendo con otros dispositivos, aunque vaya a seguir por muchos años en nuestro bolsillo.

Jan Stryjak, director asociado de Counterpoint Research, una empresa de estudios de mercado especializada en la industria móvil, cree que sigue habiendo margen de crecimiento, sobre todo a nivel global por zonas en las que el smartphone no supone ni la mitad de las ventas de teléfonos móviles. E incluso en mercados "avanzados" como el europeo se han producido caídas temporales en las ventas a causa del desabastecimiento de chips y los problemas logísticos.

No obstante, sí considera que los ciclos de sustitución de los teléfonos van a alargarse, algo que erosiona las ventas. "Sobre todo a medida en que mejora la tecnología de las baterías. Una de las principales razones por las que la gente sustituye sus teléfonos es porque, después de unos años, la batería ya no tiene suficiente carga para durar un día entero. Pero recientemente se ha producido un gran salto en la tecnología de carga de las baterías, lo que significa que éstas duran más y pueden cargarse mucho más rápidamente", explica el director.

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