Unos científicos creen que podemos fumar sin matarnos (y están haciendo avances significativos)

Unos científicos creen que podemos fumar sin matarnos (y están haciendo avances significativos)
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El tabaquismo es la principal causa de muerte prevenible en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. Y esta idea es tan simple como problemática. Porque sí, dejar de fumar es la forma más eficaz de prolongar la esperanza de vida; pero dejar de fumar es, a menudo, dificilísimo (y no solo por las propiedades adictivas y los síntomas de abstinencia de la nicotina).

Por ello, algunos científicos llevan años pensado en una solución intermedia: ¿Y si consiguiéramos poder fumar... sin todo lo malo que tiene fumar?

No es tarea fácil. De hecho, yo me atrevería a decir que es una tarea muy difícil. Eso no quiere decir, que no se esté intentando. Con mucho ingenio, además. En los últimos años, no solo el equívoco papel de los vapeadores, sino que los dispositivos de "tabaco calentado" han tratado de sustituir los sistemas más tradicionales de tabaco quemado. Supuestamente, estos enfoques eliminaría muchos de los grandes problemas del consumo de cigarrillos, puros y pipas: la combustión.

Más allá de la combustión. Sin embargo, este énfasis ha hecho que en muchas ocasiones olvidemos que los problemas del tabaco van mucho más allá de la combustión. Sin irnos muy lejos podemos fijar nuestra atención en la nicotina. Hay enfermedades, como hígado graso no alcohólico, que puede acabar provocando cicatrices en el hígado o cáncer y que, aunque no conocemos aún del todo bien, tienen una relación directa con la nicotina.

La nicotina, ese gran desconocido. Para tratar de indagar sobre el asunto, Frank González y su equipo del Instituto Nacional de la Salud analizaron muestras de suero y heces humanas de 30 fumadores y 30 no fumadores y descubrieron que, contra lo que pensábamos hasta ahora, después de la exposición a la nicotina esa nicotina sea acumula en el intestino en niveles altísimos.

Bueno, decir "contra lo que pensábamos hasta ahora" quizás no sea del todo exacto porque, González y su equipo estaban mirando esos niveles porque habían encontrado concentraciones similares y eso se había asociado al hígado graso. Lo único que ocurre es que no lo habíamos visto en humanos.

Sin embargo, encontraron algo más. Que los niveles de nicotina eran más grandes en ratones criados en entornos asépticos y, por tanto, libres de microorganismos y los ratones con una microbiota normal. ¿Qué estaba pasando ahí?

En busca de respuestas. Los investigadores examinaron la microbiota de los ratones en busca de cepas conocidas por portar genes de enzimas que degradan la nicotina e identificaron una bacteria, la Bacteroides xylanisolvens. Según sus datos, la B. xylanisolvens redujo las concentraciones de nicotina intestinal en ratones expuestos a la nicotina y, como consecuencia, redujo la gravedad de la enfermedad del hígado graso no alcohólico en esos ratones.

¿Podremos convertir 'fumar' en algo inocuo? En eso están y no porque tengan un interés especial en que la gente fume. No, estas líneas de investigación no va de eso. Va de esos más de mil millones de personas que seguirán fumarán en el futuro cercano pase lo que pase. Va de cómo podemos ahorrarles el dolor, la enfermedad y la muerte. Y ahorrárnoslo a todos los demás.

Imagen | Elsa Olofsson

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