Lo que sabemos sobre si los pacientes que han pasado el COVID-19 pueden volver a contagiarse

Lo que sabemos sobre si los pacientes que han pasado el COVID-19 pueden volver a contagiarse
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Cuando se hizo público que el "paciente 1" de Turín había vuelto a dar positivo en SARS-CoV-2 después de tres semanas de hospitalización y varias pruebas negativas. De hecho, los médicos de la ciudad ya lo habían declarado oficialmente recuperado. El problema es que no es el único reporte aislado (y los estudios más amplios hablan de hasta un 14%) que ha hecho que el fantasma de la reinfección sobrevuele todo el trabajo que se está haciendo en torno al coronavirus.

Y es que, aunque no lo parezca, es un tema esencial. El gran problema de este coronavirus es que es nuevo y, a diferencia de otras enfermedades, nadie tiene inmunidad. Es decir, el virus puede moverse con una extrema facilidad de unos seres humanos a otros sin encontrar resistencia y enfermar a miles de personas en un cortísimo periodo de tiempo (colapsando el sistema sanitario). Estamos haciendo lo que podemos para frenar esta epidemia, pero ¿estamos condenados a vivirla una y otra vez? Es decir, ¿Hay inmunidad después del contagio?

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El debate sobre la reinfección

Staff Monitoring Passengers Body Temperature In Wuhan Railway Station During The Wuhan Coronavirus Outbreak
CNS

Como señalaba la Organización Panamericana de la Salud (OPS), "como se trata de un virus nuevo, y del que todavía estamos aprendiendo más cada día, por el momento no podemos decir con total certeza que una persona que ha sido infectada con el virus no puede volver a infectarse"; sin embargo, los expertos en salud pública trabajan con la idea de que las personas no se pueden reinfectar (al menos, a corto plazo). Hay varios motivos para creerlo.

En primer lugar, lo que sabíamos de otros coronavirus. Los coronavirus constituyen una familia de virus de ARN que, como tales, presentan altas tasas de mutación. Habitualmente, hay múltiples variantes de cada virus dentro de una misma persona. Sin embargo, la experiencia con coranavirus humanos es que se generaba una inmunidad que podía durar entre tres meses y 15 años. Aún esto no basta para confirmarlo, sí es un indicio fuerte de que el SARS-CoV-2 podía hacer lo mismo.

En segundo lugar, los estudios preliminares con animales parecen señalar que, efectivamente, el virus genera inmunidad. Aquí surgen varios problemas. El primero es la falta de estudios amplios y fiables sobre el fenómeno. Los equipos están trabajando a contrarreloj y aunque se va acumulando la evidencia poco a poco, no está dando tiempo a refinarla y replicarla con todas las garantías. El segundo es que llevamos muy poco tiempo estudiando el virus.

No es extraño que el cuerpo genere una inmunidad a corto plazo frente a distintos patógenos. No obstante, para que se produzca la "inmunidad de rebaño" se necesita algo más que unas pocas semanas de inmunidad. Y lo cierto es que, con los estudios actuales, no podemos saber cuánto duraría la que, aparentemente, genera el coronavirus. La ausencia de este dato es, sin lugar a dudas, uno de los grandes puntos débiles de todos los planes de contingencia que utilizan la inmunidad de rebaño como baza contra el SARS-Cov-2

Y en tercer lugar, lo que nos lleva a pensar que, de forma general, una persona no puede reinfectarse es que no hay evidencias claras de reinfección, los casos de los que hablamos son más bien pacientes "aparentemente curados" que vuelven a dar positivo. Es cierto es que, en los primeros momentos de la pandemia, los investigadores pensaron que eran reinfecciones, pero, al analizar los casos con más detalle, todo parece indicar que se trata de repuntes de la carga viral y de los anticuerpos.

Estos repuntes, aun cuando no sean indicios de reinfección, son también muy importantes porque son pertinentes en la necesidad (o no) de mantener a los pacientes en cuarentena una vez que ya han superado la enfermedad. De hecho, algunos reportes hablan de que ese aislamiento post-enfermedad deberían alargarse hasta 14 días para evitar los repuntes de la carga vírica y, por tanto, el riesgo de contagio a terceros. Esto, de hecho, ya se está aplicando en China.

Más allá de estos indicios y evidencias parciales, los protocolos sobre las posibles reinfecciones están en plena actualización. A medida que los países vuelven a la normalidad en Asia, el miedo a que la epidemia vuelva a golpearlos de nuevo les ha hecho extremar los métodos de monitorización. Pronto muchas de las dudas que aún existen sobre este tema, se irán esclareciendo.

Imagen | Health.mil

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