La gran regulación europea del mundo digital (DSA y DMA) ya está aquí: qué implica y cómo nos afectará a los usuarios de Internet

La gran regulación europea del mundo digital (DSA y DMA) ya está aquí: qué implica y cómo nos afectará a los usuarios de Internet

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La gran regulación europea del mundo digital (DSA y DMA) ya está aquí: qué implica y cómo nos afectará a los usuarios de Internet

"Lo que es ilegal offline, también lo es online". Este ha sido el lema utilizado por Margrethe Vestager, Comisaria europea de Competencia, durante la presentación oficial de la nueva 'Digital Services Act', la ambiciosa normativa que quiere marcar el internet de la próxima década.

Tras meses de negociaciones y estudio, ya conocemos todos los detalles de la futura reforma del mundo digital. El Parlamento Europeo todavía debe debatir y aprobar el texto final, pero los puntos más relevantes ya están encima de la mesa: controlar el contenido online, obligaciones para las grandes tecnológicas y transparencia sobre cómo se utilizan nuestros datos.

La nueva regulación europea se divide entre la Norma de Servicios Digitales (DSA) y la Norma de Mercados Digitales (DMA). Aquí os explicamos en qué consisten, cuál es su implicación y cómo nos afectará como usuarios de internet. Habrá que estar muy atentos, porque esta normativa tiene la intención y el potencial de reinventar las reglas que hasta ahora hemos visto en redes sociales, servicios de mensajería o tiendas de aplicaciones. Estos son los cambios que nos esperan.

Qué establece la DSA y la DMA

Grandes Corporaciones

La nueva normativa europea quiere establecer las obligaciones que deberán cumplir las empresas digitales, desde las más pequeñas hasta las más grandes. Sin embargo, se establecen hasta cuatro niveles para diferenciar responsabilidades. Es decir, no se le exigirá lo mismo a una empresa pequeña de dominios o alojamiento web que a grandes empresas como Amazon, Google o Facebook.

Estas "grandes plataformas", o 'gatekeepers', son aquellas que cumplen una serie de requisitos, entre los que se encuentra alcanzar el 10% de los 450 millones de usuarios en Europa. Por el momento no hay un listado completo de compañías que entran en esta categoría, pero todos conocemos varias que claramente estarán nombradas.

Entre las medidas que establece la Norma de Servicios Digitales encontramos obligaciones de transparencia con los algoritmos utilizados para las recomendaciones, auditorías externas, acceso a los datos de las grandes plataformas para investigación o la obligación de mantener un registro de los usuarios que venden online, para ayudar a identificar a aquellos que venden bienes ilegales.

Las grandes plataformas online tendrán requisitos específicos, desde explicar cómo funcionan sus algoritmos hasta compartir datos con investigadores para estudiar que no representan un daño a la sociedad.

En la siguiente tabla resumimos algunas de las distintas medidas que deberán aplicar las empresas digitales, en función de su tamaño y categoría.

Servicios intermediarios

Servicios de hosting

Plataformas online

Grandes plataformas

Informe de transparencia

X

X

X

X

Requisitos de derechos fundamentales

X

X

X

X

Cooperación con autoridades nacionales

X

X

X

X

Punto de contacto y representante legal en Europa

X

X

X

X

Notificación con acción e información a los usuarios

X

X

X

Mecanismo de denuncia y solución extrajudicial de controversias

X

X

Revisores de confianza

X

X

Medidas contra campañas y noticias abusivas

X

X

Control sobre credenciales de terceros

X

X

Transparencia hacia el usuario sobre la publicidad online

X

X

Informe de delitos penales

X

X

Obligaciones de riesgo y responsable designado

X

Auditoría externa y responsabilidad pública

X

Transparencia de los sistemas de recomendación

X

Compartir datos con autoridades e investigadores

X

Código de conducta

X

Cooperación en respuesta a crisis

X

Para las grandes empresas es donde se establece adicionalmente la Norma de Mercados Digitales (DMA). Con ella se prohibirán prácticas como impedir que los usuarios desinstalen aplicaciones preinstaladas, se exigirán medidas de interoperabilidad y se impondrán sanciones de hasta el 10% del volumen de negocio mundial en caso de incumplir con algunas de las medidas adoptadas. Una multa superior al 6% de los ingresos globales totales que establece la DSA.

Qué ventajas se prometen a los usuarios

Las empresas digitales tendrán más responsabilidades, pero, ¿cómo impactará esto en los usuarios? Esto es lo que promete el texto de la DSA.

En primer lugar, los usuarios podremos recibir información cuando se elimine un contenido nuestro en redes sociales y deberemos tener a nuestra disposición un mecanismo para replicar la eliminación de un mensaje o vídeo. Cada país deberá contar con su propio mecanismo de disputa, pero la idea es que las redes sociales y las plataformas online regulen de alguna forma cómo debe proceder el usuario cuando haya algún contenido controvertido.

La DSA exigirá más transparencia en las condiciones y los términos, por lo que previsiblemente con el paso del tiempo veremos mensajes de cookies o privacidad mejor estructurados, con textos más sencillos de entender por parte de los usuarios. Claro está, habrá que ver en la práctica cómo se implementa y hasta qué punto se cumple con lo establecido.

No saber quien te está vendiendo un producto que has encontrado de oferta o no saber qué hacer cuando Youtube o Twitter te borran de repente un contenido son algunos de los problemas que la DSA quiere resolver.

A nivel de las plataformas de venta, sea Amazon, eBay o incluso tiendas más pequeñas, la directiva establece que deberán informar mejor sobre la identidad real de quién está vendiendo el producto. Hasta la fecha, en ocasiones compramos cosas a vendedores de los que no sabemos mucho más que un nombre, una dirección y unas cuantas puntuaciones. Bajo la directiva, los requisitos para poder vender online serán más estrictos.

Las grandes plataformas deberán mitigar los riesgos en derechos fundamentales. Es decir, se deberán tomar medidas concretas para evitar la desinformación o mensajes odiosos. De manera paralela, el mundo académico deberá tener acceso a los datos de la plataforma para poder estudiar el impacto y los riesgos en la sociedad de lo que se publica.

Cómo afectará a lo que vemos publicado en Internet

El contenido es una de las partes sobre la que gira toda la nueva regulación. Además de una mayor transparencia en la moderación, la normativa establece que se deberá informar sobre quién patrocina un contenido y cómo y por qué se muestra a un usuario ese anuncio. ¿Cómo se trasladará esto a la práctica? Principalmente que todas las grandes plataformas estarán obligadas a crear una sección de 'cómo se personalizan los anuncios', equivalente a la que Google dispone en Mi Actividad.

Factores
Todas las grandes plataformas estarán obligadas a informar sobre los factores que se tienen en cuenta para mostrar los anuncios a cada usuario.

Esta recomendación deberá ser más transparente, pues las grandes empresas deberán informar claramente de por qué se recomienda qué a los usuarios. Es decir, algoritmos como los de Twitter, Instagram o TikTok deberán ser más transparentes. No solo para el contenido patrocinado, también para explicar por qué se nos muestran vídeos de gatitos, por qué nos muestra determinado viral o por qué nos recomienda seguir a determinado usuario.

Las plataformas deberán informar por qué muestran cada contenido y los usuarios tendremos derecho a salir de las recomendaciones basadas en nuestro perfil.

Además de conocer el porqué, los usuarios tendrán el derecho de salirse de las recomendaciones de contenido en base al perfil. Lo que a la práctica podría suponer la vuelta a timelines ordenados cronológicamente.

En la buena dirección, pero quizás insuficiente

La organización 'European Digital Rights' (EDRi) explica que "pese a ser un primer paso", hay mucho "margen para mejoras". Según expresa EDRi, la propuesta de DSA incluye un sistema de notificación y acción que "probablemente favorecerá las eliminaciones automatizadas en vez de una evaluación exhaustiva de la legalidad".

En la misma línea apunta la plataforma Xnet, quien argumenta que "el filtrado previo con la excusa de desinformación conllevaría una retirada desmesurada de contenido legítimo que vulneraría las libertades de expresión e información sin procedimientos de apelación o reparación".

Para la Electronic Frontier Foundation (EFF), la DSA tiene "muchos aspectos positivos, pero con margen de mejora", repitiendo el concepto que quizás no ha sido suficiente ambiciosa en aspectos como la interoperabilidad de los servicios core como los sistemas de pago.

Otra de las figuras creadas es la de revisores de confianza, o 'trusted flaggers'. Todas las plataformas online, incluso las pequeñas redes sociales, deberán trabajar con estos revisores. ¿En qué consiste? Principalmente en los conocidos "verificadores". Organizaciones como Maldita o Newtral cuya función es ayudar a luchar la desinformación. Según establece la DSA, las plataformas online deberán tener alguien encargado de ayudar a verificar la información que se publica. Unos denunciantes privilegiados de contenido infractor con trato preferente a la hora de que se procesen sus denuncias.

¿Qué ocurre con el contenido ilegal? La directiva no se mete en este tema y lo deja en manos de la legalidad de cada país. Según explican, la DSA no reemplaza ni rectifica otras directivas como la del Copyright. "En la medida en que no sea ilegal, el contenido dañino no debe tratarse de la misma manera que el contenido ilegal. Las nuevas reglas solo impondrán medidas para eliminar o fomentar la eliminación de contenido ilegal, en pleno respeto de la libertad de expresión", expone la propuesta.

Según expresa la Plataforma en Defensa de Libertad de Información (PDLI) "no cambian los principios fundamentales establecidos en la directiva de comercio electrónico". Esto es, el "principio de exención de responsabilidad" y que "los intermediarios no pueden ser obligados a llevar a cabo una revisión general de los contenidos".

Interoperabilidad: el concepto se repite una y otra vez

Data Tranfer

La Norma de Mercados Digitales establece algunos requisitos para las grandes plataformas que puede cambiar significativamente su manera de funcionar. Entre las prácticas que quieren eliminar están los ecosistemas cerrados. La DMA quiere promover una mejor interoperabilidad entre servicios y facilitar a los consumidores el cambiar de plataforma si así lo desean.

Todavía es pronto para conocer cuál será el movimiento de empresas como Apple, Amazon, Facebook o Google, pero prácticas como que no se puedan exportar fotos de un lado a otro desaparecerán. Sin embargo, las grandes tecnológicas ya están preparadas desde hace tiempo para aspectos como este. En 2019, Facebook anunciaba la liberación de una herramienta para permitir pasar todas las fotos y vídeos a Google Fotos. De hecho, las empresas participan en la iniciativa Data Transfer Project, una maniobra que coloca a estas compañías en la dirección que se les exige desde la Unión Europea.

Ya van demasiado casos abiertos y se avecinan nuevas multas. Europa presenta la DSA y DMA con la intención de dejar claras sus reglas para las empresas de internet. Las grandes tecnológicas lo saben y por eso han ido adaptándose poco a poco durante los últimos años.

Lo que no quiere la Comisión es más casos como el de Apple con Epic Games o Spotify. "En esta era digital, necesitamos el poder para hacer algo más que investigar casos individuales", justifica Vestager. La DSA es el marco normativo con el que la Comisión quiere evitar futuros casos similares.

Ante estos cambios, compañías como Apple ya han realizado movimientos como rebajar su política de comisiones a los desarrolladores que ganen menos de un millón de euros.

La directiva quiere poner a prácticas como la realizada en 2015 por Amazon, donde dejó de vender el Chromecast de Google. Pero también quiere potenciar hechos como que las aplicaciones de los servicios de Apple lleguen a Google Play o que Youtube esté disponible en los Fire TV de Amazon y Prime Video en Chromecast.

Prime Youtube

Algunas de las "obligaciones afirmativas" que incluye la DMA es que las grandes plataformas deberán permitir a los usuarios ofrecer sus productos en diferentes plataformas, con diferentes precios y condiciones. Es decir, porque una compañía esté en una tienda o ecosistema, no deberá impedir que venda en otro lugar.

Europa ha hablado, es turno de ver la reacción de las grandes tecnológicas

La Unión Europea tardó cuatro años en aprobar el Reglamento General de Protección de Datos y es probable que estas nuevas normas estén en disputa algún tiempo. La propuesta está encima de la mesa, ahora falta que el Parlamento Europeo las apruebe para que se convierta en ley. "Rápido es, más o menos, un año y medio y luego otros seis meses para que la regulación entre en vigencia", calcula Vestager.

Durante este tiempo, es de esperar que las grandes compañías tecnológicas ejerzan un importante lobby en matizar detalles a su favor. Google, Compañías como Twitter no han tardado en "dar la bienvenida", apuntando eso sí que "continuarán su colaboración con la Comisión Europea". En lo que es una bonita manera de decir que están observando de cerca una normativa que podría afectar plenamente a su actual funcionamiento.

En respuesta a Reuters, Facebook ha aprovechado la DMA para apuntar hacia Apple: "Esperamos que la DMA también establezca límites para Apple. Apple controla todo un ecosistema; desde el dispositivo hasta la tienda de aplicaciones y las apps, y usa este poder para dañar a los desarrolladores y consumidores, así como a las grandes plataformas como Facebook".

Los requisitos de esta regulación podrían provocar que Amazon tenga que compartir con terceros información sobre cómo se realizan las ventas o por ejemplo forzar a Facebook a proveer más información sobre cómo funciona su sistema de publicidad. Google no podrá favorecer en el buscador sus propios servicios y Apple deberá permitir desinstalar las aplicaciones. Mientras la DMA pone el foco en los 'gatekeepers', la DSA amplía estos requisitos al resto de plataformas online. Pero el mensaje de fondo es el mismo: internet no puede ser una excepción. Las normas del mundo físico también se aplicarán a las empresas de la red.

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