Este nuevo microscopio ha batido el record de resolución: ve los átomos a nivel individual

Este nuevo microscopio ha batido el record de resolución: ve los átomos a nivel individual
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Los átomos son la unidad individual más pequeña que conocemos. Elementos básicos de nuestro Universo a partir de los cuales se construye lo demás. Pero, ¿cómo de pequeños? Una nueva investigación ha permitido observarlos más de cerca que nunca, con el microscopio de mayor resolución jamás creado. Tan de cerca que se pueden ver de forma independiente.

En 2018 un equipo de investigadores de la Universidad de Cornell construyó un dispositivo para detectar átomos a una resolución extremadamente alta. Con este aparato y triplicando la resolución mediante algoritmos, consiguieron el record de resolución. Había un problema, sólo funcionaba con muestras ultradelgadas de apenas unos átomos de espesor. Ahora un nuevo microscopio no sólo soluciona eso, sino que mejora su resolución.

Creado de nuevo por algunos de los mismos investigadores del experimento de 2018, el nuevo microscopio bate el record en un factor de dos. Gracias a una reconstrucción en 3D por parte de una IA, pueden ver los átomos de forma sofisticadamente detallada. Dicen sus creadores que el único desenfoque que se ve en las fotografías es el producido por el temblor térmico de los átomos.

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Jugando con el límite

Para los creadores del microscopio, esta nueva hazaña define el límite final para alcanzar una resolución. Esencialmente han llegado a la unidad más pequeña (si no nos adentramos en lo que puede haber dentro de un átomo).¿Y para qué? Para ayudar en la investigación y desarrollo de la ciencia. Hay varios campos donde se le puede sacar utilidad para medir la física a escala microscópica.

Por ejemplo, dicen que puede ser de utilidad para localizar átomos individuales en tres dimensiones, que de otra manera estarían ocultos o superpuestos. Los átomos también podrían ser analizados para ver sus vibraciones o impurezas en un material. Relatan que también podría aplicarse a células o tejidos biológicos gruesos, o incluso a las conexiones de sinapsis en el cerebro.

¿El problema? De momento es un método que consume una cantidad increíble de recursos y requiere por lo tanto de ordenadores muy potentes y mucho tiempo. Esperan que con el tiempo la técnica mejore y puedan agilizar el proceso, así como popularizarlo.

Vía | SciTechDaily
Más información | Cornell Chronicle

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