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Los vehículos híbridos enchufables son cada vez más frecuentes en nuestras calles. Sin embargo, aún plantean muchas dudas entre el público, especialmente en cuanto al mantenimiento. Se tiene la creencia de que estos vehículos, por ser tecnológicamente más avanzados y complejos, son también más caros de mantener. Podemos asegurar que estamos ante los vehículos más baratos de mantener de la historia, al menos, a largo plazo.


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Volvo es uno de los fabricantes que más apuesta por los híbridos enchufables. La firma sueca es la única del sector que cuenta con una versión híbrida enchufable de todos sus modelos, y estima que este año 2020 este tipo de vehículos supongan el 20% de sus ventas totales.

Para revisar cómo es la mecánica y el mantenimiento de este tipo de vehículos, vamos a tomar de ejemplo al Volvo XC40 Recharge Híbrido Enchufable, el SUV compacto que ayudará al fabricante a alcanzar semejantes cifras.

No todos los híbridos son iguales

Para poder abordar el tema del mantenimiento de un híbrido enchufable como el Volvo XC40 Recharge, es importante que entendamos las diferencias en la mecánica de este tipo de automóviles. Sabemos que cuando hablamos de “híbridos” nos estamos refiriendo a aquellos que combinan un motor eléctrico con uno de combustible derivado del petróleo (gasolina o, en menor medida, diésel).

Pero dentro de esta categoría podemos encontrar distintos tipos, dependiendo de la disposición de los motores y de la función que cumple cada uno de ellos. De esta forma, existen híbridos en paralelo, en serie o combinados.

  • Híbrido en paralelo (HEV): Ambos motores (el térmico de gasolina o diésel, y el eléctrico) están conectados a las ruedas del vehículo y, por tanto, puede desplazarse con la potencia de ambos motores por separado. Se concibieron para que el térmico actúe como motor principal y el eléctrico como mero apoyo cuando se requiere mayor potencia. La recarga de la batería (de poca autonomía) se realiza por frenada regenerativa.
  • Semihíbrido (MHEV): una solución eléctrica más ligera y sutil. Los semihíbridos aprovechan la energía que genera el vehículo cuando frena, esta se almacena en una pequeña batería de iones de litio (que suele ostentar en torno a 1 kWh de capacidad energética) de 48 voltios. La energía atesorada se redirige mediante un motor de arranque-generador (ISG) en situaciones como la arrancada, aumentando de forma considerable la eficiencia.
  • Híbrido en serie (REEV): En este caso ambos motores están dispuestos en serie y es el motor eléctrico el único conectado a las ruedas. Por lo tanto, el vehículo solo se moverá con la potencia del eléctrico. Aquí el motor térmico tiene la función únicamente de actuar de generador cuando la batería del motor eléctrico se descarga. Por eso a este tipo de vehículos también se le llama “eléctrico de autonomía extendida”.
  • Híbrido combinado (PHEV): También llamado “híbrido en serie-paralelo”. Combina los dos tipos de disposición anterior, siendo en la práctica un híbrido en paralelo que puede actuar en serie. Esto quiere decir que tiene la libertad de circular con ambos motores a la vez o con cada uno por separado (teniendo el eléctrico más potencia y autonomía que en los híbridos en paralelo originales). Y que la batería puede recargarse tanto con la frenada regenerativa como con el motor térmico.

Mecánica de los híbridos enchufables

Este último tipo es el más común entre los automóviles híbridos que podemos encontrar actualmente en el mercado.  Que sea un modelo como el Volvo XC40 Recharge Híbrido Enchufable significa que contamos con una tercera vía de recarga de la batería: enchufándolo a la red eléctrica.

Esto permite contar en estos vehículos con baterías de mayor capacidad, que a su vez alimentan a motores eléctricos más potentes. Se traduce en que podemos usarlo como vehículo 100% eléctrico durante más distancia (entre 40-46 kilómetros en el caso del Volvo XC40 Recharge híbrido eléctrico, lo suficiente para una jornada completa en la ciudad). 

Que el híbrido enchufable cuente con un motor térmico y otro eléctrico implica que posea componentes propios de un vehículo de combustión (depósito, línea de escape, etc.) y de un vehículo eléctrico (batería, instalación eléctrica, etc.).

Ello quiere decir que tendremos el mantenimiento y las reparaciones de ambos tipos de motores, aunque es cierto que se evitan ciertos problemas muy costosos propios de los cambios manuales.

La mecánica del motor eléctrico es, en la práctica, mucho más sencilla que el de un motor térmico, y por tanto su mantenimiento es más barato. El mantenimiento de uno u otro motor dependerá directamente del uso que hagamos de cada uno de ellos.

En el conjunto de los híbridos combinados, el motor eléctrico es el encargado de que el vehículo comience la marcha, actuando sobre un engranaje exterior que hace moverse la cadena que actúa a su vez sobre las ruedas. Cuando se alcanza cierta velocidad o se demanda mayor potencia, arranca el motor térmico para actuar sobre los engranajes del divisor de potencia, igualmente para accionar la misma cadena que hace moverse las ruedas.

Que el vehículo funcione en modo cien por cien eléctrico durante más tiempo, o dicho de otro modo, que el motor térmico tarde más en comenzar a funcionar, depende directamente de la potencia que el motor eléctrico sea capaz de proporcionar. En un híbrido enchufable, con un motor eléctrico más potente, esto se producirá más tarde y con menos frecuencia. Por tanto, estamos usando más el motor eléctrico y el mantenimiento del motor térmico será menor.

Cómo es el mantenimiento de un híbrido enchufable

Cabe decir que debemos distinguir varios tipos de mantenimiento. En líneas generales podemos hablar del mantenimiento de actualización, destinado a mejorar las prestaciones del vehículo (por ejemplo, un nuevo sistema de audio), y el mantenimiento de conservación, destinado a compensar el deterioro de los elementos.

Dentro de este último, podemos hablar de mantenimiento preventivo (como la revisión del estado de los neumáticos) o correctivo (cambiar los neumáticos cuando están desgastados). El mantenimiento preventivo puede ser programado o no, por ejemplo, si reviso los neumáticos una vez al año. Para liberarnos de esta tarea de programación, Volvo ofrece soluciones como Volvo Car Plan, en la que asumen por nosotros la labor de gestión del mantenimiento según las necesidades del vehículo.

En un vehículo híbrido, al contar con un motor térmico, la rutina debe ser la misma que con un vehículo convencional. Sin embargo, al usarse con menos frecuencia sufrirá menos desgaste. En general beneficiará al conjunto de la mecánica en determinados aspectos donde el motor eléctrico presenta mayores beneficios:

  • Elementos que no están presentes en los vehículos híbridos, como el embrague, la caja de cambios o el filtro de partículas, y que son de las que más averías producen.
  • Elementos que sí están presentes pero tienen un deterioro menor, como los neumáticos o los frenos, en gran parte por el uso de la frenada regenerativa.

Todo ello influye directamente en el mantenimiento tanto correctivo como el preventivo, si bien en algunos casos el programado deberá ser el mismo debido a la presencia de un motor térmico. 

Pero el ahorro en mantenimiento puede estar (según fuentes) entre el 50% y el 80%, lo que se traduciría en unos 330 euros de promedio al año. Solo en neumáticos podemos ahorrarnos 150 euros al año, y otros elementos como los frenos son capaces de doblar su vida útil.

Dependerá del uso del motor eléctrico, que en un híbrido enchufable será mucho mayor y, por tanto, los costes de mantenimiento serán mucho menores. En el caso de los modelos de Volvo podemos comprobar esto de forma muy sencilla a través de la herramienta de cotización de precios de mantenimiento.

El coche conectado revolucionará el mantenimiento

Vehículos como el Volvo XC40 Recharge híbrido enchufable cuentan con grandes posibilidades en relación a su mantenimiento, gracias a sus opciones de conectividad. Tanto el sistema Sensus de Volvo, como el servicio Volvo On Call nos mantiene conectados con los operadores y los servicios de asistencia en carretera. Estos actúan en caso de percance o avería.

Es solo una de las múltiples posibilidades de Volvo On Call, que incluye otros servicios como el de Car Sharing. Una herramienta para compartir el vehículo con quien se desee, familiares o amigos, sin que sea preciso la entrega de llaves de manera física.

El coche conectado, en general, está llamado a revolucionar el concepto de mantenimiento. Su capacidad de recabar información sobre sus propios elementos y de compartirla con concesionarios y talleres nos permitirá ir más allá en el mantenimiento preventivo del vehículo.

Combinando los datos recopilados por el sistema sobre el estado de los componentes, y diversas técnicas de diagnóstico, permitirá anticiparnos a las circunstancias, identificar problemas y darles solución antes de que ocurran. Un sistemas que se perfeccionará gracias a las tecnologías de inteligencia artificial y machine learning, en lo que se ha dado a llamar mantenimiento predictivo.