Vendí un vídeo viral y me pagaron 340 euros por él

Vendí un vídeo viral y me pagaron 340 euros por él

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Vendí un vídeo viral y me pagaron 340 euros por él

Imagínate la siguiente situación: durante un paseo en bicicleta fuera de la ciudad te encuentras, por sorpresa, una pequeña manada de mofetas que avanza hacia ti poco a poco. Te paras, las observas y ellas, inofensivas, se acercan a olisquearte los zapatos. Corretean de la forma más adorable y mona posible alrededor tuya e inevitablemente sacas el móvil para inmortalizar el momento. Ahora tienes grabada en vídeo la prueba de la agradable sorpresa que has tenido en tu viaje en bicicleta rutinario.

Después lo subes a Youtube, Instagram, o cualquier red social, para compartir ese bonito momento. Pasan las semanas y un día recibes un correo electrónico que comienza con un entusiasmado mensaje de “¡Nos encanta tu vídeo!”, detallando a continuación que es una empresa que ha encontrado tu vídeo y que estaría interesada en pagarte dinero por él.

Es posible que te coja por sorpresa, pero sin duda la idea de que te ofrezcan dinero por un vídeo que has grabado por completa casualidad es muy atractiva. Pues bien, esto no se queda solo en un ejemplo, sino que pasa constantemente: muchas empresas se dedican a rastrear vídeos en la red para adquirir sus derechos y luego volver a venderlos a terceros.

¿Por qué quieren comprar mi vídeo?

Si eres un asiduo de las redes sociales, seguro que te has encontrado con multitud de medios o cuentas que comparten vídeos de lo más sorprendentes. Pues bien, esos vídeos no aparecen de la nada. Empresas como Jukin Media, Viralhog, entre otros, una vez que han rastreado los vídeos y los han comprado, los venden a terceros.

Volvamos a nuestro vídeo de las mofetas para entenderlo: hace unos años, una vez que hubieras subido el vídeo a Youtube, es complicado que el vídeo se volviera viral. Antes los vídeos crecían de forma orgánica en la plataforma, recolectaban visitas de forma lenta y pausada, a través de recomendaciones de amigos o familiares y el boca a boca digital. Ahora, con estas empresas, hay muchos más videos que se hacen virales y de forma más rápida. Es porque mediante sus redes de difusión, ya sean sus diferentes canales o redes sociales, "impulsan" que el vídeo se haga viral y que llegue a muchos teléfonos simultáneamente.

En los últimos meses, algunos youtubers han tenido serios problemas por culpa de este tipo de empresas. La última polémica ha sido en cuanto a Jukin Media: algunos youtubers han sido amenazados con el cierre de su canal al usar imágenes y vídeos que han sido comprados y licenciados por la empresa. Han sido acusados hasta de extorsión por pedir una cantidad exacerbada de dinero a los youtubers por usar dichos vídeos, aunque solo fuera unos segundos.

En resumidas cuentas, estas empresas desempeñan dos funciones principales: por un lado compran vídeos que ya se han hecho virales para explotarlos comercialmente, o buscan vídeos que ven como candidatos potenciales a serlo y lo convierten en virales. Hemos hablado con algunas personas que han vendido sus vídeos a diferentes empresas de este estilo para que nos cuenten qué es lo pasa después de venderlos y, lo más interesante, cuánto provecho monetario han podido sacar de ello.

Storyful: el que más paga, pero sin apenas transparencia

Mario, durante un viaje que hizo con sus amigos a Venecia en 2017, hizo este vídeo de tan solo 17 segundos. Storyful le pagó 340 euros por él.

Mario es creador de contenido desde hace varios años y conocía de antemano la existencia del negocio de los vídeos virales. Fue él mismo quien contactó con ellos para venderlo: “El vídeo se viralizó en Twitter y estaba harto de que me lo robaran otras cuentas, entonces decidí venderlo y que otros lo peleen por mí, además de ganar ese dinero extra”.

“Estuve echando un ojo a dos o tres empresas del estilo, pero la que más me convenció fue Storyful porque en ese momento eran los más claros a la hora de explicar lo que ofrecían”, nos cuenta para este artículo. Lo único que le pidieron es que resubiera el vídeo a su propio canal de Youtube con unas keyword específicas e indicando en la caja de descripción que el vídeo pertenecía a Storyful, en el caso de que alguien quisiera usarlo. Mario también les mandó enlaces donde el vídeo había sido subido sin permiso para que ellos pudieran reclamarlo, a petición de Storyful.

No hubo ningún tipo de negociación, ni le hicieron firmar ningún contrato. Todo fue hablado a través de mail. El reparto de beneficios que genera el vídeo una vez comprado suele ser de un 50% para el dueño del video y un 50% para la empresa que lo compra, pero en este caso no le indicaron cuánto sería su porcentaje de ganancias, simplemente le dijeron que “el límite que podía ganar con el vídeo era de 1.000 euros y que iban a hacer ingreso a través de PayPal cada vez que se acumularan 100 euros”. El primer mes le ingresaron 100 euros, a los tres meses 140 euros y en otro par de meses 100 euros, aproximadamente. Luego no supo más de ellos.

Cada vez que le ingresaban un pago nadie le hacía ningún desglose, ni factura, ni nada por el estilo. No sabía “a qué clientes lo habían vendido, ni cuántas views o impresiones ha tenido ese vídeo durante su difusión”. Los ingresos en PayPal se hacían como si te lo ingresara un amigo o particular. Algo que no terminaba de convencer a Mario ya que estaba muy interesado en dicho desglose. Les ecribió varios mail solicitando si sería posible ver dichos datos en algún momento, a lo cual solo recibía mails diciéndole que no iba a ser posible en ese momento. A la hora de escribir este artículo Mario volvió a contactar con ellos pero ni siquiera le han respondido. Al contactar con ellos nosotros, tampoco han dado declaraciones al respecto.

A pesar de que no exista contrato, en su momento Storyful le indicó a Mario que la propiedad del vídeo sigue siendo de él, pero los derechos de distribución y comercialización del mismo son de Storyful para siempre.

En este caso Mario ganó 340 euros por su vídeo, ¿por cuánto lo vende Storyful a terceros? En un correo que les enviamos con anterioridad preguntando por el precio de uno de sus vídeos nos indicaron que 715 euros.

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Tienen planes en los que cuantos más vídeos compres más baratos sale cada uno. Les planteé, como medio, la posibilidad de comprar 50 vídeos diferentes al mes y me indicaron que en ese caso serían 135 euros. Es decir, una cantidad de 6.750 euros al mes. Además, cuando venden un vídeo en particular no es exclusivo, pueden vender el mismo vídeo a diferentes personas. Esa venta solo da permiso a utilizarlo, y solo durante un tiempo determinado.

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¿Vale la pena vender tu vídeo entonces? Mario lo tiene claro: “Sin duda, lo volvería a hacer, a mí por lo menos me compensa. Cuando viralizas un vídeo te lo pueden robar otras cuentas y, en el mejor de los casos, te dan crédito, pero la mayoría de las veces no lo hacen. Incluso si te lo dan no sirve para nada realmente. La experiencia con Storyful por una parte fue una buena experiencia porque te hacían el ingreso en Paypal como si fuera una donación y punto, pero mal porque no tengo datos, no sé a qué gente se lo han vendido. Varias veces les pedí datos, de a quién se lo han vendido, o por cuánto, cuántas impresiones, cuánto de ese dinero es para mí y cuánto es de ellos pero no me dieron nada”.

Jukin Media: prometieron dinero que nunca pagaron

Xuri, youtuber e ilustradora, subió este vídeo a uno de sus canales en 2013, en el que sale ella misma cayéndose en el aeropuerto.

Al cabo de unas semanas la contactó Jukin Media para comprarlo. “El vídeo ni siquiera tenía muchas visitas”, nos cuenta Xuri, “no sé cómo llegaron a él y menos una empresa americana”.

“Yo tendría unos 18 años en aquel entonces, me dijeron que querían comprar ese vídeo y que me iban a pagar 100 dólares. Me mandaron firmar un documento de cesión de derechos y lo firmé a la espera de que me fueran a mandar ese dinero, pero nunca lo hicieron”.

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Reclamó después de unos meses pero nadie le contestaba a los correos. Incluso un par de años después les volvió a escribir, pero sus quejas se mandaban a un sistema automatizado de reclamaciones. Jamás obtuvo ni las respuestas ni el dinero.

“Solo me ofrecieron esos 100 dólares, supongo que si hubiera sabido cómo funcionan las cosas en aquel entonces lo hubiera negociado. Me lo pintaron como un premio: además de que les había encantado el vídeo encima me iban a dar dinero por él. Supongo que le pasa a mucha gente como me pasó a mí, que hicieron ese vídeo por casualidad y luego lo venden sin saber que podrían ganar más dinero a parte de esos 100 dólares. Bueno, en mi caso ni siquiera me los dieron”.

Cuando Xuri firmó el contrato la empresa se llamaba ChiWay Entertainment INC, antes de que la compañía cambiara el nombre justo en 2013 a Jukin Media.

Xuri vio su vídeo en uno de los recopilatorio de caídas que hacían en aquel entonces. A día de hoy está borrado y no se localiza en el canal de Jukin Media. Nos pusimos en contacto con la propia empresa respecto al vídeo y el contrato que le hicieron firmar sin ser remunerado nunca, pero la empresa no nos ha contestado a ninguno de nuestros mails.

Caters Clips: el trato más justo y transparente

Lucas, productor de Pyrene Media, también nos cuenta que fueron los elegidos por otra empresa de compra de vídeos: Caters Clips. En esta ocasión la experiencia fue mucho más agradable respecto a Storyful y Jukin Media.

Pyrene Media es una productora especializada en montañas, vuelos, paracaidismo y toda clase de deportes de riesgo. Trabajan sobre todo la zona de Pirineos. Uno de sus trabajos recientes, por ejemplo, sale reflejado en uno de los últimos videoclips de C.Tangana, YELO.

El vídeo de arriba corresponde a uno de sus deportistas, Alex Villar, y Caters Clips contactó directamente con el deportista.

“Nosotros trabajamos sobre todo en publicidad y aunque podamos pensar que algunos de nuestros vídeos pueda ser virales no es nuestro sector principal", nos cuenta Lucas a través de teléfono,"sabemos que esto no es un negocio, no lo vemos como un retorno del que se pueda vivir, este caso solo lo hemos hecho por probar”. Es la primera vez que han realizado este tipo de transacción, al ser contactados por Caters Clips.

El trato que les ofrecieron y aceptaron fue un 60% de beneficios para Pyrene Media y el 40% restante para Caters Clips. Solo tiene una duración de tres meses y a su término el vídeo vuelve a ser completa propiedad de Pyrene Media: “Aún no os podemos decir cuánto dinero ha generado ese vídeo, solo ha pasado un mes, y es un pago trimestral al acabar el contrato, pero sí que nos han indicado que nos harán un desglose donde se indicará dónde se ha vendido ese vídeo, a qué clientes y cuánto ha generado cada transacción”.

Contactamos también con Andrés Aguilera, creador de contenido especializado en cinemáticas con drones. Uno de esos videos fue hallado por Caters Clips al igual que el vídeo de Pyrene Media y le hicieron una oferta.

Nos cuenta que ya le han contactado varias veces desde esta misma empresa, al igual que otras diez al menos. Hicieron el mismo trato que con Pyrene Media, a repartir beneficios entre ellos a un 60% para Andrés y un 40% Caters Clips. En este caso, su pago va mes a mes y en cada uno de ellos se desglosa cómo se ha vendido el vídeo, nombres de clientes incluidos. Un proceso muy transparente a diferencia de la competencia.

No es la primera vez que vende uno de sus vídeos. Elige los que le parecen más interesantes para esta opción. Las ganancias del vídeo de arriba en específico le han traído 150 euros, por ejemplo: “De todas formas, al darles el derecho no exclusivo, mi idea no era ganar dinero, sino darle más visibilidad al vídeo”.

“Sigo colaborando con ellos, así que les recomiendo. Siempre que sepas por qué quieres vender el vídeo, porque la remuneración es escasa”, concluye.

Factores a tener en cuenta a la hora de vender tu vídeo

Como hemos visto, entregar tu vídeo a las manos de una compañía tiene sus pros y sus contras. El beneficio que sacan ellos respecto a tu vídeo es infinitamente mayor al que vayas a sacar tú, pero a diferencia de nosotros tienen una red de contactos y de distribución que nosotros no tenemos.

También existe el riesgo de que la empresa no acabe de ser totalmente honesta, como ha pasado en el caso de Xuri, y tus reclamaciones se pierdan en su masificado sistema. En este caso se trataría de intentar buscar de forma previa buenas referencias sobre la empresa que te está contactando para el vídeo.

Por otro lado, también está la monetización. Youtube ahora ha puesto ciertas reglas para que puedas monetizar tus vídeos: es necesario haber conseguido más de 4.000 horas de visionado en 12 meses y tener al menos 1.000 suscriptores. Esto significa que si no eres una persona dedicada a la plataforma y subes un vídeo suelto que, por casualidad, se viraliza, no puedes monetizarlo de forma alguna. A no ser que sea mediante este tipo de empresas que se encargan de hacerlo. Por no hablar de subirlo en otras redes sociales, como Twitter o Instagram, donde siquiera hay posibilidad de monetización.

En cambio, si eres creador de contenido y puedes monetizar tus vídeos tienes mucha mejor posición a la hora de negociar las condiciones en las que vas a vender tu vídeo.

Al fin y al cabo, estas empresas se nutren de nuestros vídeos, sin ellos no tendrían negocio, qué menos que negociar con la materia prima que ellos tanto ansían.

Ilustración portada | IvArt

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