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Las barras de sonido son el comodín ideal para introducir sonido de calidad en casa. Son versátiles, ocupan poco espacio y ayudan a configurar una ‘experiencia de cine’ en cualquier sala por pequeña que sea.

Una de sus mayores virtudes reside en la compatibilidad. Mediante streamcast podemos enviar música desde nuestro móvil o tablet, escuchar la que tengamos almacenada en un disco duro o sacar todo el jugo a series y películas en soporte físico. Hasta un tutorial de belleza de YouTube se escuchará de lujo. Para todo ello, no hace falta tener instalado un sistema de altavoces 7.1 con cables por todo el salón. A muchos usuarios les suele bastar con una barra inalámbrica.

Sin embargo, no siempre es fácil dar con la más adecuada. ¿Qué tamaño, potencia y modelo es el conveniente para cada caso? Antes de tomar una decisión hay que considerar una serie de variables.

¿Cuánto espacio tenemos?

Este va a ser el gran interrogante: el espacio libre del que disponemos. Podemos encontrar barras que van de los 500 a los 1.000 mm de largo, con pesos que oscilan entre el kilo y los 4 o 5 kg. Un punto intermedio estaría genial. Nuestro consejo es usar un ancho adaptado al tamaño del televisor sin que nunca sobresalga. Si se tiene en cuenta que 40 pulgadas equivalen a 101 cm, en este caso el tamaño perfecto sería una barra de 800 mm.

Cualquier ingeniero de sonido resaltará aquí dos claves: el tamaño de la sala —y si es cuadrada o rectangular— y dónde estaremos situados nosotros, los espectadores. También habrá que tener en cuenta el nivel de presión acústica y la cantidad de objetos que hay en la habitación.

Siempre es mejor apostar por un equipo que tenga suficiente potencia, pero sin excesos innecesarios. Hay que tener en cuenta que un equipo rinde mejor al 50% que al 90%, cuando los picos de volumen elevado producen distorsión.

Para hacer el cálculo se puede recurrir a la fórmula vatio por metro. Es decir, en un salón de 40 m2 con 40 W tendríamos bastante. Aunque lo ideal, como se señalaba antes, es apuntar más alto: a los 70 W RMS, por ejemplo. También hay que tener en cuenta que el equipo debería dedicar 100 decibelios (dB) por persona, teniendo en cuenta que cada metro y medio aproximadamente se “pierden” unos 6 dB. En todo caso, se trata de valores orientativos, ya que la propia disposición de la estancia condiciona el rendimiento. En la mejor de la situaciones contaríamos con algún tipo de tratamiento acústico y acondicionadores de sala, imprescindibles para que un equipo dé lo mejor de sí.

Conectividad: cable o inalámbrica

Antes de continuar, un detalle importantísimo: si el TV y la barra son de TCL, ambos se pueden controlar con un único mando. Así nos podemos olvidar de buscar pilas para los mandos que tengamos al retortero y centralizar el control.

Las conexiones son el segundo apartado que hay que mirar con mayor celo, ya que son las que determinarán su compatibilidad

Las conexiones son el segundo apartado que hay que mirar con mayor celo, ya que son las que determinarán su compatibilidad. La barra de sonido debe contar con entrada HDMI (para conectar el televisor), una digital óptica y otra coaxial digital S/PDIF. En cuanto a las conexiones inalámbricas, WiFi y Bluetooth 4.2 son las principales. La primera para conectarse a la red y actualizar el software, entre otras cosas. La segunda, para poder vincular, por ejemplo, una tablet.

No es necesario buscar una barra con entrada jack de 3,5 milímetros. A día de hoy casi cualquier dispositivo cuenta con conexión inalámbrica. No solo es más cómodo, también ahorraremos en cables y complicaciones en la instalación. La conexión “por componentes” o RCA —los típicos conectores rojo-blanco-amarillo—, también se sigue aplicando, pero cada vez menos. En caso de tener que elegir entre una conexión WiFi y USB, la primera ofrece más opciones.

Tampoco hay que preocuparse en exceso por el tema de las conexiones, ya que gran parte de los sistemas que se comercializan en la actualidad están preparados para distintas tipologías de uso. Ejemplo de ello son las barras de TCL. La TS5000-EU, también conocida como Alto 5, es un modelo de barra 2.0, 50 W de potencia, conexión inalámbrica y control mediante Bluetooth, ideal para un televisor de 43’’, con 800 mm de largo (800 x 66 x 84), cinco indicadores LED y compatible mediante USB MP3, WAV y FLAC. Ahí es nada.

A esta configuración le podemos sumar un subwoofer inalámbrico, que es como se comercializa el TS5010-EU. De esta forma configuramos un sistema 2.1, es decir, un estéreo más subwoofer para control de graves capaz de ofrecer hasta 120 W de potencia. El software del equipo también cuenta con ecualizaciones para ajustarlo según su uso con los modos Música, Películas o Noticias.

Diferencias entre barra, soundbase y home cinema

 

Esta es otra de las dudas clásicas. Hay quien confunde barra de sonido, soundbase y home cinema. Aunque comparten similitudes, no son lo mismo. La barra es un sistema estéreo que se coloca en el margen inferior del televisor. En su interior cuenta con varios speakers, o altavoces, y se suele recurrir a un subwoofer externo para reforzar la respuesta de graves, que se corresponden con las frecuencias más bajas del espectro sonoro.

La base de sonido, en cambio, suele ser el speaker de refuerzo, el responsable de los graves. Y el home cinema es un conjunto que cuenta con un sistema de control y varios altavoces satelitales, con configuraciones que van de los 2.1 (dos monitores a los lados más un tweeter central), 5.1 (cuatro altavoces –dos delante y dos detrás– más un tweeter), 7.1 (un tweeter de agudos, un subwoofer aparte y seis altavoces en torre), etc.

¿Sistema 2.0, 2.1, 5.1, 9.2, 11.1…?

Lo que nos lleva a otra duda habitual: ¿en qué se diferencia un 2.0 de un 2.1? ¿Y qué es eso de 9.2? Como decíamos, la única diferencia en el primer escenario es la incorporación de un subwoofer, un altavoz destinado a reproducir en exclusiva frecuencias graves. En un 9.2, por ejemplo, tendríamos hasta dos estaciones de graves. Las barras de sonido conforman el escenario más común, el 2.0, pero mejorando enormemente la respuesta auditiva que ofrece un televisor.

Es recomendable complementar al televisor con una barra que corrija y aumente su audio, que aporte una respuesta más equilibrada y la potencia precisa para escuchar cualquier contenido con la calidad necesaria

Hay que tener en cuenta que los televisores son paneles delgados que por su diseño no pueden contener un gran altavoz, de ahí que sea recomendable complementarlos con una barra que corrija y aumente su audio, que aporte una respuesta más equilibrada y la potencia necesaria para escuchar cualquier serie, película o música con la calidad necesaria y sin niveles de distorsión.

Y aquí volvemos al punto anterior: una barra de sonido no suele precisar más potencia. Aunque el audio estéreo que recibimos llega desde el frente, a cambio ganamos en espacio, centralizamos recursos y ahorramos dinero. La misma serie TS de TLC cuenta con la familia TS7000-EU —también conocida como Alto 7—, una barra de 920 mm de largo, que asciende hasta los 80 W de potencia y pensada para televisores de 55”.

Esta es una barra más especializada en sonido de cine, para sacar todo el partido a la conexión HDMI ARC. También podemos optimizar el resultado como apuntábamos anteriormente: sumando un subwoofer. El modelo TS7010-EU es un 2.1 que posee 160 W de potencia, control inalámbrico y conexión Bluetooth. El todo-en-uno perfecto para montarse maratones cinéfilos en casa.

Compatibilidades: ¿cuántas?

Esta es la última parada de nuestra guía. Existen decenas de nombres comerciales para designar la calidad del sonido: Dolby Digital, Dolby Digital Plus, Dolby TrueHD, Dolby Atmos, DTS, DTS-HD High Resolution, DTS-HD Master Audio, DTS:X, Dolby Pro Logic II…

Pero lo que nos interesa no es su nomenclatura, sino la compatibilidad. ¿Es compatible con alta resolución codificada en FLAC? Será más que suficiente. ¿Podemos escuchar nuestros MP3 guardados en la tablet? Perfecto. Si un televisor cuenta con DSP (chip de procesado digital de señales) y con la capacidad de reproducir audio en Dolby Atmos, debemos mirar una barra capaz de lo mismo. Si no es así por el camino estaremos perdiendo funciones.

Las de TCL son barras preparadas para ejecutar cualquier contenido codificado en Dolby Digital y otros algoritmos de compresión. El resultado es un sonido estéreo amplio. Además de poder acceder a casi cualquier servicio mediante conexión Bluetooth, desde el móvil o el televisor, con simplemente reproducir Spotify, Deezer, TuneIn o Tidal y vincular la conexión.

Algunos fabricantes ofrecen barras de sonido con una cantidad ingente de vatios, pero una respuesta saturada. Esto se traduce en un mal rendimiento en volúmenes altos y bajos, aportando pocos matices y arrojando un sonido antinatural y embrutecido. Lo idóneo es acomodar una barra que equilibre y cuente con potencia suficiente, y no pecar ni por exceso ni por ausencia.

Las TS5000 y TS7000 de TCL son buenas compañeras para inyectar el impulso sonoro que hace falta a cualquier televisor. Un refuerzo que podemos ir aumentando en el futuro si nos apetece, cuando nos iniciemos, por ejemplo, en el mercado de los DAC dedicados. Cuando llegue el momento de pensar en eso, pal menos no habremos tropezado por el camino con equipos mastodónticos y poco provechosos.

Imágenes | TCL