El Solar Orbiter desvela secretos de las llamaradas solares y cómo la corona del Sol es mucho más caliente que su interior

El Solar Orbiter desvela secretos de las llamaradas solares y cómo la corona del Sol es mucho más caliente que su interior
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La sonda europea Solar Orbiter tiene como misión estudiar la estrella más cercana a nosotros y responsable de que estemos con vida: el Sol. Actualmente explorando el Sol, la nave ha realizado diferentes observaciones acerca de la superficie solar y los extraños comportamientos que se dan ahí. Por ejemplo, que la temperatura es de hasta un millón de grados centígrados frente a los 5.500 grados centígrados del interior del Sol.

Entre las observaciones que ha hecho el Solar Orbiter está la de las llamaradas solares. Gracias a un instrumento a bordo para observar en ultravioleta (el Extreme-Ultraviolet Imager) se ha podido recopilar imágenes más detalladas sobre la actividad que se produce en la corona del Sol.

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El Solar Orbiter ha descubierto miles de pequeñas llamaradas solares que antes no habían sido observadas. Con una duración de entre apenas 10 y 200 segundos, estas llamaradas llegan a ser de lo más curiosas. Por ejemplo, alcanzan un tamaño que varía entre los 400 y los 4.000 kilómetros, mientras que su altura puede ir de entre 1.000 a 5.000 kilómetros.

Caliente, caliente...

El punto interesante aquí es la temperatura que se da en estas pequeñas llamaradas solares. Dicen que alcanzan entre 1 millón y 1,6 millones de grados centígrados. Esto ayuda a que la temperatura en la corona sea de 1 millón de grados centígrados mientras que en el interior se reduce a unos 5.500 grados centígrados.

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Durante años los investigadores de todo el mundo han tratado de entender por qué se da este curioso efecto de que la corona tenga una temperatura más alta. Nuevas simulaciones a ordenador de las llamaradas solares han podido determinar que cuando estas conectan entre ellas y con la superficie se genera un impulso que puede generar suficiente energía para mantener la temperatura de la corona.

Culpar de la cantidad de llamaradas únicamente al calentamiento de la corona solar sería ingenuo. Los investigadores dicen que también depende en gran parte de la intensidad de estas llamaradas y de otros fenómenos que aún no han llegado a estudiar. De ahí que en los próximos meses se busque hacer más observaciones sobre el Sol.

De hecho, el Solar Orbiter ni siquiera está técnicamente operativo aún. Se lanzó el año pasado y mediante una serie de maniobras de asistencia gravitacional se está colocando en su órbita. Una órbita que conseguirá a finales de este año y será altamente elíptica. Desde ahí podrá ofrecer imágenes y datos aún más detallados y precisos sobre el Sol. De momento nos ofrece observaciones como esta o la imagen más cercana del Sol.

Vía | Science

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