Un año después del colapso del Observatorio Arecibo, la reconstrucción de su radiotelescopio está más lejos que nunca: esto es lo que sabemos

Un año después del colapso del Observatorio Arecibo, la reconstrucción de su radiotelescopio está más lejos que nunca: esto es lo que sabemos
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Hace exactamente un año, una de las instalaciones más importantes para la Historia de la Astronomía moría víctima del peso de los años y la falta de cuidados. Aquel 1 de diciembre de 2020, el radiotelescopio del Observatorio Arecibo, ubicado en Puerto Rico, no aguantó más y cayó, con todo el peso de sus 900 toneladas, desde los 150 metros de altura a los que estaba suspendido. Con ese desastre dijimos adiós a casi 60 años de contribuciones al estudio del espacio.

Desde el mismo momento en que se conoció la noticia, fueron muchos los que reclamaron su reconstrucción. El gobierno de la isla caribeña, dependiente de los Estados Unidos, se apresuró a aprobar una orden ejecutiva dotada con 8 millones de dólares de presupuesto para eliminar los escombros y estudiar una posible reedificación. Washington, por su parte, no hizo mención al tema, y se limitó a investigar las causas del colapso y estimar los gastos de limpieza del desastre.

Aquel silencio de la Administración estadounidense ha resultado ser, doce meses después, mucho más elocuente que las palabras de las autoridades locales y la comunidad científica, porque lo cierto es que, a día de hoy, no hay un plan de reconstrucción para el radiotelescopio, al menos público, según informa el portal Primera Hora. El Observatorio Arecibo, no obstante, sigue en funcionamiento como centro de investigación pese a perder su principal instrumento.

No era sencillo que el plan de reconstrucción cuajase, en especial por su elevado coste. Cuatro meses después del colapso, en marzo de 2021, la Fundación Nacional de las Ciencias (NSF, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos -agencia federal de la que depende el Observatorio- estimó que sólo la limpieza de los escombros tendría un coste de entre 30 y 50 millones de dólares. La reedificación del radiotelescopio, por su parte, rondaría los 300 millones de dólares, como ya contamos en Xataka.

En abril comenzaron las tareas de limpieza y, según el NFS, a mediados del pasado mes de noviembre concluyó la retira de emergencia de los escombros.

La fundación científica estadounidense fue consultada por Primera Hora sobre sus planes para el Observatorio Arecibo, y una representante de la agencia señaló al rotativo puertorriqueño que están considerando varias opciones, pero que no han tomado una decisión de momento.

La Historia del radiotelescopio de Arecibo

El radiotelescopio del Observatorio Arecibo estaba construido sobre una depresión natural del interior occidental de Puerto Rico, y fue inaugurado en 1963. Entre sus contribuciones más destacadas se encuentran descubrimientos como el del periodo orbital de 59 días de Mercurio -con anterioridad se creía que era de 88 días-, en 1964, o el del púlsar PSR B1257+12 en 1990, que más tarde conduciría al hallazgo de los dos primeros planetas extrasolares. También permitió la toma de la primera fotografía de la historia a un asteroide

Asimismo, desde sus instalaciones se envió un mensaje a otros mundos en 1974, de 1679 bits y con imágenes de personas, del telescopio, números y fórmulas químicas.

Todas esas contribuciones a la Astronomía no impidieron que en los últimos años el deterioro acumulado fuese comprometiendo, poco a poco y sin que nadie lo remediase, su estructura. Las primeras alarmas saltaron en agosto de 2020, cuando un primer cable roto causó la destrucción del plato principal. Los responsables intentaron reponerlo, pero un segundo cable se rompió a principios de noviembre de aquel año y desterró las esperanzas de reparación.

Este segundo hecho llevó a las autoridades a tomar la decisión, el 19 de noviembre, de realizar una demolición controlada del radiotelescopio, ya que tres empresas de ingeniería distintas recomendaron darlo de baja por motivos de seguridad, pues explicaron que la reparación podría poner en peligro vidas humanas. Pero no dio tiempo, tan solo 11 días después de aquello, la instalación se venía abajo por su propio peso.

Imagen 1 | Michelle Negron, National Science Foundation

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