Invertir en trocitos de cosas caras con poco dinero: con Internet es posible (aunque no del todo recomendable)

Invertir en trocitos de cosas caras con poco dinero: con Internet es posible (aunque no del todo recomendable)

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Invertir en trocitos de cosas caras con poco dinero: con Internet es posible (aunque no del todo recomendable)

El mercado inmobiliario está en pleno boom, no solo en España (al menos en las principales ciudades) sino en casi todo el mundo desarrollado. Y podría ser una buena inversión. ¿La pega? Hay que contar con mucho dinero simplemente para entrar. Lo mismo ocurre con el arte. Las materias primas o metales preciosos pueden ser también una buena inversion, pero aparte de que las cantidades suelen ser grandes, almacenarlas puede ser un problema. ¿Cómo lo se puede solucionar estos problemas? Internet, claro.

Existen empresas que se dedican a comprar propiedades, arte, oro, plata, etc. y luego venden participaciones a los usuarios. Esto proporciona un vehículo para que la gente con pocos ahorros pueda aprovecharse de inversiones provechosas que normalmente están reservadas a los más pudientes. Vamos a repasar algunas de estas plataformas, pero siempre con cuidado.

Mercado inmobiliario: Housers

En España existe una alternativa a invertir en pisos, hacerlo a través de Housers. Aunque ahora han diversificado bastante el objetivo de la plataforma era reunir a suficientes inversores para comprar un piso, reformarlo y alquilarlo o venderlo. Housers gana dinero por la gestión del proyecto, la reforma y la gestión del alquiler, y los inversores por la revalorización del mismo o por las cuotas de alquiler de los inquilinos.

Housers es el que lleva la iniciativa del piso que comprar lo cual es una ventaja, ya que normalmente conocen el mercado mejor que cualquiera que no esté especializado. Solo apuntaban a pisos en zonas muy céntricas con demanda tanto para venta como alquiler.

Como he dicho ahora han divesificado bastante y ofrecen la posibilidad de invertir a cualquiera en proyectos inmobiliarios. Es decir, cuando un promotor decide construir una vivienda en lugar de ir a un banco va a Housers a encontrar financiación. El préstamo es troceado en pequeñas inversiones para que cualquiera pueda entrar y ofrecen intereses relativamente altos (rondando el 10% anual).

Housers es una opción interesante para invertir en el mercado inmobilario sin disponer de grandes cantidades de dinero

El problema de esta forma de inverir es doble: por un lado la liquidez es muy baja. Una vez que tienes la participación en la vivienda o préstamo, venderla es complicado. Housers lo facilita con un mercado secundario en su web, pero normalmente en sitios con tan poca liquidez se vende perdiendo dinero. Por tanto si se invierte en esto es para estar hasta el final (en el caso de vivienda con alquiler puede ser mucho tiempo).

El otro problema es el riesgo de perder el dinero. Si es un préstamo a un promotor está claro lo que podría pasar: que quiebre, que no logren la licencia de obra, que no logren vender las viviendas sobre el plano y no puedan devolver los préstamos, etc. Y si es una vivienda comprada para reformar el riesgo es que quiebre Housers. Oficialmente la participación es del propietario, es decir, en caso de quiebra al inversor le correspondería un trozo del piso. Pero en la práctica compartir un piso de 80 m2 con otras 1.000 personas puede hacer que se tenga que malvender y al final se pierda dinero.

Por tanto, y aunque es una opción interesante para invertir en el mercado inmobilario sin disponer de grandes cantidades de dinero, yo siempre recomiendo comprar acciones en bolsa de alguna empresa del sector (por ejemplo una socimi, empresas gigantes que se dedican a comprar viviendas y alquilarlas, con lo que se diversifica el riesgo de que un piso no vaya bien) o en fondos de inversión especializados en el mercado inmobiliario.

Invirtiendo en arte: Masterworks

El arte puede ser una buena inversión si se sabe lo que se hace. Los cuadros pueden multiplicar su precio si el autor se vuelve reconocido, o incluso los cuandros famosos pueden dispararse si la atención de los grandes coleccionistas se posan sobre un autor determinado. La pega, claro está, es que hay que disponer de mucho dinero para invertir en determinadas piezas. Y la solución la proporciona Masterworks.

Masterworks básicamente lo que hace es explorar el mundo del arte buscando cuadros que tienen unos buenos ritmos de valoración. Una vez que encuentran uno lo intentan comprar. Si lo logran ponen a la venta participaciones del mismo. Una vez que están vendidas van haciendo reportes sobre el valor del cuadro y facilitan la venta de las participaciones por si algún inversor quiere retirarse.

No hay una alternativa clara a esta para invertir en arte

Al mismo tiempo buscan coleccionistas interesados en comprar el cuadro. Si sale uno los poseedores de las participaciones votan si quieren venderlo o no. Si se completa la venta se recibe el dinero invertido más la ganancia.

Masterworks es una forma de invertir en arte muy interesante. Por un lado no hay que ser un gran experto, para eso están ellos. Y por otro la inversión mínima es baja. Además son bastante transparentes y ofrecen un mercado secundario para vender las participaciones incluso antes de vender la obra (eso sí, como la liquidez es baja seguramente con pérdidas).

¿Qué es lo malo? Hay que confiar excesivamente en Masterworks. Si no sabemos nada de arte no podemos saber si sus decisiones y valoraciones son las correctas en todo momento. Estaremos entrando en un mundo mucho menos conocido que el inmobiliario o bursátil y dejando toda la confianza en una plataforma con una trayectoria no muy larga.

Lo cierto es que no hay una alternativa clara a esta para invertir en arte: o se compran cuadros o se utiliza Masterworks. Y como siempre es mejor diversificar, es mucho más conveniente invertir en muchos cuadros a través de Masterworks que comprar un único cuadro, que puede salir bien o mal.

Metales preciosos: Kitco

El oro, la plata, el platino... pueden ser buenas inversiones. Pero normalmente es complicado realiza la inversión. Si se compran joyas no estamos únicamente comprando el metal, sino el trabajo de orfebrería, que no es fácil de valorar (o no tan fácil como los metales preciosos que cotizan en tiempo real en los mercados internacionales). Si queremos comprar un lingote hay que estar preparados para tener un buen capital acumulado: las barras más pequeñas de oro, de una onza, cuestan alrededor de 1.500 dólares. Y luego está también el problema del almacenaje, que tiene que ser seguro.

La volatilidad del precio de los metales preciosos es alta y nadie puede asegurar que sea una buena inversión, ni siquiera a largo plazo

Kitco no es una empresa moderna de Internet, en realidad tiene 40 años de historia. Se dedican a la compra venta de metales preciosos, ya sea en barras o en forma de monedas. Se han adaptado bien a los tiempos modernos. Desde su sede en Canadá ofrecen vender metales preciosos con envíos económicos (y sin distinciones en el paquete para evitar robos) a cualquier sitio del mundo. Pero también tienen su opción Kitko-pool, donde permiten comprar oro, plata, platino, paladio y rodio en fracciones de onza. Ellos almacenan en metal y en cualquier momento se puede vender. La forma en la que ganan dinero es por la diferencia entre precio de compra y venta.

Si queremos invertir en metales preciosos es realmente una forma muy interesante de hacerlo, la otra alternativa sería invertir en empresas mineras, que suelen fluctuar según la cotización de los metales que extraen, pero nos ahorramos las posibles ineficiencias de las empresas. Siempre queda la duda de si realmente Kitco está almacenando esos metales o no, pero los 40 años de trayectoria dan alguna garantía. El problema de este tipo de inversiones es la propia del mercado: la volatilidad del precio de los metales preciosos es alta y nadie puede asegurar que sea una buena inversión, ni siquiera a largo plazo.

Materias primas: pocas alternativas

Si queremos invertir en materias primas no he encontrado alternativas para comprarlas físicamente. Sería una interesante empresa que se dedique a comprar petróleo, arroz, azúcar, etc., las almacene y venda participaciones. Es decir, existen empresas que hacen eso pero no venden participaciones por Internet, lo hacen con su propio dinero.

Sin embargo un inversor minorista podría invertir en estas materias primas a través de los mercados de futuros. Un futuro es una garantía que permite comprar una materia prima a a un precio fijo en una fecha determinada. Lógicamente si la materia prima se cotiza por encima o por debajo de dicho precio, el futuro a la fecha de vencimiento cuesta la diferencia entre ambos (con ganancias o pérdidas). Y por tanto es una forma de invertir en materias primas sin tener que tenerlas físicamente.

Un ejemplo de un broker online que permite invertir en futuros es Renta4. Pero para materias primas está limitado a petróleo. Hay pocas alternativas más, realmente estos mercados no están muy pensados para el inversor minorista.

La inversión en materias primas siempre tiene un riesgo: hay volatilidad, y además si invertimos en futuros o en productos perecederos tenemos una fecha de finalización. No se puede retener la inversión todo el tiempo que queramos sino que hay un horizonte determinado donde se dirá si hemos perdido o ganado dinero. En general, y si no somos expertos, nunca recomiendo invertir en materias primas.

Préstamos p2p: muchas plataformas

Otra idea puede resultar atractiva es invertir el dinero en dar préstamos a la gente. Así se elimina al intermediario que gana dinero, el banco, que siempre está entre nuestro depósito y el préstamo que concede. Lo malo es que a veces la gente necesita muchos miles de euros e invertir todo a una oportunidad es muy arriesgado.

Ante una crisis los primeros en impagar van a ser los que pidieron créditos en plataformas p2p

Por eso han surgido muchas plataformas de préstamos p2p (también llamadas crowdlending) que permiten trocear el préstamo y repartirlo entre distintos inversores. Lo bueno es que así se puede diversificar. Lo malo es que normalmente hay un riesgo de impago importante en estas plataformas, no hay ninguna garantía de recuperar lo invertido y además hay muy poca liquidez, hay que esperar hasta el vencimiento para recuperar lo invertido.

Hay buenos artículos en Internet que explican el funcionamiento de estas plataformas, pros y contras y estrategias de inversión. Sin embargo, un consejo: la gente que pide préstamos en estas plataformas normalmente lo hace porque un banco le ofrece unas condiciones más duras. Y quizá es porque el riesgo de impago es alto. Ante una crisis económica, como la que parece venir, seguramente veamos una cascada de impagos en todos los ámbitos pero los primeros serán los de estas plataformas.

Sellos y monedas: ¿recordáis Afinsa y Forum?

Hay también gente que piensa que los sellos y monedas antiguas pueden ser una buena inversión. Y en el pasado hemos visto empresas que se dedicaban a comprarlos y repartir participaciones entre los inversores, lo cual aportaba las ventajas que ya hemos visto antes: diversificar y contar con un experto que elige las piezas por nosotros. Esas empresas se llamaban Afinsa y Forum filatélico.

Lo mejor es invertir a uno indexado con muy bajo coste de mantenimiento

¿Recordáis lo que pasó? En realidad era todo una estafa piramidal. Tenían más suscriptores de lo que podían acaparar y decidieron vender participaciones sin respaldo. Y aún así, el mercado estaba completamente hinchado por la demanda de estas empresas (pero no solo a nivel nacional, ¡a nivel mundial!).

Al final los que invertían a través de estas empresas acabaron sin dinero, con juicios y una larga lucha bastante triste. ¿Cuál es la lección? Cuidado con este tipo de plataformas que compran algo, lo trocean en participaciones y las venden, porque realmente estamos en sus manos y no sabemos qué está pasando detrás.

En general mi consejo de inversión, que explico en el libro que publicamos en El Blog Salmón, es dejarse de todas estas ideas alocadas, mantener el dinero que necesitamos en el día a día y para emergencias en cuentas corrientes y depósitos bancarios y el resto en fondos de inversión. Si no encontramos un fondo que nos convenza (los bancos no suelen ofrecerlos buenos) entonces lo mejor es irse a uno indexado con muy bajo coste de mantenimiento.

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