Siberia, un campo de minas: cada vez aparecen más cráteres explosivos por el deshielo del permafrost

Siberia, un campo de minas: cada vez aparecen más cráteres explosivos por el deshielo del permafrost
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El año pasado, justo por estas fechas, nos hicimos eco de uno gigantesco agujero de 50 metros que había aparecido en mitad de Siberia. No era el único. Cada vez más cráteres de este tipo aparecen de la nada en Siberia. Explosiones de gas provenientes del permafrost que, por ahora, no se han cobrado ninguna vida. Los investigadores ahora buscan una forma de predecir dónde va a aparecer la siguiente explosión.

Metafóricamente hablando, Siberia se está convirtiendo en un campo de minas. Un número creciente de cráteres han aparecido en los últimos años. Se trata de gases explosivos debajo de la superficie que irrumpen en la superficie rompiendo el permafrost. La zona de la Península de Yamal en Siberia parece ser la más afectada, fue donde se descubrió el primero en 2014, fue donde vimos el año pasado otro y es donde han aparecido al menos 20 más. No es en vano, se trata de una zona del norte de Rusia y con un gran área de permafrost.

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Las primeras teorías sugirieron que podía tratarse de meteoritos, pero esto rápidamente fue desechado estudiando más de cerca los cráteres. Por otro lado, se sugirió que el problema estaba en las extracciones de combustibles fósiles en la región. Esto también se descartó posteriormente al descubrirse la razón de cómo surgen las explosiones.

Un claro y directo culpable: el cambio climático

El culpable no es ni ningún meteorito ni la extracción de combustibles fósiles. El verdadero culpable es el cambio climático. Un nuevo estudio ha analizando la geología del lugar y alguno de los cráteres que han aparecido. Con ello han podido determinar mejor cómo surgen estos inmensos agujeros en la tierra.

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Todo empieza cuando hay una acumulación de gas natural en el interior de la Tierra. Esto es relativamente común y de hecho es lo que nos permite extraer gas natural u otros combustibles fósiles. El segundo factor necesario es unas altas temperaturas, lo suficientemente altas como para que debiliten el permafrost. Y esto sin duda es algo que el Ártico y Siberia han sufrido en los últimos años con creces. Se han dado temperaturas de 48 °C en el círculo polar ártico este verano, deshielos de récord, olas de calor e incendios.

En consecuencia, el permafrost ha comenzado a derretirse en la zona. Esto provoca que los gases del interior tengan mayor facilidad para hacer presión y salir a la superficie. Si eso ocurre, lo hacen en forma de una enorme explosión que deja tras de si gigantescos agujeros como los que hemos encontrado.

Generalmente lo que se acumula debajo del suelo es metano, que va aumentando su presión a medida que pasa el tiempo. El permafrost al derretirse también libera su propio metano acumulado de restos orgánicos. Una vez el techo del permafrost está lo suficientemente debilitado, es cuestión de tiempo para que caiga por su propio peso y provoque la explosión.

El deshielo del permafrost y lo que puede liberar en la atmósfera es algo que siempre ha preocupado. Hemos visto ya fugas de gas en el fondo del océano y en a propia Siberia animales microscópicos despertarse tras 24.000 años hibernando.

La "buena noticia" según los investigadores es que esto probablemente sólo se de en la Península de Yamal y la Península de Gydan. Son dos áreas del mundo que tienen las condiciones geológicas necesarias para ello. Es decir, grandes acumulaciones de gas cerca de la superficie, fluidos de gas y agua ascendentes y n permafrost también saturado de gas. Por lo tanto, es difícil que este tipo de explosiones se den en otras regions del Ártico como Noruega, Finlandia, Suecia, Groenlandia, Canadá o Alaska (Estados Unidos).

Vía | VICE
Más información | MDPI

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