La serie 10 de gráficas Pascal de Nvidia sigue creciendo con la llegada de un nuevo miembro, la Nvidia GT 1030. En esta ocasión no es una gráfica pensada específicamente para jugadores sino para reproducir contenido 4K con solvencia.
Nvidia también quiere dominar la gama básica
Sin rivales por ahora en la gama alta de tarjeta gráficas para jugar, Nvidia tenía sus mayores preocupaciones en los modelos de bajo coste, donde por tecnología las soluciones integradas de Intel le hacían competencia, y por especificaciones las gráficas básicas de AMD eran imbatibles. La teoría nos dice que su rival directo sería la Radeon RX 550, que sale por unos 110 euros.
La Nvidia GT 1030 es la primera incursión en lo más bajo del escalafón de tarjetas gráficas dedicadas en esta generación con arquitectura Pascal. La nueva gráfica, de tamaño reducido, no pretende ser un modelo para jugadores, pues apenas nos daría para algo de juego ocasional. Su objetivo es ser la elección para quien quiere potenciar el apartado multimedia, ya sea de creación o reproducción, sin invertir demasiado ni cambiar otros componentes.
La nueva gráfica ofrece una potencia equivalente al doble de la GPU de los Core i5 (Skylake), basada en 384 núcleos CUDA con una frecuencia base de 1.227 MHz y con un bus de 64 bits. La memoria es GDDR5 de 2 GB.
En cuanto a las salidas, las soluciones de diversos fabricantes ofrecen dos: una DVI-D para máximo de 1920x1200 píxeles, y una HDMI 2.0b capaz de ofrecer 4K a 60 fps. Para la alimentación nos sirve la propia ranura PCI-E, pues tiene un consumo de 30 W máximo.
Por ahora las soluciones disponibles son las de terceros ensambladores, con precios que parten de los 70 dólares.
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