Coffee Lake llega a los PCs de sobremesa, el i7-8700K plantea una gran opción para gamers

Coffee Lake llega a los PCs de sobremesa, el i7-8700K plantea una gran opción para gamers
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Intel no parece querer hacer demasiado ruido con la octava generación de procesadores Intel Core, la que ha sido bautizada con el nombre de Coffee Lake. Los primeros modelos —aún englobados dentro de la llamada 'Kaby Lake Refresh'- se anunciaron hace un mes, y ahora llega por fin una nueva hornada mucho más llamativa.

Entre otras cosas porque entre esos modelos están los Core i7-8700K, que probablemente se convertirán en protagonistas en el ámbito del gaming. Los micros para PCs de sobremesa llegan con más núcleos y mejores rendimientos tanto en videojuegos como en entornos multitarea.

Más cores y más rendimiento en todos los ámbitos

En Intel afirman que los i7-8700K son hasta un 25% más rápidos en juegos (así lo indicaban la tasa de fotogramas por segundo en Doom) y hasta un 45% más rápidos que los i7-7700K en entornos "mega-tasking" con un enorme número de aplicaciones abiertas.

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Fuente: AnandTech

Una de las diferencias fundamentales en las que se basa esa mejora en el ámbito multitarea es el aumento a 6 núcleos en lugar de los 4 de los Core i7-7700K: incluso los nuevos Core i3 dan el salto a los 4 núcleos, convirtiéndolos en modelos más llamativos para todos los ámbitos.

El aumento de núcleos, eso sí, tiene una desventaja: la frecuencia de trabajo base de esos núcleos se reduce de los 4,2 GHz de los Core i7-7700K a los 3,8 GHz de los Core i7-8700K, aunque la velocidad máxima sí supera a la de sus predecesores: 4,7 GHz frente a los 4,5 GHz de los 7700K, y todo gracias a la llamada Turbo Boost 3.0. El consumo también sube ligeramente, de los 91W a los 95W en el caso de los 8700K.

Una actualización que no nos saldrá barata

Hay otros dos puntos importantes que también pueden rebajar un poco las expetactivas. El primero, que necesitaremos una placa base con el nuevo chipset Intel Z370 —olvidaos de placas para Kaby Lake—, lo que encarecerá la actualización a pesar de que estamos ante micros con Socket LGA 1151.

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El segundo, que los precios también suben, y de forma significativa. El Core i7-8700K cuesta 359 dólares para lotes de mil unidades por los 305 dólares del 7700K, mientras que el Core i5-8600K cuesta 257 dólares, por los 217 dólares del 7600K. En ambos casos eso supone un crecimiento del 18% del precio, lo que hará que junto a la placa base la actualización no salga demasiado barata.

Queda por ver, por supuesto, si esa inversión merece la pena, algo que podremos comprobar cuando tengamos la oportunidad de contar con una unidad de pruebas.

Vía | AnandTech
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