Así planea Apple librarse de los aranceles de Trump: la fabricación del Mac Pro se queda en Texas para esquivar la guerra comercial con China

Así planea Apple librarse de los aranceles de Trump: la fabricación del Mac Pro se queda en Texas para esquivar la guerra comercial con China
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"Diseñado en California, fabricado en Texas". Es el lema de Apple con el Mac Pro y encaja a la perfección con la estrategia 'America First' de Donald Trump. La compañía de Tim Cook está en el centro de la guerra comercial con China ya que varios de sus productos se fabrican en el país asiático. No ocurrirá con el Mac Pro, su ordenador más nuevo y moderno, que será ensamblado en Austin, Texas. En una nueva planta que han inaugurado conjuntamente el presidente de los EE.UU y el CEO de Apple.

Pero no se trata de una decisión baladí, pues Apple podría llegar a obtener beneficios particulares y librarse de los aranceles a las importaciones de China. "Estamos pensando en eso", ha respondido Trump al ser preguntado sobre la posibilidad de emitir una excepción para Apple.

"El problema que tenemos es que está Samsung. Es una gran compañía, pero es un competidor de Apple, y no es justo porque tenemos un acuerdo comercial con Corea. Tenemos que tratar a Apple de forma similar a como lo hacemos con Samsung", ha contestado el presidente según relata Reuters.

Estos han sido los movimientos de Apple durante los últimos meses y las decisiones que han llevado a Trump a pasar de presionar a Apple por plantearse fabricar en China a celebrar la apertura de una nueva planta de producción en Texas. Una fábrica que, para complicar el asunto, pese a ser anunciada estos días en realidad lleva fabricando el Mac Pro desde 2013.

Donald Trump consigue que el Mac Pro sea fabricado en Texas

El presidente de los EE.UU y Tim Cook han dado un paseo por la planta de Apple en Austin, Texas, donde se fabricará el nuevo Mac Pro. "Hoy he abierto una importante planta de Manufactura de Apple en Texas que traerá empleos bien remunerados a Estados Unidos", ha anunciado Trump en su cuenta personal.

Pero lo que Apple ha anunciado es que expandirá el campus de Austin, con una inversión de 1.000 millones de dólares para construir un campus con 5.000 trabajadores inicialmente y capacidad para albergar hasta 15.000 personas. Una sede de casi 300.000 metros cuadrados que está planeada para abrir en 2022, pero no es exactamente donde se fabricará el Mac Pro.

Texas servirá por tanto para más que la construcción del Mac Pro, si bien para el ordenador Apple invertirá más de 200 millones de dólares en su producción en Austin. Una potente inversión que ha servido para que la sintonía entre Tim Cook y Donald Trump se suavice.

Y es que la relación entre el presidente de EE.UU y el CEO de una de sus mayores empresas no ha sido fácil. Desde Apple llevan meses presionando para que la Casa Blanca exima de sus aranceles a los iPhones y ordenadores de Apple fabricados en China. Porque pese a que desde Foxconn explican que todos los iPhone se podrían llegar a fabricar fuera de China, lo cierto es que actualmente la dependencia de Apple con China sigue siendo elevada.

Ante los rumores de trasladar el Mac Pro a China, Trump prometió a Apple librarse de las tarifas

A finales de junio, el Wall Street Journal anunciaba que Apple había decidido trasladar la producción del Mac Pro a China. Un movimiento que Trump se lo tomó como algo personal.

El presidente llegó a tuitear en su cuenta personal que permitiría a Apple librarse de las tarifas en caso que decidieran ensamblar su ordenador en los EE.UU. Una promesa que parecía marcar un punto de inflexión, pues durante los meses siguientes Apple replanteó su estrategia. Un cambio que finalmente ha derivado en la "apertura" de su planta de Texas.

La guerra comercial con China mantiene a Apple en una posición delicada. Por un lado, desde Apple aseguran que son una de las empresas que más contribuyen a la economía de los EE.UU y disponen de un plan de inversión de 350.000 millones de dólares en el país. Una inversión que ha ido reflejándose en el aumento de la fabricación en suelo norteamericano. Por otro lado, productos tan valorados de Apple como los iPhone, los AirPods o el Apple Watch sí se fabrican parcialmente en China. Una producción afectada por la subida de aranceles.

Apple ha expresado su descontento con esta subida de aranceles y llegó a solicitar por carta que detenga la guerra comercial con China pues afectará a las empresas norteamericanas.

No parece que Apple haya conseguido cambiar la posición de Trump, pero sí han logrado que el presidente mire con otros ojos a Apple después de mantener la producción del Mac Pro en los EE.UU. Una mejora en las relaciones que, como ha dejado entrever Trump, podría convertirse en excepciones a Apple para los aranceles de sus otros productos.

Pero la planta de Austin no es nueva, pues lleva en funcionamiento desde 2013

"Estamos viendo el comienzo de una planta muy poderosa e importante", ha anunciado Trump. El problema viene que no es del todo cierto. Como hemos explicado, lo que Apple ha anunciado es la expansión del campus, pero la fábrica de Austin, Texas, lleva en funcionamiento desde 2013. Tal y como puede leerse en un tuit publicado en aquel entonces por el mismo Tim Cook.

La fábrica de Austin en realidad ni siquiera es de Apple, pues pertenece a Flex Ltd (Flextronics). Un contratista que lleva fabricando el Mac Pro desde hace años.

¿Qué ha ocurrido aquí entonces? Lo que tenemos es que Apple planeó llevarse la producción a China y Donald Trump ha logrado que se mantenga en los EE.UU. Una "victoria" publicitada en forma de apertura, pero que técnicamente no es nada nuevo. Un tour de inauguración que a Apple ya le interesa, pues todo indica que Trump podría ofrecerles más excepciones. No serían las primeras, ya que Apple logró 10 de las 15 solicitudes que pidió el pasado mes de julio.

Unas excepciones que vinieron seguidas del anuncio de Apple de que mantendría la producción del Mac Pro en los EE.UU. "La fabricación en EE.UU. del Mac Pro ha sido posible después de una exclusión federal de productos que Apple está recibiendo para ciertos componentes necesarios", explicaba la compañía en un comunicado.

Junto a Apple, otras empresas norteamericanas como Dell, HP, Intel o Microsoft también están ejerciendo presión al gobierno de Trump para que abandone sus planes de imponer aranceles de hasta el 25% a los componentes de China. "Cuando construyes aquí, no tienes que preocuparte por las tarifas", explica Trump. Una situación que difícilmente pueden cumplir empresas de tecnología tan grandes.

Los aranceles están aplazados hasta el 15 de diciembre de 2019 y veremos qué se decide finalmente. Por el momento, Trump ya ha ordenado a las empresas que empiecen a buscar alternativas a China.

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