La crisis de los semiconductores se cobra otra víctima: Toyota se ha visto obligada a recortar su producción mundial un brutal 40%

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El déficit de semiconductores continúa poniendo a los fabricantes de coches contra las cuerdas. Hace apenas dos semanas BMW y Stellantis saltaron a la palestra para confirmar que durante los últimos meses se han visto obligadas a llevar a cabo recortes muy importantes en su capacidad de producción. Y, lo que es aún más dramático, reconocieron que su previsión para el segundo semestre de 2021 es muy poco favorable debido a que esta crisis está teniendo un impacto claro en el volumen de las ventas.

La presión que los Gobiernos de Estados Unidos, Alemania y Japón, que son los tres países que fabrican más vehículos, están ejerciendo sobre los principales productores de semiconductores, como TSMC o Samsung, no está sacando a la industria del automóvil del atolladero. De hecho, el déficit de circuitos integrados parece estar torpedeando la producción de todos los fabricantes de coches en mayor o menor medida.

General Motors y Toyota hicieron pública su preocupación hace varios meses, cuando el impacto en su capacidad de producción parecía irreversible, y hace tan solo unas horas esta última compañía, que es el mayor fabricante de coches del mundo, ha confirmado los peores augurios: los 900 000 vehículos que había planificado fabricar durante el próximo mes de septiembre son inviables debido a la escasez de chips, por lo que esta cifra se verá recortada a 540 000 vehículos.

Las acciones de Toyota caen como respuesta al 40% de recorte de la producción

El impacto que la crisis de los semiconductores está teniendo en la capacidad de producción de esta compañía japonesa refleja muy bien su crudeza. Y lo hace debido a que Toyota tiene preparado desde hace una década un plan de contingencias que la ha colocado en una situación relativamente favorable frente a buena parte de sus competidores. Esta ventaja consiste, sencillamente, en que tenía un stock muy importante de chips justo antes de que esta crisis arreciase.

La escasez de semiconductores ha puesto contra las cuerdas a Toyota a pesar de que hace una década puso en marcha un plan para capear mejor las contingencias

No es la primera vez que la producción de Toyota se ve amenazada. El terremoto que tuvo lugar en Japón en marzo de 2011, y que, como todos sabemos, provocó un tsunami que arrasó la costa noreste del país y desencadenó el accidente nuclear de Fukushima, también puso contra las cuerdas a esta compañía. La producción de semiconductores en Japón se resintió durante varios meses, y los ejecutivos de Toyota se dieron cuenta de lo importante que era tener un almacén bien surtido de chips que les permitiese capear mejor el mal tiempo cuando se presentase.

Pero no ha bastado. A pesar de tener una reserva de semiconductores que con toda probabilidad debía de ser abultada, Toyota no ha conseguido soportar la embestida de esta crisis. De hecho, justo después de que anunciase el recorte en la producción que va a introducir durante el mes de septiembre sus acciones cayeron de forma inmediata un 4,4%. No caían tanto en un solo día desde diciembre de 2018.

Si el mayor fabricante de coches del planeta está sufriendo tanto a pesar de que disponía de un almacén bien surtido cuando comenzó esta crisis, podemos dar por hecho que no corren buenos tiempos para ninguno de sus competidores. En este contexto el precio de los coches, como cabía prever, se está incrementando sensiblemente, por lo que los consumidores no estamos saliendo indemnes de este panorama tan poco propicio. Crucemos los dedos para que esta tendencia comience a revertirse en 2022, algo que por el momento parece poco probable.

Imagen de portada | Sindre Strøm

Vía | BBC

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