Esta app española dice ayudar a retrasar el envejecimiento desde casa: el desafío de cambiar los hábitos de nuestros mayores

Esta app española dice ayudar a retrasar el envejecimiento desde casa: el desafío de cambiar los hábitos de nuestros mayores

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Esta app española dice ayudar a retrasar el envejecimiento desde casa: el desafío de cambiar los hábitos de nuestros mayores

¿Puede la tecnología mejorar la esperanza de vida de los ancianos? Es la pregunta que llevaban haciéndose durante varios años los creadores de Hearts Radiant. Para demostrar que sí, han lanzado una app con el objetivo de reducir la fragilidad de los usuarios: Rosita. Llegar a los 120 años es una misión imposible, pero llegar a los 90 sin dolor de espalda o pudiendo salir a correr por las mañanas ya es un logro. La misión de este ‘coach’ inteligente es cambiar los hábitos de los usuarios y mejorar su condición física y cognitiva. Y todo desde casa.

Para Juan Cartagena, cofundador y CEO de la aplicación Rosita, es indispensable que cada persona tenga un plan de longevidad, al igual que se tiene un plan de hipoteca, de carrera o de familia. “Si esperas a que te llegue el envejecimiento, acabarás convirtiéndote en una de esas personas que se pasa el día viendo la televisión y no se mueve apenas. Es decir, en una persona dependiente. Nosotros queremos eliminar eso de la ecuación”, explica.

La aplicación Rosita es sencilla y gratuita. Está pensada para que cualquier persona con pocos conocimientos tecnológicos pueda usarla. Cualquier usuario puede descargarla desde Google Play o App Store. Solo se necesita un teléfono móvil, aunque también se puede conectar el móvil a la televisión para hacerlo más sencillo de seguir. En los primeros pasos, se le piden al usuario una serie de datos como la edad, peso corporal y se le pregunta una pequeña batería de cuestiones para averiguar qué grado de fragilidad tienen en ese momento y cómo combatirla.

En este test de nivelación se le requiere que responda a cuestiones como, por ejemplo, si puede peinarse por sí mismo, levantarse del asiento o tumbarse. La app incluso le pide a la persona que lo haga para comprobarlo. Con esto, los usuarios quedan separados en tres niveles, según su grado de fragilidad.

“Todo el mundo puede ir a un fisioterapeuta y hacerse una análisis de fragilidad. Te pueden dar el índice y luego aconsejarte unas pautas, pero la idea de Rosita es tener ese tipo de ‘coaching’ en casa y que el usuario se acostumbre a seguir esa rutina todos los días”, explica Cartagena. “La fragilidad es una enfermedad que sufren aproximadamente el 50% de las personas mayores. Cuando eres frágil empiezas a perder el equilibrio, tienes riesgos de caída y eso te causa miedo a la hora de salir de casa solo. Te vuelves más sedentario y reduces músculo, lo que puede conllevar a enfermedades graves. Es un gran indicador de la dependencia”, añade.

Así, cuando el usuario ha completado el primer paso, la aplicación le personaliza un plan específico para sus necesidades. Es decir, un itinerario adaptado al nivel del usuario que luego irá identificando las clases más indicadas y las mejores horas para realizarlas. Tanto las preguntas para determinar las necesidades como las actividades a realizar están diseñadas por geriatras, médicos, nutricionistas o fisioterapeutas.

“Trabajamos con expertos en el campo como el profesor de fisiología José Viña o el geriatra Francisco Tarazona para que le den todo el contexto necesario al ‘coach’ de Rosita. El objetivo es que la app tenga suficiente información para proponer a los usuarios, mediante Inteligencia Artificial, todo un cambio de hábitos según sus debilidades y patologías. Que pueda anticiparse a sus necesidades”, señala Cartagena.

Hasta el momento, la aplicación cuenta con unas 300 horas de contenido, según sus creadores. Las actividades que incluyen van desde clases de baile, karate, esgrima o ejercicios orientados al equilibrio. “No lo haces con una espada, lo haces con una escoba, pero, ¿qué más da? Es algo divertido y les hace ejercitar sus músculos y articulaciones. La idea es que no sientan que son deberes”, explica.

Y añade: “El problema de estos productos es que pueden ser muy paternalistas. No queremos machacarlos con que no se olviden de tomar sus pastillas, como si no supieran hacer nada. Queremos que acaben teniendo predisposición a hacer cosas. Ya sea una clase de yoga desde la silla o fitness en el sofá”.

Una interfaz pensada en los mayores y actividades cognitivas

Los menús de Rosita son escasos. El diseño está pensado para que el usuario no se pierda por la aplicación. Predominan los pop-ups y se interactúa con los diferentes botones que aparecen cuando el ‘coach’ realiza alguna pregunta o propone una actividad. La mayoría del contenido tiene su formato en vídeo para que los usuarios sepan en todo momento cómo son los ejercicios.

Uno de los objetivos de la aplicación es reducir el dolor. Para su CEO, reducir este factor es una clave para mejorar la longevidad y la calidad de vida: “El dolor, aunque pueda parecer una chorrada, es la fuente principal del sedentarismo. Si te duele la espalda es bastante común que acabes no saliendo de casa o no hagas deporte. Y que termines tirado en el sofá viendo la televisión. Por eso planteamos clases en vivo con nuestros fisioterapeutas para aliviar los dolores en diferentes zonas del cuerpo y que le entren ganas a los usuarios de seguir realizando más actividades”.

Varias capturas de pantalla de la aplicación Rosita.

La pérdida de estimulación cognitiva también está relacionada con la fragilidad y el deterioro físico y, por tanto, con el envejecimiento. Aunque esta parte no esté del todo desarrollada dentro de la app, desde el equipo de Rosita nos cuentan que han empezado a incluir actividades que mejoren, de alguna manera, el estado cognitivo del usuario. Por ejemplo, una actividad consiste en levantar los brazos mientras la persona cuenta los números pares. Y después, hacer sentadillas contando los impares.

Estos ejercicios de ‘multitasking’ ayudan a mejorar sus capacidades cognitivas a la vez que mueven su cuerpo”, detalla cartagena. Y agrega: “Es un hecho que el concepto de cuerpo y mente está mucho más relacionado de lo que creemos. La capacidad de una persona a la hora de caminar es un indicador de su demencia futura mucho más precisa que otros indicadores”.

Que una aplicación otorgue, por arte de magia, más años al usuario es algo imposible. Desafortunadamente, ningún “coach” inteligente va a conseguir que vivas hasta los 140 años o tengas una salud de hierro. Sin embargo, sí es posible con aplicaciones como Rosita, conseguir una mejora física que te permita vivir tus años con más energía y evitando la dependencia en menor o mayor grado. Eso sí, no es cuestión de encender el móvil y ojearlo unos minutos. Se necesita esfuerzo y predisposición. Si quieres vivir mejor, hay que ganárselo, como todo en Rosita.

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