Samsung Galaxy S9+ tras un mes de uso: una inversión importante pero que puedes disfrutar durante años

Samsung Galaxy S9+ tras un mes de uso: una inversión importante pero que puedes disfrutar durante años

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Samsung Galaxy S9+ tras un mes de uso: una inversión importante pero que puedes disfrutar durante años

Tras su gran presentación en Barcelona y nuestro completo análisis, tocaba poner a prueba al Samsung Galaxy S9+ en un entorno donde poder conocer si este nuevo buque insignia de los coreanos (900 euros en Amazon) tiene lo necesario para volver a reinar como el mejor teléfono del año. Toca el necesario tras un mes de uso del Galaxy S9+ en Xataka.

Casi nadie reconoce que sea el nuevo Galaxy S9+

Cuando una marca como Samsung lleva años en lo más alto a nivel de diseño dentro de su saga Galaxy S, pueden pasar cosas como que tu nuevo franquicia apenas pueda ser reconocido precisamente como nuevo. Es lo que he experimentado a nivel de diseño con este Samsung Galaxy S9+ del que me he encargado de su tras un mes de uso en Xataka.

En estas semanas usando el nuevo flagship de Samsung como terminal principal en el día a día, llevándolo a todos lados, aparte del color morado tan atractivo que causó furor entre familiares y amigos (creo que en general gusta más que el dorado), nada del diseño del Galaxy S9+ le indicó a nadie que no estuviera muy puesto en tecnología que se trataba del Galaxy S9+. El diseño sin marcos, la curvatura de los lados y la parte trasera de cristal, a ojos de la calle, es prácticamente idéntico al Galaxy S8+. E incluso me atrevería a decir que quienes acertaron con mi nuevo móvil creo que fue más por conocimiento de que entre mis manos suelen estar modelos que no son precisamente de generaciones anteriores.

Manteniendo uno de los mejores acabados y gusto por los detalles, el Galaxy S9+ pierde su ventaja de hace un año en cuanto a ligereza y equilibrio

¿Es eso un problema para Samsung? No creo, pero en época de altísima competencia en acabados y materiales no querría estar trabajando en el equipo de diseño de un flagship que debe revalorizar su apariencia y hacer boom en nuestra retina cada pocos meses.

Diseño conocido

Más importante que la apariencia es el manejo en el día a día con el Galaxy S9+. Aunque en las cifras oficiales se indica que el peso y grosor son mayores que en la generación anterior, no me imaginaba hasta tenerlo entre las manos que la diferencia iba a ser tan considerable. Si el año pasado os contaba que sorprendía la ligereza de la familia Galaxy S8, este año el Galaxy S9+, pese a que las cifras no son disparatadas, me ha parecido bastante más pesado y quizás hasta menos equilibrado.

En todo caso, siempre me estoy refiriendo a la comparación con el Galaxy S8+ de hace un año, que era algo inalcanzable para casi todos los rivales. Este año esa diferencia ya no es tal y queda pues más bien igualado con los rivales más fuertes aunque parte con la ventaja de que es el que ofrece más diagonal de pantalla y hay que reconocer ese logro en compactación que es el Galaxy S9+.

Diseno Trasera Aunque se ha corregido la posición del lector de huellas, sigue estando muy cerca de la lente, la cual tocamos a menudo

Si seguimos repasando detalles del diseño que hemos podido probar a fondo en este mes de uso, la única pega que estaba en el lector de huellas se ha solucionado, y no hay problema alguno para llegar al mismo. Prácticamente cualquier tamaño de mano tendrá el lector de huellas justo donde intuitivamente la mayoría de nosotros colocamos el dedo (no así el botón de bloqueo/encendido, que vería mejor justo en el centro y no desplazado hacia arriba en el lateral derecho). Sin embargo, el lector de huellas me sigue pareciendo que está demasiado cerca de la lente de la cámara, la cual es casi inevitable tocar en el intuitivo gesto de buscar con la yema de los dedos la superficie del lector de huellas.

Optar por todos los sistemas de reconocimiento funciona

Hablando del lector de huellas, en este mes de uso, y para mi sorpresa, he acabado usándolo menos de lo que hubiera pensado gracias a la mejora del reconocimiento de rostros e iris. Samsung pone a nuestra disposición todos los sistemas de reconocimiento biométricos del mercado para que, si no queremos, no tengamos que elegir. Queda de nuestro lado esa decisión.

En mi caso, en este mes de uso he optado por tener todo activado, aunque mi sorpresa ha sido que he usado menos de lo que imaginaba el lector de huellas. En la inmensa mayoría de las situaciones, el Galaxy S9+ me reconocía el iris o rostro sin problema y no tenía necesidad de buscar con el dedo el lector de huellas. Viniendo de un iPhone X, el sistema de Samsung me ha parecido algo más perezoso y fallón con poca luz (y lejano todavía del OnePlus 5T), pero por ejemplo no tiene problemas en reconocerme con o sin gafas, con las de sol o son ellas, así como cuando uso gorra.

Reconcimiento La mejora del reconocimiento de rostros nos ayuda a identificarnos cómodamente

Del sistema mejoraría por supuesto el funcionamiento en entornos oscuros o muy iluminados, así como la inclinación necesaria para que nos reconozca rostro/iris. Me ha parecido algo menos natural que en otros terminales, y para que funcione debemos colocar el terminal de manera más frontal a nuestro rostro de lo que habitualmente lo tenemos cuando usamos el teléfono.

Una pantalla que se disfruta (con cuidado)

En 2018 y con una tecnología ya madura para Samsung, la experiencia con el panel SuperAMOLED del Galaxy S9+ no ha sido ninguna sorpresa. No solo uno de los mejores paneles con tecnología OLED, sino que también cuenta con un apoyo de la parte software para que nos sintamos cómodos con él y podamos personalizar la experiencia.

El modo de pantalla más racional es el Adaptativo, con el que el panel da su máximo a nivel de espectacularidad. Ese contraste máximo y saturación muy potente es algo que en el día a día no molesta y la gente admira por llamativo. Tener otros modos y coger el truco a un flujo de cambio adecuado, hace que por ejemplo en mi caso, cuando realmente quiero fidelidad de color y trabajar con fotografía de forma más real, pueda con un par de toques cambiar de modo y listo. Luego, vuelta al espectáculo del AMOLED.

Pantalla Galaxy S9

Si este es un panel de un gama alta-premium no es por casualidad. Lo he notado en este mes de uso principalmente por la experiencia plenamente satisfactoria en cualquier entorno. Da igual que estés en exterior con sol directo e insufrible que el altísimo brillo de la pantalla y su contraste hace que sea seguramente el mejor en visualización en exteriores.

En mi caso, por la combinación de diagonal, resolución, contraste y sus marcos ínfimos, en este mes lo he usado mucho para reproducir vídeos e incluso, en determinados momentos, capítulos cortos de series de Netflix a modo de pantalla improvisada pero con muy buen rendimiento. Aquí el contar con salida de auriculares ha sido un alivio porque, incluso de manera improvisada, no dependía de haberme acordado de llevar un adaptador o contar con auriculares de tipo inalámbrico. Un extra que no resta pero sí que actualmente suma mucho.

Cuidado que vienen curvas

Sin llegar a los extremos de modelos anteriores de Samsung como el Edge, la curvatura de la pantalla es relevante en el Galaxy S8+. in embargo, lo que en su momento fue algo exclusivo, ya no es un claro signo de diferenciación. Pero Samsung sigue manteniéndola. Es cierto que le da un toque especial al diseño, añade inmersión pero seguimos con algo de deformación en los bordes, tanto en aplicaciones, texto y vídeo, pero sobre todo, con esporádicos pero molestos errores al coger el terminal o rozarlo por esa zona, aunque depende de la aplicación.

En mi experiencia en este mes de uso, y lo comprobé con amigos que notaron los mismos errores, la cámara es lo que más sufre de esos bordes muy sensibles. Es muy fácil que, al tratar de coger de manera diferente el terminal para encuadrar una imagen, cambiar de apaisado a vertical y movimientos por el estilo, la interfaz de la cámara detecte gestos en los bordes que provocan cambios en los modos de cámara o incluso pasar de la frontal a la trasera de manera involuntaria. Veremos si en el futuro es algo que se puede solucionar vía software en ese caso concreto.

Novedades Diseno

La única ventaja actual más allá del diseño, está en el acceso al panel Edge, el cual no creo que hubiera problema en implementarlo con menos curvatura de la zona, y que, una vez incorporado al flujo de uso del Galaxy S9+, se ha convertido este mes en una ayuda que uno no deja de usar todo el tiempo. Su altísimo grado de personalización, con muchas funciones, modos y atajos, te facilita la interacción con el terminal de Samsung.

Una capa a la que merece aficionarse

Mucho ha pasado ya desde que la capa de Samsung sobre Android era algo así como una pesadilla que afectaba al rendimiento y la experiencia. O la época de pruebas y añadidos curiosos pero que poco aportaban. Hoy en día la personalización de Samsung está bien ejecutada, suma en la experiencia y es una inversión de futuro para quien asuma quedarse tiempo en el ecosistema de los coreanos.

En este mes de uso me quedo son duda con lo fácil que pone Samsung el acceso a la configuración, activar y desactivar elementos, o las notificaciones. Es un de los puntos con los que uno se siente realmente cómodo en este Galaxy S9+.

Interfaz Galaxy S9+

En los primeros momentos con el Samsung Galaxy S9+, sigue siendo algo apabullante la cantidad de servicios y apps de Samsung que, tanto en la configuración inicial como luego en las diferentes pantallas y carpetas, te aparecen. Si eres de tener el terminal con las aplicaciones justas que usas y todo bien ordenado, te toca echar un tiempo en organizarlo todo y tratar de desinstalar las que sabes que duplican servicios o no vas a usar nunca. Muchas de ellas lamentablemente no se pueden retirar y solo podemos dejarlas inactivas.

Los menús contextuales de Android, potenciados por Samsung, son una grandísima ayuda y uno ya los busca de manera intuitiva en todos los iconos y servicios del teléfono. De esos gestos a los que uno se acostumbra y luego quiere en todos lados.

En este mes de uso hemos instalado una actualización importante de software que le ha dado la estabilidad que necesita a la cámara

De otros añadidos, como gestos o ayudas, aunque resulten prácticos, que estén en una plataforma o marca y no en otra, acaban por darme pereza por requerir de una inversión de tiempo que a veces va más allá incluso del mes de uso. Pero admito que, si son prácticos, como me pasó hace años con el sistema Always Display de Samsung, uno puede acabar enganchado a una marca o buscando una funcionalidad similar allá donde vaya.

¿Y de los AR Emojis qué? Pues lo mismo que con lo de Apple. Puro marketing que en este caso tiene el añadido de tratar de convertirnos en emoji animado, pero que no pasa de curiosidad con los niños durante un par de días solo.

El único lunar: una autonomía que no destaca

Buena parte de la excelente experiencia con el software del Galaxy S9+ la tiene su potencia bruta. Samsung siempre ha sido referente en este campo, y este año, las cifras de benchmarks lo vuelven a demostrar. Las nuevas funciones de realidad virtual y AI requieren efectivamente toda la capacidad de procesado bruto que pueda. Pero, ¿solo importa eso?

Mi experiencia con el Samsung Galaxy S9+ de este mes me dice que no. Samsung bien debería ya prestar algo más de atención a la autonomía, el único punto que podemos considerar que no está al mismo nivel que el resto del terminal. Si no abusas demasiado del terminal, el día de uso está garantizado, pero las entre 4 y 5 horas de pantalla que hemos mediado nos dejan con un sabor de boca algo amargo. Veremos cómo evoluciona y si es algo exclusivamente responsabilidad del procesador.

Por fin la cámara doble llega a los Galaxy S

No era lógico que el terminal más importante de Samsung (con permiso del Note) ya el año pasado obviara la doble cámara. Hemos visto que realmente no hace falta para configurar un sistema fotográfico de lo más potente del momento, como es el caso del Pixel 2 de Google, incluso con modo retrato, pero de cara a la galería, el Galaxy S9+ no podía salir en 2018 sin ese doble sensor. Y aquí lo tenemos.

En este mes de uso he podido también apreciar la labor del software de una cámara cuando uno quiere ir algo más allá del apuntar y disparar. El software que Samsung le ha colocado a su nueva doble cámara no es perfecto pero la gestión de controles y sobre todo de modos, gracias a que basta con deslizar, me ha parecido rápido y efectivo. No ocurre como con otras interfaces donde si una opción no está al alcance, uno acaba obviándola por pereza a principio y por olvido al final.

Con la cámara doble en el Galaxy S9+ admito mi error: tanto tiempo pidiéndola y resulta que apenas aporta nada

Entre las novedades del software tenemos que el modo HDR va camino de desaparecer. Los resultados en modo automático (el sistema decide si lo activa o no), que ya el año pasado recomendábamos mantener en el Galaxy S8+, son tan buenos y casi indistinguibles de cuando no lo tenemos activado, que Samsung ha escondido la activación y desactivación del modo HDR en menús.

camara modo pro

La cámara me ha parecido otro año más casi impecable dentro del mundo limitado de los smartphones. Sigo considerándola la que globalmente más capturas de nivel me asegura en el día a día. La única pega estaría en el modo retrato, que Samsung la llama desenfoque selectivo, y donde me parece que todavía está algo por detrás de Apple y Google.

Lo que sí que me ha decepcionado más es la llegada del segundo sensor, pues como comprobamos en nuestras pruebas, apenas ofrece diferenciación respecto a usar el zoom digital, así que otro valor como un gran angular más pronunciado creo que le hubiera aportado más.

Sin Modo Retrato Rango dinámico y primeros planos que no necesitan de un doble sensor, las armas del Galaxy S9+

La otra novedad de la cámara, la apertura variable, que como sabemos tiene poca relevancia en estos tamaños de sensores, creo que Samsung ha querido rizar el rizo para un modo de control manual de la cámara de los más completos. Me quedo con la sensación de un objetivo para Samsung: rematar posibilidades mayores para quien sale de safari fotográfico con su móvil y le dedica tiempo a gestionar la fotografía, especialmente en la ejecución. Lógicamente no podemos comparar con una cámara de tipo réflex o sin espejo pero, salvando las distancias, la diversión puede ser bastante similar si le dedicamos tiempo.

Con tanta similitudes resulta complicado pensar en un Galaxy S9+ a su precio de salida. Si ya tienes un Galaxy de la generación anterior, las novedades no son relevantes salvo que realmente lo pases mal con el sensor de huellas. Si por el contrario necesitas actualizar tu smartphone, el Galaxy S9+ no te defraudará ni por diseño, prestaciones o sobre todo cámara. Sí, es una inversión muy alta pero te aseguras un terminal que en sus campos principales te dará alegrías durante años.

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