HyperX Cloud Flight S, análisis: 7.1 y carga inalámbrica para unos auriculares gaming que brillan por comodidad y rendimiento

HyperX Cloud Flight S, análisis: 7.1 y carga inalámbrica para unos auriculares gaming que brillan por comodidad y rendimiento

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HyperX Cloud Flight S, análisis: 7.1 y carga inalámbrica para unos auriculares gaming que brillan por comodidad y rendimiento

Los HyperX Cloud Flight S son la punta de lanza de una compañía que ha sabido pasar de 0 a 100 en un suspiro. Pese a sólo llevar algo más de cinco años en un mercado tan competitivo como el de los auriculares gaming, HyperX ya ha demostrado en varias ocasiones haberse ganado un hueco.

Que sus primeros HyperX Cloud aún sigan utilizándose en mi casa da buena cuenta de ello. Que los Cloud Flight sigan siendo relevantes dos años después de su lanzamiento dice aún más. Normal que, como ya ocurrió con los Cloud, ahora vayan en busca de una significativa mejora que les deje en una posición más cómoda si cabe.

HyperX Cloud Flight S: especificaciones técnicas

HyperX Cloud Flight S

CARACTERÍSTICAS

ACOPLAMIENTO

Circumaural

TRANSDUCTOR

50 mm

IMÁN

Neodimio

IMPEDANCIA

32 ohmios

RESPUESTA DE FRECUENCIA

10 Hz - 22 kHz

SENSIBILIDAD

99,5 dB SPL a 1 kHz

RESPUESTA DE FRECUENCIA DEL MICRÓFONO

50 Hz-18 kHz

PESO

320 g

AUTONOMÍA

30 horas

PRECIO

159,99 euros

Como un guante

De forma acertada para quien escribe estas líneas, los HyperX Cloud Flight S abandonan cualquier atisbo de estética gamer presente en su anterior versión y, donde antes corrían cables rojos y logos de colores, ahora reina sobriedad con el negro por bandera.

Por sus líneas de diseño y materiales, plástico y cuero sintético, se aleja de la estética más audiófila para evidenciar que quiere ser unos auriculares modernos. Una decisión que, pese a ello, ni le resta elegancia ni convierte a estos cascos en una gadget endeble o de apariencia frágil.

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Con sus almohadillas, lo bastante gruesas para resultar cómodas y también lo suficientemente profundas para que los que sufrimos de orejones no nos clavemos el auricular, he aguantado durante horas sin enterarme. De la música a una llamada, de ahí a un juego y después una serie para terminar.

Uno de esos cascos con los que es fácil perder la noción del tiempo y que, por su agarre al oído y poco peso en la diadema, están lejos de ser un incordio en la parte superior de la cabeza. Soy calvo, así que sé de lo que hablo porque es uno de los puntos en los que más me cuesta adaptarme a unos auriculares.

Mantiene también la posibilidad de girar las copas 90 grados, para que colgarlos del cuello no resulte agobiante y sus almohadillas puedan quedar planas pegadas contra el pecho. Francamente, no es algo que suela utilizar, mis auriculares o están puestos o quitados, pero viendo lo cómodo que resulta he empezado a ver con mejores ojos el porqué de esa decisión.

Sin embargo, hasta aquí no hay nada que nos haga apreciar una gran revolución respecto a la primera versión de los Cloud Flight. Sólo han adaptado mínimamente un diseño y estética que ya gozaba de cierta aprobación. Por suerte, no han querido conformarse con eso.

Los Cloud Flight suben de nivel

Con una rueda de volumen en el auricular derecho, sólida para regular el sonido de forma firme pero sin impedir que puedas dar un golpe de volumen sin complicarte demasiado, es en el izquierdo donde llegan los grandes cambios.

A la entrada de micrófono, el puerto de conexión USB y el botón de encendido se suma también uno que nos permitirá saltar entre sonido estéreo y 7.1 virtual. Pese a ello es en el lateral, rodeando al logo, donde está una de sus mejores ideas.

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Una colección de cuatro botones programables desde el hub de HyperX que facilitan, por ejemplo, el control del audio para dar más importancia al juego que al chat de voz o viceversa. Así como acciones predefinidas como saltar canción o pausar la música.

La única pega aquí es el tacto de dichos botones, con un recorrido ínfimo con el que a veces es difícil apreciar si has pulsado bien o no.

Por suerte hay otro añadido que le sirve como redención. El botón mute es también el encargado de activar una luz en la punta del micrófono que nos indicará que este ha sido silenciado. Sin luz si el micro está activado, ver de un vistazo si puedes hablar o no es una de esas mejoras de calidad de vida que se vuelven imprescindibles después de probarlas.

Pero esa no es la única mejora que evitarías por parecer nimia y que después rellena un hueco desconocido en tu vida. Lo de soltar sobre la mesa los cascos y encontrártelos con la batería al tope al día siguiente es un filón. La carga inalámbrica es otra de esas comodidades elitistas a las que uno tarda poco en malacostumbrarse.

La única pega posible, más allá del hecho de venderse la base de carga Qi por separado, está en que los HyperX Cloud Flight S están más cerca de requerir una colocación que de simplemente dejarlos caer. En alguna ocasión he tenido que resituarlos para que la base empezase la particular respiración de luz que indica el proceso de carga.

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Su micro, una asignatura pendiente

Con el habitual combo de ‘Hellblade Senua’s Sacrifice’ como juego, Mezzanine de Massive Attack y Matrix como película -alucinante lo bien que sigue aguantando el sonido envolvente después de tantos años-, los HyperX Cloud Flight S han demostrado funcionar de maravilla. Sólo el sonido trasero ha conseguido palidecer un poco al dar poco margen de diferencia respecto al lateral.

Nada especialmente sorprendente teniendo en cuenta que estamos ante unos 7.1 virtual y al final la tecnología llega donde llega, pero sí los he visto un punto por debajo de otras propuestas recientes. Donde sigo sin encontrar unos auriculares que me sorprendan especialmente es en los graves, una tónica que también mantienen estos Cloud Flight S.

Puestos a pedir es inevitable acordarse del uso inalámbrico en Xbox One, y es que esa opción sólo está disponible en el caso de PC y PS4. Además, el micro es lo suficientemente sólido para jugar sin problemas de voz en títulos como 'Titanfall' en los que explosiones y tiros normalmente se comen el resto de sonidos, pero queda algo por detrás si planeas utilizarlo para otras opciones como retransmitir partidas o grabar vídeos. Ahí el uso de un micro externo se antoja más que necesario.

Puede que en gran parte sea por las limitadas posibilidades que ofrece NGenuity, la plataforma de HyperX para la creación y modificación de perfiles. Como versión inicial está bien, pero queda lejos de ser lo ideal si no tienes acceso a un ecualizador completo.

Que HyperX se encargue de automatizar ciertos procesos como la simulación de sonido envolvente es un grato añadido, sí, pero dejar el control de las posibilidades de los auriculares en manos del usuario nunca será una mala opción.

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HyperX Cloud Flight S: la opinión de Xataka

Mejoras que se hacen evidentes con el paso de los días a un lado, es innegable que HyperX entrega aquí unos cascos igualmente recomendables. Por comodidad y rendimiento no hay pegas en la relación calidad/precio con lo que esta nueva versión puede llegar a aportar, especialmente si vienes contento de la anterior.

Si bien es cierto que en ese margen de precio puede darte más alegrías una opción algo superior con cable, el formato inalámbrico tanto en escucha como en carga puede llegar a ser más que suficiente para hacer ciertas concesiones. Lo que nunca podrá reprochársele a los HyperX Cloud Flight S es cumplir con lo que prometen.

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