Archos Gmini 500 a revisión

Archos Gmini 500 a revisión
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Hace unas semanas tuve la oportunidad de estar probando en primera persona un un flamante reproductor multimedia podríamos decir que de bolsillo, el Archos Gmini 500.

Lo he podido manosear, probar, disfrutar y demás actividades terminadas en ar.

El resultado ha sido numerosas fotos y varios folios con notas sobre su funcionamiento, peros, contras y también pros bajo la que he intentado que sea la opinión de un usuario, que paso a resumir en esta anotación para Xataka.

Lo peor como siempre, tener que devolverlo y quedarte con la miel en los labios. En primer lugar y tras la rueda de fotografías correspondientes a la apertura del paquete que llegó por mensajería, tocaba realizar la primera carga completa de la batería. Medimos su duración y apenas se tomó 2 horas hasta que el indicador de batería completa se iluminó. Como dato debemos decir que las sucesivas cargas de la batería también se tomaban, al igual que la inicial, dos horas casi exactas.

Algo muy positivo de este Archos Gmini 500 es el hecho de que las baterías sean extraíbles e intercambiables, por lo que podríamos hacernos con una de repuesto y ampliar así las más de 6 horas de autonomía que nos ofrece cuando reproducimos vídeo. Sí, como lo oyes, más de seis horas ininterrumpidas de vídeo pudimos disfrutar antes de que necesitara el Gmini 500 una recarga de la batería. Reproduciendo audio la autonomía se dispara a las 14 horas.

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Pero detengámonos primero a comentar los aspectos más superficiales.

A primera vista el diseño de este Archos Gmini 500 no podríamos decir que es ni atractivo ni desagradable. Es negro, de líneas sobrias y buen aspecto.

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En cuanto al peso, apenas supera los 300 gramos. La carcasa es metálica, no de plástico, hecho que le proporciona sensación de durabilidad sobretodo.

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La pantalla es tema aparte. Es simplemente espectacular. Con un tamaño de 4 pulgadas, 480 x 272 píxeles de resolución y 262.000 colores, uno no se imagina lo grande y bien que se ve hasta que la tiene entre las manos. De brillo intenso, el ángulo de visión es amplio: sólo falla la visibilidad al inclinar el Archos Gmini 500 hacia atrás, pero lateralmente no se nota en absoluto.

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Dado que los vídeos, fotografías y música que vienen por defecto en el disco duro no nos interesaban, el siguiente paso estaba claro: tratar de llenar con material multimedia variado los 40 GB de capacidad del disco duro del Gmini 500. Además, íbamos a comprobar que tal era la relación de nuestro reproductor con Windows XP SP1.

Así que lo conectamos con ayuda del cable USB suministrado y el sistema operativo lo reconoció como una unidad de disco más, todo ello gracias a que el Gmini 500 de Archos se encontraba configurado por defecto en modo disco duro. Si bien la transferencia material es tan simple como arrastrar y soltar, nos encontramos con el inconveniente de que si pasamos un archivo de vídeo en formato no aceptado por el reproductor, el sistema no nos avisa de que es incompatible y posteriormente no podemos reproducirlo.

Por el contrario, si seleccionamos en el menú correspondiente la opción Windows en vez de disco duro, el ordenador también lo reconoce aunque en este caso todo el proceso se realiza a través de Windows Media Player, al semejanza de como lo hace el iPod con el iTunes. Este tipo de conexión tiene dos claras ventajas:

  • Te avisa cuando un vídeo no es compatible con el reproductor y no te deja grabarlo en el Archos Gmini 500, con lo que ahorramos tiempo y nos evitamos sorpresas posteriores.
  • Puedes convertir los vídeos que no son compatibles directamente antes de transferirlos.

Los formatos que reconoce, tanto de audio como vídeo son: MPEG-4 , MP3 , AVI , WAV , WMA , DivX y XviD, además de JPEG y BMP para imágenes.

Como teníamos tiempo de sobra, procedimos a hacer unas cuantas pruebas de tiempo de transferencia de los archivos al disco duro del Gmini 500 y podemos decir que por ejemplo en transmitir 7 Gb de vídeo al Gmini 500 tardamos 5 minutos con 6 segundos. En general no se hace pesada esta transferencia.

En cuanto a la reproducción de fotografías, la pantalla se comporta de forma excelente y se ven muy bien, existiendo funciones de zoom para afinar detalles de las mismas.

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Y si tenemos que hablar de audio, si bien no es comparable a un reproductor de MP3, cumple su función de forma correcta y nos puede ser útil en algún momento.

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El siguiente paso fue intentar poner los menus en español, que según el manual es posible. Sin embargo, la versión de firmware que venía con el reproductor no lo admitía, por lo que probamos suerte en la web del fabricante.

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Una vez descargada la última versión, en la que se anunciaba que el idioma español estaba incluido, procedimos a actualizar el firmware. La actualización es tan sencilla como copiar la nueva versión en el directorio raíz del Gmini 500 y posteriormente desconectarlo del ordenador y enchufar el cable de alimentación. A continuación se enciende de nuevo el reproductor y se entra al menú “settings” – “System” – “Update Firmware”. tardó en hacerlo menos de un minuto.

Ahora ya podemos colocar los menus en español.

Otro asunto que me interesaba mucho comprobar era el funcionamiento del reproductor cuando lo conectábamos a un televisor mediante la salida de video de la que dispone. La prueba la pasó con nota, siendo sencillo de conectar: tan sólo debemos pulsar el botón de salida AV que apaga la pantalla y pasa automáticamente a verse en la pantalla del ordenador. El cable necesario para esta operación viene en el paquete.

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Otra función de la que teníamos que tener constancia de que funcionaba tal y como dicen en la web del fabricante era la función de transferencia de las fotografías de cámaras digitales al disco duro del Archos Gmini500, de manera que si en un viaje te hace falta, puedas descargar la tarjeta de memoria al disco duro de 40 GB del reproductor.

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Con el cable suministrado, todo es tan sencillo como enchufar y listo. Tras unso segundos, el reproductor nos muestra dos exploradores de archivos al estilo Windows para poder pasar las fotografías que seleccionemos al disco duro, tal y como podemos ver en la imagen.

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No hemos hablado todavía de los controles del reproductor, pues quería dejarlo para el final. A mi, de primeras no me parecieron muy intuitivos, pues no disponen de leyendas que nos indiquen que función es de la que se ocupa cada uno. Por lo menos en los de reproducción hubiera estado bien incluirlos.

De todas formas, la prueba final la ibamos a hacer con una persona ajena al mundo de los gadgets, al que le pusimos el reproductor en las manos y el digimos lo que era y que intentara reproducir un vídeo. La puesta en marcha le costó un poco, pues no dispone de botón de encendido dedicado, y tras casi diez minutos, no logró reproducir ningún vídeo, terminando maldiciendo al Archos Gmini 500. No digo que sea el caso general, pero podría mejorarse lo intuitivo de los controles.

Ya estamos pues en condiciones de hacer un pequeño resumen de lo que hemos considerado como lo mejor y peor de este reproductor.

LO MEJOR

  • La pantalla, de gran tamaño y calidad.
  • Disco duro de 40 GB.
  • Batería recargable extraíble.

A MEJORAR

  • Formatos de vídeo admitidos. Las versiones anteriores a WM9 no logran reproducirse. Quizás una función en el firmware del reproductor que convirtiera los vídeos automáticamente al formato adecuado sería de agradecer.
    • El cable USB para conectar el Gmini 500 es demasiado corto y se hizo muy incómodo de manejar.
    • Echamos en falta un botón de Hold.
    • Hubiera estado bien disponer de botones específicos para las funciones de reproducción.
    • No dispone de sintonizador de radio FM.

Por cierto, si dispusiera de función de grabación como su hermano G500, estaría más cerca de la perfección.

Más información | Archos Gmini 500.

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