A pesar de que existen estudios que demuestran que viajar en avión es la forma de transporte más segura de todas, la realidad es que ante un escenario de un accidente de aviación, pocas veces los pasajeros sobreviven. Lo cual es curioso ya que muchos de los diseños para futuros aviones buscan ser más ligeros, que consuman menos combustible, tengan una mayor capacidad de pasajeros, o bien, implementen avanzados sistemas de entretenimiento, pero pocas veces se busca que sean más seguros.
Ahora, con la intención de tener aviones más seguros, que sean capaces de salvar gente en caso de un accidente, surge una idea patentada por el ingeniero en aviación ucraniano Tatarenko Vladimir Nikolaevich, quien ha pensado en un sistema que nos pondría ante una cabina desmontable que podría expulsarse en pleno vuelo.
Aeronave con cápsula para salvar pasajeros en una catástrofe
De acuerdo a los datos de la Organización de Aviación Civil Internacional (ICAO), en los últimos diez años, 8% de todos los accidentes aéreos han ocurrido durante el despegue, 21% en el aterrizaje y 71% durante el vuelo. Dentro del análisis de las causas de los accidentes, tenemos que el 75% de los casos ocurrieron debido a factores humanos.
Por ello, esta aeronave está pensada para hacer funcionar el sistema de expulsión ya sea durante el despegue, aterrizaje o en vuelo, este sistema estaría condicionado a un fallo que ponga en peligro la situación del vuelo, se activaría de forma automática y no sería necesaria la intervención de los pilotos.
Una vez que la cabina se separe del avión, dos paracaídas se desplegarían para que el aterrizaje sea más suave, además, en la parte inferior de la cabina habría tubos inflables para ayudar en caso acuatizajes. Como punto adicional, esta cabina sería capaz de transportar a los pasajeros y hasta sus pertenencia.
De acuerdo a Nikolaevich, el 95% de usuarios de avión estaría dispuesto a pagar billetes entre 15 y 20% más costosos, con tal de tener acceso a un avión con cabina desmontable. A pesar de esto, aún hay algunas preguntas en el aire, por ejemplo, ¿que sucedería con los pilotos? y ¿cómo afectaría este diseño la estructura del avión?. Esto es apenas una patente y por supuesto no hay una garantía de que veamos un avión de este tipo, pero su creador ya está en conversaciones con los mayores fabricantes de aviones para vender su idea.
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