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Dice la sabiduría popular que los portátiles no sirven para jugar. Y también que las espinacas son una buena fuente de hierro, pero hoy en día ni los tebeos de Popeye se consideran material de estudio en las facultades ni nadie con un mínimo de conocimiento se atrevería a repetir eso de que el PC ha muerto como plataforma de juego.

Porque no importa el factor forma, sino el hardware que hay en su interior. Y aquí hemos visto avances muy importantes durante los últimos años.

Buena prueba de ello es que hoy en día es posible echar unos buenos vicios incluso en equipos teóricamente tan alejados del segmento gaming como podrían ser los ultrabooks. Nacidos inicialmente como herramienta de productividad, actualmente poseen unas prestaciones lo suficientemente elevadas como para garantizar grandes momentos estemos donde estemos. Tan solo hay que saber escoger.

Características:
  • El más portátil de los portátiles. Menos de 1kg de peso
  • Sólo 995g de peso y bateria de hasta 21,5 horas
  • Chasis de magnesio y nanocarbono. Ha pasado 7 pruebas de resistencia, recibiendo el estándar militar de durabilidad STD-MIL-810G
  • Segunda ranura de disco duro SSD, ampliable hasta 1TB de capacidad
  • Pantalla mejorada con un panel IPS Full HD que ofrece un rango de color de hasta un 96% sRGB

Llevar la oficina encima no tiene por qué ser aburrido

Ya lo decíamos: los Ultrabooks nacieron como equipos utilitarios y centrados de forma muy específica en la movilidad. Esto implica el uso de chasis finos y livianos, ocasionalmente fabricados con materiales innovadores, así como inicialmente pantallas bastante pequeñas y anémicos procesadores de bajo consumo que simplemente no estaban a la altura de cualquier otra cosa que no fuera llenar hojas de Excel.

Actualmente estos equipos mantienen su orientación móvil pero han mejorado el resto de los aspectos. No hay mejor ejemplo que el LG Gram, que se atreve a montar una pantalla de 15 pulgadas de gran corrección cromática y vivo contraste gracias a la tecnología IPS, así como un hardware adecuado para realizar labores profesionales como edición fotográfica y de vídeo en cualquier momento y lugar.

 

Lo interesante de este portátil de bajo peso y notable rendimiento es que no solo puede funcionar como una herramienta profesional pura y dura. Después de todo, de hecho, dadas sus prestaciones es sorprendentemente apto a la hora de ejecutar algunos de los juegos más populares del momento. Y si bien no aspira a competir dentro del segmento gaming más estricto —’Fallout 76′ mejor lo dejas para el equipo sobremesa—, ofrece una portabilidad muy superior a la de cualquier equipo para juegos manteniendo un elevado potencial lúdico.

Además, y puesto que ha sido diseñado para ser utilizado por profesionales de todo tipo, el LG Gram cumple algunos de los tests más exigentes del estándar militar STD-MIL 810G, por lo que no es necesario mimarlo como a otros portátiles. Así que puedes dejarlo tranquilamente en el coche en un día de verano o lanzar la mochila sobre la cámara al regresar de trabajar sin el menor problema.

Tan pronto como pulses el botón de encendido podrás ponerte a hacer frags en ‘CS:GO’ sin el menor sobresalto.

Delgado pero fibrado

Dado el calibre del hardware incluido en el LG Gram, sus especificaciones dejan la puerta abierta a sesiones de juego con una amplia lista de títulos poco severos a nivel de requisitos. Después de todo estamos hablando de un equipo con un procesador Intel Core i7 de octava generación con un rendimiento todoterreno, así como 8 GB de RAM y una rápida SSD de medio terabyte en formato M.2 para reducir tanto el peso y el consumo del equipo como los tiempos de carga.

El resultado es un portátil de un kilogramo rascado (1.095 gramos, para ser exactos) en su configuración de 15,6 pulgadas y tan solo 14,5 milímetros de grosor.

Pese a ello, ofrece unas posibilidades de expansión elevadas, puesto que incorpora dos ranuras de RAM adicionales para subir la memoria del sistema hasta los 16 GB e incluso se puede añadir una segunda unidad SSD, incrementando notablemente su potencial.

El LG Gram no cuenta con una tarjeta gráfica dedicada, lo que fija un techo más bajo que si hablamos de un equipo de sobremesa con una tarjeta independiente, pero la unidad Intel UHD Graphics 620 integrada en el propio procesador poco tiene que ver con las iGPU de hace tan solo dos o tres años.

De hecho, permite alcanzar en muchos juegos actuales los 60 FPS, particularmente si hablamos de géneros como los MOBA, menos exigentes a nivel de hardware y abiertos a un mayor número de equipos.

El rendimiento de esta GPU, unido a una CPU que no tiene problemas para trabajar con contenidos multimedia de cierta densidad, hace posible disfrutar de tasas superiores a los 50 FPS jugando a ‘CS:GO’ en Full HD, demostrando sobradamente su valía. Tan solo hay que configurar el nivel de detalle para aprovechar el hardware de la forma más óptima. Tal vez debas reducir la calidad de las texturas y bajar la resolución a HD en lugar de Full HD, pero no estamos proponiendo ninguna locura.

‘Overwatch’, ‘DOTA II’, ‘League of Legends’, ‘Team Fortress’… muchos de los títulos más conocidos y jugados del panorama eSports son plenamente disfrutables en el LG Gram. Y a buena velocidad, a pesar de estar hablando de un portátil con gráficos integrados en el procesador.

Incluso huesos más duros de roer como PUBG y Fortnite son jugables calibrando el nivel de detalle a la baja, haciendo posible liberar adrenalina en cualquier momento. Y si hablamos de clásicos, bombazos sin fecha de caducidad como ‘Fallout: New Vegas’ van como la auténtica seda.

Y los indies funcionan casi todos estupendamente, puesto que casi todos han sido programados para funcionar con un hardware más modesto que el del Gram. ‘Ori’, ‘Dead Cells’, ‘Undertale’… hay para elegir.

Otros como ‘Cuphead’ sacan el máximo partido a su brillante pantalla IPS Full HD, mientras que el mundo abierto de ‘GTA V’ se puede explorar con un buen nivel de detalle, aunque posiblemente tu jefe o tus clientes preferirían no saber a qué te dedicas en los callejones de Los Santos…

Por supuesto, jugar con un Ultrabook también tiene sus limitaciones. Aunque el panel IPS del LG Gram se presta mejor que muchos monitores de sobremesa al espectáculo visual de juegos como ‘Wolfenstein II: The New Colossus’, una unidad gráfica integrada no es suficiente. Mejor si esa clase de juegos las dejamos en manos de un buen equipo de sobremesa, mucho más capaces al estar liberados de las restricciones técnicas y energéticas de un portátil, por bueno que sea.

Con todo, si somos unos jugones irredentos podemos apostar por conectar una GPU externa o eGPU. Hasta hace poco un simple sueño para muchos jugadores con un portátil, este tipo de periférico permite utilizar una tarjeta gráfica de sobremesa en el LG Gram.

El uso de una tarjeta gráfica externa o eGPU es posible gracias a las posibilidades de expansión brindadas por el conector Thunderbolt integrado en el equipo, que lo mismo sirve para proporcionar salida de vídeo que para conectar una tarjeta GTX 1080 con sus 8 GB de VRAM y gozar de cotas gráficas impensables en un Ultrabook.

Puede sonar una propuesta exagerada, pero no lo es tanto si se considera que cada vez más personas están cambiando sus antiguos equipos de sobremesa por un portátil.

Jugar con un Ultrabook es posible (si tienes un hardware a la altura y escoges bien qué juegos)

Como puedes ver, un Ultrabook también puede ser una satisfactoria propuesta lúdica. La clave reside en dar con el hardware adecuado y escoger juegos con unos requisitos bajos. En el caso del LG Gram esto se puede reducir en un procesador Intel Core i7 de octava generación con músculo suficiente para saltar de Photoshop a los mundos virtuales de Blizzard sin problemas, una gran cantidad de RAM (con posibilidades de expansión) y una pantalla con un amplio contraste.

A estos factores se pueden añadir otros como el sonido DTS X con soporte para auriculares, todo un must have si vamos a aprovechar los momentos de descanso pero no queremos molestar a nadie.

Elementos fáciles de camuflar en un portátil de gran tamaño y peso elevado, pero que resultan especialmente llamativos cuando hablamos del auténtico peso pluma del segmento Ultrabook. Y es que cuando se trata del LG Gram, no es muy prudente fiarse de los tópicos.

Imágenes | LG