Tecnología para el coche: sistemas de aparcamiento automático

Tecnología para el coche: sistemas de aparcamiento automático
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Probablemente si nos preguntaran, la mayoría de los conductores diríamos que aparcamos muy bien, aunque la realidad sea que no siempre es así. A veces simplemente porque podemos pasar unos cuantos días, o incluso semanas, sin practicar cierto tipo de aparcamiento.

Otras veces puede ser simplemente que hemos tenido un duro día de trabajo, o venimos de un viaje largo y muchas horas al volante, y estamos cansados y con pocas ganas de ponernos a aparcar, que todo sea dicho de paso, a veces no es muy cómodo.

O puede ser también que ese día no nos encontremos en plenitud de nuestras facultades, por ejemplo por estar resfriados, o tener un dolor de cabeza, o cualquier otra dolencia.

Y aunque no suceda nada de esto, no debemos olvidar que cada vez más personas mayores conducen, y que con los años la movilidad se va reduciendo, y la visión periférica también, por lo que cosas que con 20 o 30 años hacíamos sin problemas, como girar la cabeza para mirar hacia atrás, con 60 o 70 años ya no se hacen igual.

Y por supuesto, también está el hecho de que a algunas personas no les gusta aparcar e incluso les pone nervioso, y que algunas otras, espero y deseo que las menos, no saben aparcar, y o bien necesitan muchísimo tiempo para realizar la maniobra, o bien van a dar golpes y rozar a diestro y siniestro a los coches que les rodean.

Por todo esto los fabricantes de automóviles se han ido decidiendo a incorporar sistemas de aparcamiento automático en sus modelos. Aún no hace tantos años que llegaron los primeros sistemas a algunas marcas, y aunque son cada vez más, no está tan generalizado. En Motorpasión Futuro hemos hecho un repaso de qué marcas disponen ya de un sistema así (con varios vídeos que muestran el funcionamiento).

Volkswagen Park Assist

El volante se gira solo

Estos sistemas fueron una evolución de los primeros asistentes de estacionamiento, aquellos que incorporaban sensores de distancia en los paragolpes y emitían un pitido creciente cuando el coche se acercaba al obstáculo en cuestión.

Pues bien, un sistema de estacionamiento automático requiere obligatoriamente de sensores que midan la distancia desde el coche hasta los límites de la plaza, los otros coches u obstáculos, tanto en el paragolpes trasero como en el paragolpes delantero.

Estos sensores suelen ser habitualmente de ultrasonidos y su número y distribución depende del tamaño y diseño del coche, aunque suelen ser cuatro o cinco por paragolpes. En ocasiones, aunque es poco habitual, se puede emplear un radar como sensor.

Además de estos, en los laterales del paragolpes orientados en dirección transversal, tiene que haber más sensores que midan la distancia hacia el lateral del coche. Estos sensores miden los huecos que haya para aparcar y permiten que el sistema identifique uno en el que quepa el coche.

Así cuando el conductor activa el sistema pulsando simplemente un botón, y circula junto a la banda de estacionamiento y pasa por delante de un hueco, el sistema le dirá en la pantalla del cuadro de instrumentos que ese hueco vale.

Así se acaba el inconveniente (problema para algunos conductores) de valorar si ese espacio tiene la medida suficiente para que entre su coche.

Localización de un espacio para aparcar

Por cierto, los sistemas de aparcamiento automático han evolucionado y mejorado desde las primeras versiones y ahora necesitan menos holgura por delante y por detrás para aparcar. En algunas marcas ya solo necesitan 25 centímetros por delante y otros 25 por detrás.

Algunos sistemas se complementan con una cámara de vídeo para visión marcha atrás, e incluso marcha adelante y 306 grados, para que el conductor supervise con mayor seguridad la maniobra.

Así que el sistema avisa al conductor de que hay un espacio válido, y le indica hasta dónde tiene que avanzar y dejar el coche. Y así le seguirá dando instrucciones en la pantalla en el momento oportuno: para insertar la marcha atrás, para acelerar, para frenar, para insertar la marcha hacia adelante, etc.

El sistema se encargará de controlar la dirección, y hará girar el volante lo que sea preciso, y cuando sea preciso, sin error, gracias a un electromotor.

Hoy por hoy estos sistemas pueden estacionar en línea, y según la marca también en batería. Por ejemplo el sistema Intelligent Parking Assist disponible como opción desde 2010 en el Toyota Prius de tercera generación, realiza los dos tipos, pero tampoco es el único, que conste.

Indicaciones para el conductor

Eso sí, no son realmente automáticos, ya que el conductor tiene que seguir realizando ciertas operaciones. Es muy probable que con los avances en conducción autónoma que se están investigando, dentro de no mucho tiempo se comercialicen coches que se aparquen totalmente solos.

En esa línea hay un par de proyectos interesantes que confirman esto. Por un lado tenemos la aplicación Park4U Remote, de Valeo, que permite estacionar un coche de manera remota desde un smartphone, o también el coche chino BYD Su Rui, Es algo así como manejar el coche como si fuera uno de radio-control.

Un sistema aún más evolucionado es el proyecto Audi Garage Parking Pilot, donde de nuevo se utiliza el teléfono, pero esta vez para ordenar al coche que se aparque solo. Eso sí, se requiere también de estacionamientos preparados para ello (y no me refiero a parkings robotizados).

Nos bajamos en la entrada, le damos la orden al coche y nos vamos. Este se moverá por el aparcamiento solo, buscará una plaza libre y se aparcará. Cuando queramos volver a por el coche, lo llamamos con el teléfono y listo.

¿A quién le gusta aparcar?

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