iPad Mini 3, análisis

Hace un par de años Apple presentó su primer iPad Mini. Un modelo de 7,9 pulgadas orientado a quienes buscaban un formato más pequeño. Un buen producto que nació con un pero: no tenía pantalla Retina como su hermano mayor. Un año más tarde la balanza se equilibró y llegó una segunda versión con el panel de alta resolución.

Este año esperábamos que la diferencia entre el modelo pequeño y el de más pantalla solo estuviera en el tamaño. Pero nos equivocamos. El iPad Mini 3 apenas introduce como novedad la incorporación del TouchID. Toca analizarlo y responder a la pregunta clave: ¿es esto suficiente para seguir compitiendo por ser el mejor tablet pequeño?

iPad Mini 3, principales características

En la presentación del 16 de octubre el papel del iPad Mini 3 fue muy discreto. No fue casualidad, no había mucho que contar. Mismo hardware que la segunda generación pero con el añadido del sensor de huellas de Apple: Touch ID.

Con esta ficha de características, si pretendemos quedarnos en el ecosistema iOS, la distancia con el iPad Air 2 ya no es solo en la pantalla. Si queremos la opción más potente nos tenemos que ir sí o sí al modelo de 9,7 pulgadas. No es que la opción Mini sea mala pero es exactamente lo que vimos el año pasado.

Eso no quita que sea un mal hardware, en absoluto, pero conviene plantearse si pagar 100 euros por añadir TouchID y, quizá, alguna actualización más de sistema. Resulta difícil decir que sí pero antes de llegar a esta conclusión analicemos el resto de apartados.

Análisis en vídeo del iPad Mini 3

No dejamos de lado el tradicional análisis en vídeo donde conocer con detalle al iPad Mini 3:

No busques porque no hay más cambio que el nuevo color dorado

Apple no suele introducir grandes novedades en el diseño de sus dispositivos de una generación a otra y las novedades siempre en este apartado giran sobre el grosor y el peso. De primeras, definen muy bien las líneas a seguir con las formas, la distribución de los botones, las proporciones de pantalla en el espacio frontal, la colocación de los altavoces y año tras año van realizando pequeños cambios.

Esa regla no escrita de Apple no se ha cumplido con el iPad Mini 3, que se queda tal cual respecto a la generación anterior. No hay cambios significativos y es el primer apartado donde vemos que la renovación del modelo pequeño es muy discreta. Como "novedad" solo tenemos el color dorado que ya vimos debutar en el iPhone 5S hace un año.

El toque oro se nota más en los marcos y en el anillo del botón de inicio debido al contraste con el blanco. En la parte trasera el tono se apaga un poco y queda ligeramente más bronceado. Todo sea dicho: las fotos oficiales no hacen justicia al color real de la parte trasera. Es más amarillo y dorado, como podéis ver en las imágenes de nuestro análisis.

Mantener todo prácticamente igual le hace conservar sus virtudes, que a nivel de diseño se concentran en resultar cómodo cuando lo usamos con una o dos manos. La proporción entre dimensiones hace que estemos ante un dispositivo ligero que podremos sostener sin cansarnos al poco tiempo.

Pese a no presentar cambios, el diseño es un apartado redondo donde se equilibra bien el peso, el tamaño y la distribución del espacio frontal. Pocas pegas más allá de la necesaria pieza de plástico en el modelo con conectividad móvil y que se trate de una renovación prácticamente nula respecto al modelo del año.

Veamos cómo queda frente a la competencia:

Pantalla

Con el iPad Air 2 vimos que llegó el laminado y su reducción de reflejos en el cristal de la pantalla. Esta novedad no ha llegado al iPad Mini 3 donde nos encontramos con el mismo panel que en la generación del año pasado. Pantalla Retina, sí, pero de nuevo otro apartado donde los de Cupertino no introducen ninguna novedad sustancial. Esto no quita que sea un gran panel pero queda en evidencia Apple al no trasladar una mejora incorporada en el panel del iPad Air 2 a un modelo importante como el Mini 3, lo que nos podría dejar dudas sobre su futuro papel en el catálogo de los de Cupertino.

La proporción de tamaño y resolución es correcta para la mayoría de usos y en ningún momento evidencia que necesite más píxeles en sus 7,9 pulgadas. Además, la competencia que también ha renovado este año no se distancia por ahora en este apartado.

La combinación de factores funciona bien con un panel luminoso, equilibrado en los colores y con el único pero de tener bastantes reflejos cuando hay muchas fuentes de luz en el ambiente. Cómodo para leer, jugar y navegar pero no es la mejor opción para ver contenido multimedia que generalmente tiene un formato panorámico.

La respuesta táctil es precisa en todos los gestos con los dedos. En lo personal me ha costado acostumbrarme un poco respecto al iPad de 9,7 pulgadas al realizar algunos movimientos como cerrar o abrir aplicaciones con cuatro dedos.

El ángulo de visión es casi completo y tanto en condiciones de mucha luz como de poca veremos todo con nitidez y brillo suficiente.

Mismo rendimiento, misma autonomía

Por especificaciones los procesadores de Apple nunca han sido los más potentes en cifras sobre el papel. Si además lo comparamos con otros tablets tope de gama en formato pequeño (Sony Xperia Tablet Z3 Compact, Galaxy Tab S…) vemos que el iPad Mini se queda un poco detrás de sus competidores este año. No renovar hardware puede que sea la decisión más discutible de este nuevo modelo.

Eso sí, no hay que dejarse llevar solo por los datos porque en Cupertino tienen muy bien atada la experiencia de uso. Ésta es ágil, con una respuesta rápida abriendo cualquier aplicación, por lo que, por ahora su rendimiento es indiscutible pero hará que comprobar si cuando las mejoras que promete iOS 8 lleguen, no haber igualado potencia del modelo de referencia para Apple le puede acabar pasando factura.

Apple se vale por ahora del antiguo chip A7, según nuestra experiencia, combinación más que suficiente para mover el sistema con fluidez y no tener retardos ni lags en juegos o aplicaciones. Apple confía mucho en la experiencia de uso y demuestra que puede seguir a la altura con un chip de hace un año. Pero de cara al consumidor puede resulta molesto ya que con la base del modelo anterior, uno esperaría una reducción de precio y no el aumento que ha llegado, en principio motivado por la inclusión de la tecnología Touch ID.

Precisamente hablando de experiencia de uso, Apple es bien sabedor de que la autonomía es clave. Por eso ha mantenido unas excelentes diez horas de uso en modo vídeo o navegación web (cifra que variará según lo que hagamos) donde no tendremos que preocuparnos por el cargador, lo que nos anima a viajar con él y llevarlo siempre encima. Aquí mantener el grosor en el chasis y no comprometer el tamaño de la batería ha sido todo un acierto.

En la parte de la memoria nos encontramos, como en el iPad Air 2, algo bastante chirriante: el modelo de 16GB se queda como la configuración con menos memoria y el siguiente salto es a los 64 GB. Adiós a los 32 en un movimiento lógico desde una perspectiva comercial pero muy molesto para el usuario final.

16 GB es una cantidad ínfima si tenemos en cuenta que hay aplicaciones que pasan del giga de tamaño. Bien sean juegos que realmente requieren tanto espacio o bien aplicaciones que tienen a hacer cachés muy grandes por ejemplo el cliente oficial de Twitter. Todo esto, claro, con algo que ya conocemos todos muy bien: la incapacidad de ampliar a través de tarjetas de memoria.

iOS 8: sin diferenciación del mundo smartphone

iOS 8.1 demuestra que el sistema operativo ha madurado tras la transformación que vivió en la versión 7. Avances significativos tanto estéticamente como con nuevas funciones para dar más versatilidad a los dispositivos de Apple. Cambios a mejor, que van acompañados por algo que han hecho únicos a los iPad: su ecosistema.

Apple mantiene una considerable ventaja si hablamos de aplicaciones optimizadas para la experiencia en tablet, según los datos oficiales más de 600.000. Un punto que le da muchísimo valor a la hora de elegirlo frente a otras plataformas. La variedad es muy grande, de eso no hay duda, y hace poco ha hecho incorporaciones de mucho peso como Pixelmator o la nueva versión de Replay.

Todo esto ha sido válido hasta ahora, muchas aplicaciones, un ecosistema sólido… Sin embargo nos empezamos a dar cuenta que la renovación año a año y los cambios que ha habido en la última versión de iOS ya saben a poco.

Como herramienta de consumo y creación puntual de contenidos está bien, pero los usuarios empezamos a demandar más usos. La era post PC que nos prometió Steve Jobs no termina de llegar. Hay limitaciones como tener aplicaciones a ventana completa, o la gestión de varios usuarios que demuestran que todavía son equipos limitados.

Se han sabido blindar bien con accesorios como mandos para jugar o teclados para escribir pero todavía andan varios pasos lejos en esa lucha por ir más allá del ordenador personal. Esperamos más diferenciación, con los tablets Android lo ha hecho muy bien en todo lo relacionado a la parte de ocio y consumo pero Windows 8.1 es una amenaza si lo valoramos como dispositivo capaz de hacer tareas más propias de un ordenador. Ahí el software tiene mucho margen de crecimiento todavía.

El gran añadido de la familia Mini en esta generación ha sido sin duda TouchID. En lo que respecta al reconocimiento de huellas Apple no tiene rival y en el resto de dispositivos móviles no hemos visto una tecnología que funcione igual de bien. Es eficaz, no da errores y anima a que todo el mundo tenga una forma segura de tener bloqueado su equipo. Pero Apple, ¿por qué no aprovecharlo como pedíamos en el iPad Air 2 y permitir varios usuarios en un mismo dispositivo iOS?

La cámara del ipad Mini 3

Mientras que el hermano mayor ha recibido un nuevo sensor de ocho megapíxeles para sacar pecho en la fotografía con tablets, el modelo Mini se encuentra con la misma cámara de 2013. Todos los componentes son idénticos y lo cierto es que sorprende la elección porque el tamaño del iPad Mini lo hace más manejable para tomar fotos y esa mejora incluida en el Air 2 tendría incluso más sentido en este modelo compacto.

Los resultados son idénticos a los que vimos el año pasado: en situaciones de mucha luz ambiente ofrece un buen rendimiento pero adolece de tener un rango dinámico algo corto y en escenas con fuertes contrastes son evidentes las diferencias con la cámara de un smartphone. También podemos apreciar esta diferencia en interiores o escenas con poca luz, donde el ruido está controlado pero tiene una presencia importante.

Foto en interior con mucha luz, por un lado una fuente blanca en el interior y otra externa con luz natural de la calle. Se aprecian los detalles de la figura sin problemas y el procesado de imagen no flojea en los detalles de las texturas de la mesa y el muñeco. El desenfoque no queda del todo mal, aunque por ejemplo en la cámara del fondo se nota más movida que desenfocada.

Foto macro de con contraste. En altas luces vemos que se quema la foto rápidamente. Se aprecian muy bien los detalles del candado y la valla pero hay un poco de ruido a pesar de tener mucha luz en el ambiente. Buena gestión de los colores, aunque los árboles desenfocados quedan un poco empastados.

Al hacer esta foto la descarté por no encontrar la luz que quería pero al verla después me sorprendió los buenos resultados del recorte. Si os fijáis, se pueden apreciar los moldes de las teclas e incluso distinguir algunas como la 'K'. En bajas luces la única objeción la encontramos en la mesa del fondo donde no se diferencia la tabla y la pata, que tienen dos colores diferentes. Todo queda bajo la misma silueta.

Prueba con el modo HDR que incluye iOS. Es una buena herramienta para ampliar un poco el rango dinámico pero la cantidad de ruido hace que no sea una buena opción. En el agua por ejemplo se nota muchísimo y aunque el resultado no es malo, deja claro que tiene algunas carencias.

En la parte de software es donde más brilla la cámara. El procesado de las imágenes es bueno y en la compresión a JPEG no hace aberraciones con el color o el acabado en puntos críticos como los bordes. A esto esto hay que sumarle el ecosistema de aplicaciones que hay en la App Store, como por ejemplo Snapseed, Pixelator o Afterlight, lo que refuerza la idea del valor extra de un tablet para tomar fotos debido a su capacidad más potente de edición in situ.

La opinión y nota de Xataka

El iPad Mini 3 es un gran producto, pero el mismo gran producto del año pasado. Sigue siendo una referencia a la hora de escoger un tablet de tamaño pequeño que siempre queramos llevar con nosotros.

Sin embargo, la sensación que deja el iPad Mini 3 es de poco interés por parte de los de Cupertino. Sus mejoras se traducen en un eficaz sistema TouchID y en nueva gama de colores. ¿100 euros por ese par de elementos? La respuesta es clara: no. Las pocas novedades que tienen no justifican la diferencia de precio entre el modelo de este año y el de 2013.

Además, no mejorar sus especificaciones le ha servido para que la competencia le reduzca la ventaja y aunque el ecosistema de aplicaciones sigue siendo su fortaleza, en un formato tan pequeño el precio es una variable muy poderosa donde el nuevo Mini 3 de Apple sale perdiendo. Y si pensamos en ese modelo de 16 GB es ridículo en capacidad para el precio que tiene, la diferencia se hace más grande.

El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Apple. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas