Acer Aspire S3, primeras impresiones

Acer Aspire S3, primeras impresiones
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Nuestra primera y breve toma de contacto con el primer Ultrabook de Acer nos ha dejado muchas dudas y unas enormes ganas de abrir el equipo para ver exactamente cómo funciona por dentro. El Acer Aspire S3 es bonito, muy bonito, casi demasiado bonito para ser cierto.

Comencemos por la carcasa, elaborada en una aleación de aluminio y magnesio con 13 milímetros en su punto más grueso. El tacto del equipo es suave como la seda y el efecto cepillado le da una considerable resistencia a las marcas de dedazos.

Salvo por el puerto para tarjetas SD y el jack de audio y micro (el mismo que el de los móviles con sistema manos libres), todas las conexiones están en la parte posterior del equipo, en una franja de plástico negro que afea un poco el conjunto. Encontramos un HDMI de tamaño estándar, el puerto de carga y dosUSB 2.0 también del tamaño normal.

Acer Aspire S3

Por un lado nos gusta que Acer no haya decidido optar por versiones miniaturizadas de los puertos, que acaban haciendote depender de molestos adaptadores. Por otro lado, dos únicos puertos USB se quedan bastante cortos. Al menos no habrá problema con los routers móviles ya que el equipo incorpora ranura para tarjetas SIM en la parte inferior. La batería no es extraíble, lo que para algunos sin duda será un punto negativo. En cualquier caso, la panza del S3 está rematada por unos antiestéticos tornillos con los que, suponemos, podremos acceder a todo el interior, batería incluída.

Acer Aspire S3

La pantalla del Acer Aspire S3 se ve realmente bien, al menos tan bien como la de cualquier otro portátil de gama alta. El acabado es brillante, lo que asegura muy buenos ratos intentando esquivar las luces directas. Eso sí, los colores son brillantes y el ángulo de visualización es excelente.

En cuanto al teclado, tipo chiclet, no está retroiluminado y podría haber sido más bonitoo, con todo, parece cómodo. El trackpad sí que es espectacularmente grande y agradable de usar.

Acer Aspire S3

Una de nuestras principales preocupaciones con este equipo era la refrigeración. Este apartado es el que más nos ha sorprendido. El equipo que hemos probado es el mismo que el que Campbell Kan, Presidente de Operaciones Globales de Acer, sostenía dos horas antes durante la presentación y nos juran que no se ha apagado en ningún momento. Pues bien, la carcasa apenas está tibia al tacto y hay que pasar los dedos por la rejilla de ventilación de la parte posterior para notar algo (muy poco) de calor. En 10 veces menos tiempo, el Dell Vostro V131 desde el que escribimos este post ya nos está recalentando las piernas y las manos con verdaderas ganas.

Acer Aspire S3

Según nos cuenta Kan, la refrigeración coge el aire desde las rendijas del teclado y lo hace salir por la parte posterior merced a un único ventilador extraplano que opera a muy baja velocidad. El ruido es muy bajo, aunque necesitaremos probarlo en un entorno más silencioso para dar un veredicto definitivo. Todas las partes calientes del S3 se han llevado a la parte posterior, con lo que el ultrabook se mantiene agradablemente fresquito mientras lo utilizamos.

Apenas hemos tenido tiempo para probar el rendimiento del Acer Aspire S3, pero el primer feeling del equipo (que integraba un Intel Core i7) es correcto. Windows 7 Home Edition se mueve con la agilidad que se espera de un i7.

Acer Aspire S3

Debo reconocer que yo era el primer escéptico con los ultrabooks y albergaba muchas dudas sobre su potencia, rendimiento y capacidad de refrigerar los componentes en una carcasa tan delgada. Nuestro primer Ultrabook, el Acer Aspire S3, nos ha dejado aún con preguntas que sólo podremos resolver probando a fondo el equipo. No obstante, lo que hemos visto nos ha sorprendido mucho y, lo que es más importante, nos ha gustado mucho. Todo indica que estamos ante un pedazo de equipo y una nueva categoría de producto, los ultrabooks, que va a dar mucho que hablar.

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