Así es la guerra sucia entre Uber y Lyft

Así es la guerra sucia entre  Uber y Lyft
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Apple contra Samsung, Sony Playstation contra Microsoft, en el mundo de la tecnología hay muchos frentes abiertos. Compañías que no solo luchan para que usemos sus productos y servicios sino que también pelean entre ellas por hacerse con el trono de cada mercado. Enfrentamientos muy cruentos a veces donde violencia no habrá, pero peleas en los tribunales y prácticas empresariales de toda linde desde luego que no faltan.

Conocemos las más famosas porque desde hace años se llevan produciendo pero hay una muy reciente que está acaparando mucha atención en el mundo de la tecnología a pesar de no ser compañías que venden móviles, videoconsolas o servicios de contenidos online. No, son dos empresas que quieren ser nuestro vehículo privado para ir de un punto a otro. Lyft y Uber. Uber y Lyft. Dos compañías que buscan hacerse con este sector cueste lo que cueste.

Uber y Lyft, parecidos pero no idénticos

Uber y Lyft comparten cosas en común. Son dos empresas privadas donde una flota de conductores privados nos llevarán de un sitio a otro cobrándonos una tarifa por ello. Hace un par de semanas María nos explicaban cómo funcionaba cada una y los precios que se aplicaban en función del tiempo y la distancia recorrida.

Aplicando un símil, podríamos decir que Uber es el conductor elegante con traje, guantes blancos que te abre la puerta de atrás de tu coche y carga tus cosas en el maletero. Lyft es el colega de toda la vida que te choca los cinco cuando te pregunta qué tal te va mientras llegáis a tu destino. Dos formas diferentes de entenderlo pero con el mismo propósito a fin de cuentas.

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Son competidores entre sí, aunque cada uno lo haga con su propia filosofía. Saben que el mercado potencial que tienen por delante es enorme y que su servicio enfurecerá a los taxistas pero al final se trata de una forma, bastante discutible, de abrir el mercado de los transportes privados. Un servicio universal que además promete dar grandes beneficios a quien se haga con el trono.

¿Qué es lo que ocurre? Que dos empresas han puesto sus ojos sobre este mercado y saben que para llegar a lo más alto hay que ser rápidos y astutos. Sin embargo, la competencia no está siendo del todo sana. Lo que empezó como una competencia con los precios reduciendo los beneficios para atraer clientes, ha terminado por ser una lucha encarnizada donde se están llevando a cabo prácticas muy controvertidas.

Todo empezó con los precios. Durante un tiempo ambas empresas estuvieron reduciendo las comisiones que cobraban para atraer a los conductores (que tendrían más beneficios) y a los pasajeros (que tendrían el servicio más económico). La competencia hizo que los márgenes se fueran ajustando en diferentes zonas. Lo normal era que ambas se llevaran un 20% por cada viaje pero en algunos mercados rebajaron su ganancia a un 5%.

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Sin embargo, la cifra iba variando en función de lo que hacía cada empresa. Lo cual acababa confundiendo un poco a los usuarios y también a los conductores que se planteaban irse a una empresa u otra. El tiempo fue pasando y parece que las cosas le han ido un poco mejor a Uber, solo hay que ver la ronda de financiación de 1.200 millones de dólares que cerraron hace unas semanas. El tiempo pasa y mientras todo parecía reñido, una de ellas hace saltar la alarma.

Acusaciones, tensión y reservas falsas

Hace unos días Lyft denunció públicamente que los empleados de Uber habían realizado 5.560 solicitudes falsas que posteriormente fueron canceladas en los últimos diez meses con un propósito tan sencillo como cuestionable: sabotear a la startup de los coches con el bigote rosa. Por supuesto, esto no quedó así.

Uber utilizó a TechCrunch como plataforma para responder a las difamaciones de Lyft con un comunicado donde afirmaba que las acusaciones no tenían ningún tipo de principio y eran simplemente falsas. Es más, subieron la apuesta y afirmaron que Lyft había cancelado un total de 12.900 viajes en Uber. Este es el comunicado que se publicó:

Lyft’s claims against Uber are baseless and simply untrue. Furthermore Lyft’s own drivers and employees, including one of Lyft’s founders, have canceled 12,900 trips on Uber. But instead of providing the long list of questionable tactics that Lyft has used over the years, we are focusing on building and maintaining the best platform for both consumers and drivers. These attacks from Lyft are unfortunate but somewhat expected. A number of Lyft investors have recently been pushing Uber to acquire Lyft. One of their largest shareholders recently warned that Lyft would “go nuclear” if we do not acquire them. We can only assume that the recent Lyft attacks are part of that strategy.

Resulta curioso que utilicen "go nuclear" para definir la estrategia de Lyft. Una expresión que recordemos fue utilizada por Steve Jobs para definir su cruzada contra el sistema operativo Android y las ganas que tenía que éste desapareciera del mercado. Volviendo a nuestro protagonistas sobre ruedas, la cosa no quedó así ni mucho menos, Lyft respondió a este comunicado.

Uber

En él afirma que Uber está usando herramientas para engañar a la gente haciendo acusaciones falsas para desviar la atención sobre su campaña de cancelaciones ilegales. Ahí tenéis un fragmento del comunicado emitido por Lyft recientemente:

Once again Uber is deceiving the public, now with false allegations and an attempt to deflect from their illegal cancel campaign. Lyft has more than 100 investors, all of whom are extremely excited that Lyft is approaching IPO-level revenue. Our “nuclear” strategy is continuing to take market share with 30% month-over-month growth, while building the strongest community of drivers and passengers.

De momento la historia entre ambas empresas se encuentra en este punto. Ninguna quiere ceder ante la otra y ambas tienen claro que van a hacer todo lo posible por ser el rey de este mercado. Eso sí, Uber no tiene un historial del todo limpio ya que a principios de año reconoció públicamente que ya hizo esta práctica para boicotear a un competidor más pequeño: Gett.

A todo esto hay que sumarle la inclusión de un nuevo servicio que ha sido anunciado casi al mismo tiempo por las dos compañías: UberPool y LyftLine. O lo que es lo mismo, compartir coche con más personas para repartir gastos. ¿Os suena? Claro, Blablacar también está en ese negocio y queda por ver si este tercer agente entrará también al trapo con los otros dos titanes. Ellos tienen claro, eso sí, que siguen adelante.

Queda por ver cómo se resuelve todo esto pero salvo que alguna empresa lleve a la otras a los tribunales no parece que ningún organismo de regulación vaya a interferir y a poner orden a la disputa que mantienen Uber y Lyft. Aún así, de mantenerse esta guerra sucia todo apunta a que los abogados de unas y otras también entrarán a la pelea en los despachos.

Los problemas de la disrupción tecnológica

Antes de que empezara el verano, en Xataka organizamos un hangouts dedicado a la guerra que enfrentaba a Uber contra los taxistas. En esa discusión surgió una cuestión muy importante. ¿Por qué a veces la innovación y la disrupción tecnológica tienen que estar ligados a romper las normas y las leyes?

Durante la conversación salió el caso de Napster: una empresa que recordemos se fue haciendo famosa gracias al intercambio gratuito de canciones a través de una red P2P. Su negocio no era legal ya que se estaba transfiriendo contenido protegido por los derechos de autor a través de una vía no regulada.

Con Uber y Lyft ocurre algo similar. Son dos empresas que buscan crecer y hacerse grandes rápido a través de un modelo de negocio discutible y que además pone en entredicho la liberación del transporte privado y si realmente podemos seguir adelante con un modelo regulado a través de licencias que son caras y muy difíciles de conseguir.

Ambas se están expandiendo y al final llegará un punto donde su volumen será tal que habrá que tenerlas en cuenta para negociar y repensar si se han de cambiar las leyes para que empresas de este tipo puedan operar con otros servicios que ya existen. Ambas levantan muchas ampollas pero parece que polémica, problemas y guerra sucia vamos a tener durante una buena temporada hasta que alguien se anime a regular y buscar una solución a este problema.

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