¿Puede una app de idiomas sustituir a un profesor particular?

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Muy pocas personas pueden asegurar que tienen el don de lenguas y, sin embargo, cada vez es más indispensable saber otro idioma (especialmente el inglés) tanto para la vida laboral como para la personal. De hecho, según un informe del British Council, los motivos laborales son los que más nos llevan a estudiar este idioma, aunque seguimos teniendo un gran impedimento para hacerlo.

Pero, ¿qué pasa si no tienes tiempo o dinero? Si con la transformación digital hemos cambiado nuestros hábitos de vida para comprar ropa, para viajar, para alquilar piso... ¿por qué no para aprender idiomas? Luis von Ahn lo vio muy claro y creó Duolingo, una app con 100 millones de usuarios, según sus propios datos, que se renueva cada semana, tal como explica su fundador en esta entrevista en vídeo.

La barrera económica del idioma

Aprender un idioma cuesta mucho, tanto en tiempo y esfuerzo como en dinero. Si nos atenemos únicamente al inglés, un trimestre en el British Council supera los 700 euros. En International House el curso completo sale por más de 1.200 euros. Es cierto que el abanico de precios es amplio y depende mucho del tipo de curso que queramos hacer, pero no es menos cierto que supone una inversión importante.

También existe la opción de tener un profesor particular, pero ahí los precios son muy variables y, generalmente, más caros si hacemos el ratio de coste por hora.

Sin embargo, y según los datos de la última Encuesta sobre la Participación de la Población Adulta en las Actividades de Aprendizaje del Instituto Nacional de Estadística, 4 de cada 10 personas adultas de nuestro país recurre a algún tipo de formación (no solo lingüística). Los 3,6 millones de estudiantes que han participado en educación formal (o educación proporcionada en el sistema de colegios, institutos, universidades y otras instituciones de educación que conducen a la obtención de un título oficial) han realizado en media 1,1 actividades en los últimos 12 meses. Para ello, han invertido en media 598 horas, con un gasto medio por estudiante de 1.202 euros.

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Sin embargo, es lógico pensar que las razones laborales sean la principal motivación para estudiar un idioma puesto que, según un reciente estudio llevado a cabo por Adecco e Infojobs, una de cada tres ofertas de trabajo publicada en nuestro país exige como requisito indispensable conocer un idioma extranjero. El inglés es el idioma más demandado, en nueve de cada diez ofertas laborales.

Idiomas Adecco

Aunque hay unos sectores donde se demanda más este conocimiento de una segunda lengua (por ejemplo, en telecomunicaciones el 41,3 por ciento de las ofertas lo exige), lo cierto es que es una tendencia que cada vez se amplía cada vez más trabajos, como sanidad (donde, según el informe, hay una demanda emergente de idiomas minoritarios) y, cómo no, hostelería (y turismo en general).

Además, se constata que las categorías profesionales de mayor rango y puesto requieren conocimientos de uno o más idiomas. Así, mientras las ofertas destinadas a empleados reflejan este este requisito en el 21,8% de los casos, la proporción va aumentando en la demanda de técnicos (35%) y mandos (37,7%), hasta llegar al 52,2%, que es el porcentaje de ofertas destinadas a cubrir puestos directivos en las que se indica que se necesita hablar otro idioma.

Una de cada tres ofertas de trabajo publicadas en España exigen el conocimiento de un segundo idioma (generalmente el inglés) como requisito

Es decir, que el conocimiento de un segundo idioma es algo básico para garantizarnos un puesto de trabajo y, cada vez más, para ir desarrollando una carrera profesional dentro de las empresas que nos lleve a alcanzar puestos de más responsabilidad y de mayor remuneración.

¿Es la pescadilla que se muerde la cola? Es decir: si no sabemos idiomas, tenemos puestos de trabajo de peor remuneración, lo que nos puede impedir invertir dinero en un curso de idiomas. Pero, si no conocemos un idioma, no podemos aspirar a un puesto de trabajo mejor pagado… Es ahí donde estas nuevas aplicaciones de enseñanza de idiomas pueden ser un gran aliado, ya que, de manera gratuita, nos permiten tener destrezas en una lengua que no es la nuestra.

Opciones económicas

Sin embargo, también es cierto que hay opciones más económicas para lograr mejorar nuestra destreza con un segundo o tercer idioma. Algunos recurren a Skype para practicar y conocer mejor estas lenguas. Incluso instituciones educativas como el mencionado Briths Council o Worldwide English tienen esta opción Una versión más telefónica de este sistema es la propuesta de Phone Learning.

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Sin duda, el auto aprendizaje puede ser la opción más económica de todas, pero también la más difícil, puesto que exige mucha disciplina y no siempre es fácil resolver tus dudas.

A través del móvil

También existen varios recursos vía aplicación móvil que son muy útiles de cara a aprender un idioma. En las diferentes tiendas de aplicaciones puedes encontrar multitud de aplicaciones (algunas gratuitas, otras de pago) que te intentarán ayudar a la hora de perfeccionar áreas como la gramática, el vocabulario, el uso de los tiempos verbales o frases hechas y refranes en cada idioma. El propio British Council tiene muchas aplicaciones disponibles.

Hay multitud de aplicaciones para el móvil (muchas de ellas gratuitas) que te pueden ayudar a perfeccionar tu conocimiento de otro idioma

Si lo que quieres es una aplicación que actúe como un curso de inglés, son varias las opciones que tienes a tu alcance. Una de ellas es Duolingo, un recurso gratuito que utiliza herramientas de juego para favorecer la comprensión de un idioma a través de lecciones cortas. La herramienta plantea retos al estudiante, al que motiva otorgando puntos por respuestas correctas, por competir contra el reloj y por subir de nivel. Por cierto, que entre sus inversores podrás encontrar a Ashton Kutcher y Google.

Busuu es otra de las opciones disponibles, cuyo contenido ha sido revisado por profesores. Busuu ofrece doce cursos de idiomas diferentes divididos en lectura, escritura, comprensión auditiva, expresión oral. Busuu presume de ser la primera aplicación móvil de aprendizaje de idiomas del mundo que ofrece a sus usuarios la posibilidad de interactuar con hablantes nativos.

Y, si tienes un iPhone, puedes aprender inglés con la aplicación de The New York Time.

¿El móvil es el nuevo profesor particular para aprender idiomas?

Los diferentes estudios certifican que el móvil, como en muchos otros aspectos de nuestra vida, va a ser la herramienta principal de cara a realizar tareas de aprendizaje. Según IBSI World, el mercado mundial de educación en movilidad alcanzará los 37.800 millones de dólares en 2020 frente a los 9.500 millones con los que se pretende cerrar este 2015.

Statistic Id273960 Forecast Global Mobile Education Market Volume From 2011 To 2020
Evolución del mercado a nivel mundial de la educación en movilidad. Fuente: Statista.

Al mismo tiempo, las aplicaciones gratuitas seguirán experimentando un gran crecimiento en el número de descargas, frente al estancamiento de las de pago.

Y, según Luis von Ahn, fundador de Duolingo, "hay más personas aprendiendo activamente un lenguaje a través Duolingo que en todo el sistema de escuelas públicas de Estados Unidos".

La opción de utilizar el móvil como sistema de enseñanza es algo que ha venido, casi, de manera innata. Las personas somos cada vez más dependientes del móvil y lo utilizamos para casi todo. Sobre todo como manera de entretenernos durante los tiempos muertos.

Utilizando esto como recurso, Von Ahn, fundador de Duolingo, diseñó la aplicaciones para que fuera como un juego. Tiempo después, la compañía se ha dado cuenta de que muchos de sus usuarios sólo buscan una manera educativa de matar el tiempo. Algo que, además de ser útil, consigue, según Von Ahn, reducir el tiempo de aprendizaje de una lengua gracias a la gamificación.

La tecnología permite, además, que la educación sea más personalizada. ¿Cómo? Muchas de estas herramientas, además, aprenden del uso que les demos: es decir, si notan que la gramática es lo que más te interesa, te propondrán tareas y lecciones sobre esta materia, de manera que tendrás el beneficio de un profesor particular pero en la palma de tu mano. Y, por si fuera poco, podemos repetir un ejercicio las veces que necesitemos, sin sentirnos el último de la clase o sin aburrirnos cuando es algo que dominamos y el resto de los compañeros no.

Además, y como también ocurre con la introducción de las herramientas tecnológicas en las escuelas infantiles, la tecnología logra algo que no todos los profesores consiguen: que los estudiantes sean más activos y proactivos a la hora de aprender.

Y, dado su carácter ubicuo, no obliga a estar físicamente y a una hora determinada en un lugar (la clase) para poder aprender un idioma, sino que podremos hacerlo en el momento que mejor nos convenga, independientemente de dónde nos encontremos.

¿Puede la tecnología enseñar mejor que un profesor?

Desde hace años existe la controversia de si la tecnología es buena o no a la hora de introducirla en el sistema educativo, y el aprendizaje de un idioma no es ajeno a este tipo de polémicas. Y, sin embargo, es difícil encontrar una clase de idiomas en la que no utilice algún tipo de tecnología (un ordenador y un proyector) dado que en los últimos años, la tecnología ha sido utilizada tanto para ayudar como para mejorar el aprendizaje de idiomas.

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Además, algunas herramientas tecnológicas permiten a los profesores poder diferenciar el ritmo de aprendizaje y adaptar las actividades de clase y los deberes, mejorando la experiencia de aprendizaje de idiomas de todos los alumnos. Y, gracias a la tecnología, es posible impartir y asistir a programas de educación a distancia sin importar donde se viva, los recursos humanos y materiales disponibles para ellos.

Sin embargo, y pese a que la tecnología puede desempeñar un papel importante en apoyar y mejorar el aprendizaje de idiomas, "la eficacia de cualquier herramienta tecnológica depende de los conocimientos y la experiencia del profesor de idiomas, que gestiona y facilita el entorno de aprendizaje de idiomas", señala la American Council on the Teaching of Foreign Languages.

Los problemas de aprender idiomas por el móvil ya buscan una solución

Aunque no es achacable exclusivamente a las aplicaciones móviles, la constancia es una de las grandes barreras para que podamos decir que aprender idiomas es posible gracias a la tecnología.

Como cualquier otro método de autoaprendizaje, hay que ser muy constante y tener mucha fuerza de voluntad para imponerse una rutina a la hora de estudiar un idioma. Puede parecer una barrera psicológica, pero para muchos estudiantes, el haber desembolsado más de mil euros por un curso les “obliga” a asistir a las clases y a estudiar para aprenderlo, de manera que no sea un dinero malgastado.

Algo a lo que no pueden recurrir quienes deciden utilizar una aplicación móvil (¡y menos aún si es gratuita!) para aprender una lengua extranjera.

La falta de empatía de las máquinas es uno de los problemas más asociados a la utilización de tecnologías en muchos campos como "sustitutos" de las personas. En el caso de la enseñanza, se le achaca que una máquina puede no comprender por qué un estudiante no entiende determinada cuestión.

Además, aunque todos los idiomas tienen unas reglas por las que se rigen, lo cierto es que a la hora de hablarlo no siempre se utilizan las reglas gramáticas tal y como están descritas. Por eso también puede que no todos los estudiantes se sientan cómodos con el sistema de enseñanza que emplean estas aplicaciones: habrá quienes prefieran aprenderse un idioma desde el punto de vista de esas reglas gramáticas, mientras que para otros lo verdaderamente importante será interiorizarlo como si fuera nuestra lengua materna (con la que, años después de saber hablarla, estudiamos su gramatica y ortografía).

Frente a los títulos oficiales, como los de Cambridge o TOEFL, cada vez más empresas e instituciones avalan los test de nivel de plataformas alternativas como Duolingo

Por eso, herramientas como Duolingo, conscientes de que "a la gente le cuesta hablar con extraños, y más en otro idioma" están desarrollando un sistema de conversación que permita mantener un diálogo medio sofisticado con el ordenador, móvil o tableta.

Aunque el sistema de premios funciona correctamente en este tipo de herramientas, no contempla el “castigo” como motivación, aunque ésta sea una de las técnicas más ancestrales que existen a la hora de educar y formar. De hecho, el sistema de premios y castigos es complementario y es una de las herramientas que aconsejan los educadores, especialmente en la etapa infantil, para corregir conductas no adecuadas.

Otro de los grandes inconvenientes de las aplicaciones móviles para aprender un idioma es la soledad. Una lengua sirve, básicamente, para comunicarte con otras personas. Por eso, es vital utilizarla con otros humanos. De hecho, muchos consideran que no se domina realmente un idioma hasta que no se ha pasado un tiempo viviendo en un país que hable dicha lengua. Y los idiomas son una herramienta social por naturaleza, mientras que el móvil es una de las cosas más personales que puede existir.

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Adiós a los oligopolios de los idiomas

Pero, además, una de las opciones más potentes que están incorporando este tipo de aplicaciones para aprender idiomas desde el móvil es el hecho de que no sólo evalúan tu nivel de conocimientos, sino que esta certificación empieza a tener reconocimiento internacional y por parte de las empresas.

Como veíamos al principio, el trabajo es una de las razones que más nos llevan a aprender un idioma. De cara a presentar un CV o inscribirnos en una oferta de trabajo, no es lo mismo decir que tenemos un "nivel medio" de inglés (algo que, por cierto, asegura tener el 45 por ciento de los españoles que dicen saber inglés según la encuesta del INE mencionada antes) que presentar un First Certificate Exam.

Hasta ahora, se podía optar por dos tipos de certificados que avalan el conocimiento de las personas en el inglés. Quizá el más "respetado" son los que otorga la Universidad de Cambridge, a través del Cambridge English Language Assessment. De él dependen las certificaciones First Certificate (FCE), Advanced (CAE) y Proficiency (CPE). En los últimos apos se han incorporado más títulos oficiales para cubrir aspectos de negocios, legales o financieros. Aunque los precios dependen del centro examinador y del título que quieras obtener, rondan los 200 euros.

En el otro lado está el examen TOEFL, que depende de la institución americana ETS. En España, hay que pagar 245 dólares por cada examen que se quiera hacer.

Cuando uno recibe una de estar certificaciones, una entidad respetada y avalada a nivel internacional certifica que el alumno tiene unos conocimientos (básicos, avanzados o bilingües) de un determinado idioma. Por ejemplo: si quieres trabajar en el extranjero y no tienes una certificación del nivel Advanced, se te cerrarán automáticamente las puertas. ¿Por qué? Porque la gente confía en esa certificación y sabe que, quien la posee, tiene unos conocimientos del idioma que le permitirán trabajar y vivir con desenvoltura en un entorno anglosajón.

Por decirlo de alguna manera, estas certificaciones en idiomas funcionan como las tarjetas de pago: Visa, MasterCard, American...

Pero, al igual que en este terreno aparecieron nuevos jugadores (como PayPal), plataformas como Duolingo o Bussu ofrecen su propio sistema de evaluación y certificación del conocimiento del idioma. Duolingo te permite conseguir este certificado por unos 20 dólares (lo que supone su principal fuente de ingresos) y sin necesidad de tener que realizar la prueba en una fecha y centro determinado.

Sin embargo, como en el caso del sistema de pago, no todos reconocen el último sistema en llegar, aunque lo cierto es que en cada vez más sitios está avalado como reconocimiento a la destreza de un idioma.

En el caso de Duolingo, además, esta certificación es reconocida y válida por empresas de todo el mundo. Y, además, es capaz de generar un sistema de puntuación que está conforme a las reglas que establece el CEFR, el sistema europeo de evaluación de conocimiento de los idiomas.

Uno de los casos más ilustrativos es el hecho de que la prestigiosa Universidad de Harvard admite desde agosto una nota de 7,6 o más en el Centro de Certificación de Duolingo para aquellos alumnos no angloparlantes que quieran estudiar en sus aulas. Hasta ahora, los estudiantes tenían que presentar otro tipo de certificación más reglada.

Así pues, como en otras ocasiones, la tecnología está siendo un nuevo elemento disruptor en el aprendizaje de los idiomas.

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