Leasing de smartphones: entre la comodidad, el riesgo y el escaso ahorro

Leasing de smartphones: entre la comodidad, el riesgo y el escaso ahorro

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Leasing de smartphones: entre la comodidad, el riesgo y el escaso ahorro
Artículo actualizado en noviembre de 2017 con nuevos datos.

El pago a plazos se mueve entre la comodidad, la necesidad y el capricho puro y duro. Hay quien lo prefiere para no tener que hacer un gran desembolso inicial, quien necesita un smartphone (o el dispositivo que sea) de un precio que no puede pagar de golpe o quien simplemente por darse un capricho recurre a las financiaciones.

Pero cuando los operadores abrazaron el pago a plazos tras el fin de las subvenciones, llegó una vuelta de tuerca más: el leasing. Ahora ya no es que pago un teléfono en X plazos y me lo quedo, ahora pago X durante Y meses y pasado ese plazo devuelvo el teléfono. Yoigo lo implantó a principios de 2014, Movistar lo ofrece en una selección de smartphones y Apple ya lo lleva a cabo en EEUU. Pero ¿tiene sentido y sobre todo, es rentable acceder a un smartphone mediante un sistema de leasing?

De las subvenciones al leasing

2012 fue un año en el que las telecomunicaciones cambiaron bastante en España. Esos operadores que nos tenían acostumbrados al smartphone "gratis" decidieron de repente que se acabó aquello, quien quisiese un móvil nuevo que se lo pagase a plazos, eso sí, con permanencia. Detrás de aquella decisión había una razón obvia, el incremento del precio de los smartphones.

Los teléfonos que hasta entonces "regalaban" los operadores podían rondar los 200 euros (por poner una cifra aproximada), pero empezaron a popularizarse los Android de gama alta y los iPhones, cuyos precios eran mucho más elevados. Por mucho beneficio que dejasen en las compañías las tarifas, el modelo ya no era sostenible.

El leasing de Yoigo explicado fácilmente

Entonces se pasó al sistema de pago a plazos, en el que en la misma factura se suma una cantidad fija todos los meses. Y llegó la vuelta de tuerca de Yoigo en marzo de 2014. Pensaron que todavía sería mejor idea poner un pago final que aliviaría el pago inicial o el pago a plazos y que sería opcional. Acabada la permanencia el cliente tendría opción a:

a) Devolver el teléfono, ahorrarse el pago final y elegir un nuevo teléfono de quererlo (no es obligatorio).
b) Hacer ese pago final y quedarse con el teléfono.

Una opción curiosa que Vodafone también adaptó a su manera con su Nuevo cada año, que añadía una cuota mensual adicional al pago a plazos a cambio de que el usuario pudiese cambiar de teléfono cada año. Por cierto, Vodafone retiró esta opción probablemente por su escaso éxito, aunque Yoigo nunca ha dejado de recurrir al leasing, sobre todo en el caso de smartphones de gama alta.

Leasing: una herramienta útil para empresas

Pero antes de meternos a echar cuentas de la conveniencia o no de acogerse a un leasing, vamos a conocer en profundidad en qué consiste un leasing. El arrendamiento financiero (una de las formas de traducirlo al castellano) no es más que un contrato mediante el que el arrendador presta un bien (un teléfono en nuestro caso) al arrendatario, a cambio de una renta.

Al finalizar ese contrato existen varias opciones. Por un lado se puede extinguir el contrato, devolviéndose el bien prestado al arrendador, se puede prolongar el contrato o bien el arrendatario puede optar por quedarse con el bien definitivamente, a cambio de un precio que habrá sido pactado de antemano.

El leasing es una herramienta realmente útil para las empresas. Entre las ventajas de su uso está que las empresas pueden acceder a unos bienes o equipos sin tener que hacer grandes desembolsos (que podrían llevar a hacer ampliaciones de capital o a tensiones de tesorería), pudiendo renovarlos por nuevos y más modernos al acabar el contrato. Pero ¿es realmente útil el leasing para particulares?

¿Ahorro? Depende del pago final

Quien acceda a un leasing tiene que tener claro que lo hace para cambiar de móvil al final de la permanencia o del pago a plazos, caso en el que puede resultar rentable este sistema de acceso al terminal. Pero la rentabilidad de este método depende en gran parte del pago final, y lo vamos a ver con un claro ejemplo.

Leasing Yoigo

En la campaña de navidad de este año Yoigo tiene una oferta que seguramente le hará ganar un buen puñado de clientes: un Samsung Galaxy S8 por ocho euros al mes durante 24 meses, 192 euros en total que se convierten en 215,83 euros si sumamos los gastos de gestión de la financiación. Claro que ese no es el precio total, ya que habría que sumar otros 169 euros de pago final, por lo que la factura subiría a 384,83 euros.

El precio del smartphone libre en Amazon ronda los 560 euros, por lo que aún ejecutando ese pago final nos estaríamos ahorrando casi 200 euros. ¿Quién devolvería el smartphone tras dos años por no pagar esos 169 euros? Seguramente quien no lo tenga bien cuidado, aunque en ese caso el operador no lo admitirá de vuelta.

Leasing

Si el pago final fuese de 300 euros seguramente habría más devoluciones tras los dos años, porque se trata de un desembolso importante para hacer en un solo pago, pero el pago final más alto actualmente es el de 270 euros del iPhone X y claro, ahí ya estamos hablando de que durante los dos años ya hemos pagado más de 700 euros. Después de haber pagado todo ese dinero, ¿quién devolvería el iPhone X por ahorrarse 270 euros cuando probablemente sacaría mucho más en el mercado de segunda mano? El leasing está ahí, pero no ofrece grandes ventajas.

Siempre Nuevo de Movistar: hasta 268 euros por tu iPhone 8 usado

Movistar también tiene su leasing. En este caso se llama Siempre Nuevo y asegura un precio de recompra pasado un tiempo al adquirir ciertos smartphones, que se descuenta de las mensualidades a pagar. Uno de los ejemplos más recientes es el del iPhone 8 de 64 GB:

iPhone 8 64 GB

Pago a plazos

Pago total devolviendo el terminal

Valor recompra

Pago total quedándose el terminal

12 meses

50,03 euros

600,36 euros

268,07 euros o
68,49 euros x 4

868,43 euros o
874,32 euros

18 meses

38,03 euros

684,54 euros

208,41 euros o
53,25 euros x 4

892,95 euros o
897,54 euros

24 meses

29,99 euros

719,76 euros

200 euros o
51,10 euros x 4

919,76 euros o
924,16 euros

Lo que ocurre en el leasing de Yoigo se repite en el de Movistar, ¿268 euros por un iPhone 8 con un solo año de uso? En el mercado de segundo mano probablemente podríamos conseguir el doble. Al final con los leasing de los operadores se repite el caso de la venta de smartphones usados: si vamos a una tienda conseguiremos el dinero al acto, pero sabemos que si recurrimos a la venta entre particulares conseguiremos más beneficio, aunque no tan instantáneamente.

Conclusión: solo si eres cuidadoso y hay ahorro

Hemos sacado números, analizado posibilidades para cambiar de teléfono... Pero todavía habrá quien se lo piense. El leasing es una herramienta de gran utilidad para las empresas. Les permite renovar equipos para que estos no se queden desfasados y además no tienen que realizar grandes desembolsos, que podría desequilibrar sus cuentas. Para un particular, en cambio, las ventajas son más reducidas.

El leasing para particulares no es tan ventajoso como para las empresas y además tenemos que confiar en cuidar el smartphone mientras esté con nosotros

Para un usuario de a pie el leasing puede ser muy cómodo, porque me olvido de tener que andar buscando un comprador para mi teléfono viejo. Voy a la tienda, me recogen el viejo y me dan el nuevo. Se acabó. Eso puede atraer a muchos clientes que no busquen complicaciones, pero también pueden estar haciendo un muy mal negocio.

El leasing es atractivo primero si el ahorro que ofrece es alto, porque si me voy a ahorrar menos de 100 euros (como es muchas veces el caso en la oferta de Yoigo) me quedo con el teléfono y ya veré qué hago con él. Si se me plantea ahorrarme 300 euros, la cosa cambia. Y otro punto muy importante que no hemos tocado hasta ahora, los manazas.

Adiós teléfono adiós

Si no eres cuidadoso, si tus últimos teléfonos no te duran un abrir y cerrar de ojos ya sea porque te lo han robado, lo has perdido o se ha llevado más de un golpe mejor que no recurras al leasing, o al menos añádele un buen seguro. El operador te reclamará el teléfono entero y en buen estado y si no es así el leasing no te habrá valido de nada, tendrás que hacer el pago final.

La conclusión es esa: el leasing es cómodo y tentador, pero solo te merecerá la pena si cuidas con mimo los meses que te van a ceder el teléfono y si te supone un importante ahorro frente al pago a plazos habitual.

Foto | Flickr
En Xataka Móvil | Quiero comprarme un móvil y necesito pagarlo a plazos, ¿qué opciones tengo?

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