Uwe Rosenberg, cultivando juegos de mesa

Uwe Rosenberg, cultivando juegos de mesa
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Uwe Rosenberg es uno de esos grandes creadores de juegos de mesa capaces de trazar su propio estilo, de presentar mecánicas con marca de la casa. A lo largo de su trayectoria profesional lo ha demostrado en algunas de sus obras maestras, que se han convertido en referentes de esta época dorada que estamos viviendo.

Me quedó claro la primera vez que jugué una ronda de "Bohnanza", uno de sus primeros éxitos de ventas. No era el primer juego de negociaciones y pactos al que me enfrentaba, ni por supuesto el primero de cartas. Sin embargo, nunca había leído unas reglas en las que se prohibía cambiar el orden de las cartas en la mano. Esto es crucial a la hora de definir tu estrategia durante la partida, y el origen de los acuerdos a establecer con el resto de contrincantes.

Una pequeña genialidad, una nimiedad, que se le podría haber ocurrido a cualquiera pero que a nadie se le ocurrió antes. Bueno, quizás sí, pero nunca lo había visto en otro juego. Era un paso para lo que vendría. El nombre de Uwe quedó grabado en los anales de esta afición por una oda a la sencillez, a la supervivencia y al trabajo manual en el campo: "Agricola".

A día de hoy, Agricola sigue siendo mi mayor orgullo

Recuerdo cuando Pol Cors, fundador de Homoludicus, me comentó que había conseguido la licencia de Agricola. Hablaba con una pasión contagiosa del juego, que entenderá cualquiera que haya pasado por el sufrimiento de sacar adelante a tu pequeño grupo familiar, construido vallados, y tenido que cocinar a los animales que tanto había costado criar.

Notas sobre su vida

Nacido en 1970 en Aurich, norte de Alemania, vivió allí cultivando ("pun inteded") su afición a los juegos hasta comenzar la universidad. Cursó Estadística en Dortmund, zona en la que ahora reside y donde fundó su propia editorial lúdica con otros autores, Lookout Games.

Comparto con él otra afición aunque de diferente forma: el bádminton, aunque él prefiere más observar que jugar, a la inversa que en mi caso. Eso sí, ambos lo disfrutamos igual de poco, por las escasas retransmisiones a las que tiene acceso (y yo por mi torpeza natural y la dificultad de acceder a un pabellón cubierto).

Fue en Aurich, tierra de judías, donde Uwe se aficionó a los juegos. En sus primeros años hubo mucho ajedrez, juego al que reconoce que disfrutaba ganara o perdiera, aunque con el tiempo le pesó más lo que para él era una carencia: la falta de interacción social.

Para mi, los juegos deben ser ante todo juegos sociales - juegos festivos, pero también de tablero y cartas

Esa interacción y diálogo que no encontraba en el ajedrez los halló en los juegos de mesa y los juegos por correo. Así conoció a Hanno Girke, con el que fundó Lookout Games, y así empezó a inventar sus propios juegos.

Uwe y Hanno recibiendo el premio IGA por Agricola en 2008

Jugar al fútbol por correo, y dejar un legado

Mucho antes de que Rosenberg se dedicara a labrar metafóricamente la tierra con sus juegos, Rosenberg se aficionó a los florecientes juegos por correo. Sus primeras creaciones fueron juegos deportivos, en especial sobre fútbol, y que pudieran ser jugados por correo.

Reconocer que la idea para un juego no es buena... a veces me doy cuenta el mismo día que las tengo. En otros juegos me llevó hasta diez años darme cuenta de que realmente no tendría que haber seguido una de mis ideas

Fue en esta época donde empezó a germinar en Rosenberg la idea de no crear un simple juego, sino uno tan grande que quedara como legado vital. Fue leyendo a Milan Kundera sobre el concepto de inmortalidad en Goethe y Hemingway. La inmortalidad ya no está ligada de forma intrínseca a la creencia religiosa, hay otra más terrenal, en aquellos que viven tras su muerte en la memoria de los que le suceden. Rosenberg deseó ser inmortal a través de un juego: no un "simple" Juego del Año, sino un juego al que la gente siguiera jugando tras su muerte, un clásico imperecedero. Un "Agricola", un "Le Havre", un "Caverna".

A Rosenberg le fascina crear mecánicas. A veces se le ocurrían ideas mientras fregaba los platos, fantaseaba con un mecanismo sin importarle si la idea llevaba a algo práctico o no, sólo por el hecho de imaginar a un jugador tratando de seguir unas reglas así. A modo de ejemplo, en uno de estos momentos que no duró más de una hora nació la estructura básica de "Mamma Mia".

Hay mecanismos que no me divierten, pero por respeto a sus autores no los menciono: Cada juego es una razón para que la gente se siente junta alrededor de una mesa. Y eso es maravilloso.

Agricola

Fue a partir de 1995 cuando Rosenberg tomó contacto con la creación profesional de juegos. Peter Gehrmann, editor de juegos que supervisaría sus dos primeros juegos publicados, le habló de un pequeño juego de cartas que estaba empezando a popularizarse: "Magic". Este torbellino sacaperras dio origen a muchos otros juegos coleccionables, como los de "Pokemon" o "Yu-Gi-Oh", que seguirían copando las ventas de juegos de cartas hasta el principios del nuevo milenio.

Pero en el inicio de ese boom, Gehrmann le mostró la posibilidad de aprovechar la moda en su beneficio. Así surgieron "Bohnanza", "Bargain Hunter" o "Mamma Mia", y de repente se convirtió en creador profesional de juegos de cartas. La idea, sin embargo, de crear un clásico, seguía muy presente y nada de aquello satisfacía este deseo.

La invención de la Agricultura

En "Mamma Mia" (1999) había que hacer pizzas con cinco ingredientes. En "Babel" (2000), Uwe y Hagen Dorgathen nos presentaban cinco civilizaciones (sumerios, medas, persas, asirios e hititas). En "Límites" (2001) Uwe usó cinco colores. En "Bali" (2001) había sacerdotes, nobles, artistas, académicos y guerreros. Jugando a Caylus, juego crucial en la popularización de la mecánica de colocación de trabajadores, Uwe se preguntó... ¿es siempre cinco un buen número de opciones? En Caylus hay seis trabajadores, pero al principio de la partida con tres trabajadores es más que suficiente, y es sólo a medida que se avanza cuando se les puede sacar partido a tener tantos.

Hay mecanismos que me gustan más que los de colocación de trabajadores, pero aún no han sido inventados

¿Y si cinco (o cuatro, o seis) es un buen número a la larga, pero hay que ganárselos? Es decir, empezar con menos trabajadores y conseguirlos afrontando riesgos.

Cuando tu objetivo no es crear un juego, sino un legado, hay que dedicar meses a la investigación y desarrollo. Tener su propia editorial le permitió a Rosenberg disponer del tiempo necesario para sacar adelante un buen juego, aunque parte de ese tiempo sea debido a bloqueos o incluso descarte completo de las ideas iniciales. A "Agricola" le dedicó casi dos años completos, y para "Ora et labora" fueron tres.

Agricola

Con "Caylus" en mente, el primer prototipo de "Agricola" nació en 2005, y Uwe lo jugó, probó y disfrutó en modo solitario. A principios de 2006 Uwe estaba seguro de tener listo el proyecto, después de una buena batería de pruebas. Pero disfrutaba tanto con él que pasó el resto del año creando nuevas cartas, sólo por placer. Así "Agricola" creció no como estrategia comercial sino por la propia pasión que el autor tenía por su propio juego.

Fue a mediados de 2007 cuando Uwe dejó los lápices a un lado y se puso el gorro de editor, saliendo la primera copia de la imprenta en Septiembre.

Un consejo para nuevos creadores: Desarrolla juegos para divertirte, no para encontrar una editorial y no para ganar dinero. Un juego sólo será bueno cuando puedas disfrutarlo cien veces o más.

Y lo que nos queda de Uwe

Desde el comienzo no ha dejado de trabajar. Tras "Agricola" llegarían más maravillas. Su "Le Havre" apareció un año después, con méritos suficientes para grabar el nombre de Uwe en la historia de los juegos de mesa por sí mismo, eclipsado quizá por la grandeza de "Agricola", pero que ayudó sin duda a afianzar y confirmar su fama como creador.

"Caverna" (2013) recupera la tradición de "Agricola" para engrandecerlo aún más lo que parecía imposible, siendo su juego mejor valorado hasta el momento. En "Fields of Arle" (2014) vuelve a la temática rural para homenajear a su tierra natal, en un juego con toques autobiográficos. La lista sigue. No me cabe duda que aún nos quedan muchas reglas maravillosas en esmerados y mimados juegos con la firma de Uwe Rosenberg, cada vez con letras de mayor tamaño en la cubierta.

Imágenes | Uwe en BGG (y II)
Más información | BoardGameGeek (y II), Flaming Dice Reviews, Meeple Town

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