Samsung Galaxy Gear

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Ha sido uno de los lanzamientos más mediáticos de esta edición en IFA. Samsung Galaxy Gear, un dispositivo de muñeca que, conectado al teléfono, nos ahorra tener que sacarlo del bolsillo para realizar algunas tareas. Una idea que no es nueva y que muchos fabricantes han explorado. Sin embargo, quizá este dispositivo sea un punto de inflexión. Un pequeño paso para Samsung pero un gran paso para una categoría que todavía está buscando un referente. Quizá no lo sea el Samsung Galaxy Gear, pero su propuesta contribuye a elaborar las líneas. Definiendo una categoría que no existía Unos cuantos fabricantes han salido desde hace unos años detrás de la búsqueda de la creación de un reloj inteligente. Los únicos referentes los encontramos en los relojes que hemos llevado toda la vida y en la ciencia ficción con sus muchas y alocadas ideas. Hay que reconocer el empuje de todos los fabricantes, los grandes como Sony o Samsung, los pequeños como Pebble. Todos buscan lo mismo: ser esa referencia que defina un mercado y ser líderes. De momento ninguno se ha asentado, su presencia ha sido discreta y dejan ver tanto sus virtudes como sus carencias. Entre todos, van definiendo qué es y qué no es un reloj inteligente. En algunos puntos se ponen de acuerdo, como convertir el dispositivo en un centro de notificaciones conectado a un smartphone. Sin embargo, en otro sigue habiendo tiranteces y no queda claro cuál es el camino, o en plural también por supuesto. Pantallas a todo color, la tecnología Mirasol de Qualcomm, la ya clásica tinta electrónica… Aquí hay una disyuntiva todavía pero tampoco tiene que ser un problema, puede haber diferentes alternativas funcionando. Eso sí, en un reloj tiene más sentido algo que se consulte rápido y no consuma mucha batería. A día de hoy, se puede decir que el Samsung Galaxy Gear es el reloj más completo de todos: cámara, un ecosistema de aplicaciones potente… De hecho, la sensación que da es de ser un producto donde Samsung ha puesto bastante mimo pero ellos mismos son conscientes del riesgo que implica. Se han lanzado de lleno en una categoría, han aportado bastantes cosas y lo cierto es que sólo Samsung, y otros pocos, podrían haber hecho esto. Hablamos en términos de producción: crear un equipo así, darle forma y ponerlo a la venta. Es un riesgo, pero ya han dado el primer paso. Samsung aporta mucho a lo que ya había, pero estamos lejos todavía Creo, sinceramente, que esa es la gran aportación del Samsung Galaxy Gear: un montón de ideas y escenarios. Como aquella mente que en una lluvia de ideas aporta muchas cosas, ellos son capaces de pensarlas y sobretodo de verbalizarlas. No todos, como decíamos ahora, tienen esa capacidad. Personalmente todavía soy un poco escéptico con este tipo de gadgets y no creo que el día de mañana acabe llevando un Samsung Galaxy Gear, simplemente porque es inútil si no llevas un smartphone de los coreanos. Esto creo que penaliza bastante. Entiendo la posición proteccionista de Samsung pero de cara al consumidor termina siendo un problema. Dejando eso de lado, he visto ideas en el Samsung Galaxy Gear que me han gustado bastante, como por ejemplo leer rápidamente algunas notificaciones. Sin embargo, todavía hay muchos usos que dudo sean útiles: la cámara de fotos, la sincronización con Pocket… Todavía hay mucho camino que recorrer, y por supuesto probar el reloj en el día a día para ver si realmente dejo de meter tanto la mano en el bolsillo para ver notificaciones en el móvil. Samsung ha puesto muchas ideas sobre la mesa y seguro que más de un fabricante se anima a seguir trabajando en ella para terminar definiendo si al final sale un buen producto o no.

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