El riesgo de tanta tecnología en el coche: aumentar las distracciones

El riesgo de tanta tecnología en el coche: aumentar las distracciones
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Llevamos nuestro dispositivo de comunicación personal (casi cuesta trabajo seguir llamándolo teléfono a secas) a todas partes, y por supueso también en el coche. Además a día de hoy el interior de un coche se parece cada vez más a un mega-gadget, que a un coche propiamente dicho (pensemos en lo esencial, volante, cambio, instrumentos y algunos interruptores para equipamiento, y todo lo que al final trae un coche moderno).

En algunos modelos uno se encuentra con abrumadoras consolas repletas de botones o bien con diseños más simplificados con una pantalla táctil a color más o menos grande que engloba varias funciones, y que además es un sistema de conectividad multimedia para integrarse en mayor o menor medida con nuestro teléfono.

Peugeot 208 consola central con Peugeot connect

Conducir con seguridad es lo primordial

Pero claro, el interior de nuestro coche no es nuestra sala de estar, y en él la tarea principal que desarrollamos es conducir, tarea por cierto que no es nada fácil y requiere gran concentración, aunque con la experiencia y el día a día la tengamos muy automatizada y no nos lo parezca.

No solo se trata de gobernar la máquina, combinando con habilidad el manejo de la dirección, del acelerador, del freno, del cambio (en España mayoritariamente manual), controlar la velocidad, el régimen del motor, cambiar en el momento preciso y no gastar demasiado combustible, sino también de prestar atención a las condiciones del tráfico, de la carretera, de los otros vehículos, de los peatones, de la señalización, en esencia de la seguridad. Es mucha información que procesar, y muy poco tiempo para hacerlo.

Así que cuantas más funciones y tareas queramos añadir a la ya compleja de conducir, más complicado lo hacemos, y peor aún, más riesgo corremos de distraernos de lo primordial, conducir el coche, e insisto en esto porque tuitear o decir en facebook que vamos a no se dónde no lo es.

Hace años la radio era de las pocas distracciones que podíamos sufrir en el coche: eran esos momentos en los que uno se ofuscaba en encontrar su emisora de radio favorita, después de perderla por una mala recepción. Como la tecnología avanza, llegamos a los sistemas de búsqueda automática, presintonías y hasta mandos al volante.

Pero entonces poco después llegaron los teléfonos móviles, y lo que no nos distraíamos con la radio, ahora nos distraíamos con el teléfono: buscando un contacto en la agenda, realizando una llamada, charlando y hasta escribiendo un sms. Y todo esto implica dos cosas muy peligrosas: apartar la vista de la carretera durante unos instantes y ocupar una de nuestras manos en algo que no es ni el volante ni el cambio.

Coche después del choque

El 39% de los siniestros viales son debidos a distracciones

Llegados a este punto de la narración tal vez alguno de vosotros crea que esto puede parecer un poco exagerado, pero lamento tener que decir que no lo es. Hace un par de años ya se presentó algún estudio un poco preocupante que decía que en Estados Unidos el 25% de los accidentes estaba provocado por distracciones con el teléfono móvil.

Bien, de nuevo alguno podrá pensar que este dato está inflado, pero otra vez me temo que no lo está: el 39% de los siniestros viales están motivados por una distracción, y aunque parezca mentira, en España uno de cada tres conductores reconoce haber utilizado el teléfono móvil al volante (y eso los que lo reconocen, que habría que ver cuántos hay que no lo quieren reconocer).

De ahí por ejemplo que en varios países no se permita utilizar el teléfono móvil mientras se conduce si no es con un sistema manos libres. Pues aún así, todavía a día de hoy cuántas veces nos cruzamos por la carretera con gente que va con el teléfono pegado a la oreja.

De hecho es tan preocupante esto de las distracciones, que también se trabaja en desarrollar sistemas de reconocimiento facial que identifiquen cuándo el conductor se distrae, para hacer saltar una alarma, o activar otros sistemas de seguridad (distancia de seguridad, mantenimiento en carril, frenado automático).

Conducir y teléfono, mala combinación

'No pasa nada, si solo aparto la vista un segundo'

Esto es lo que dirían (y de hecho dicen) muchas personas para autoconvencerse de que no pasa nada y de que "controlan" la situación. Pero no se dan cuentan de que cuando apartan la vista de la calzada para ojear la pantalla del teléfono pasan muchas cosas. Muchas.

En autopista, cuando conducimos a 120 km/h, en un solo segundo nuestro coche avanza 33,3 metros. Por si alguien no visualiza esos más de 33 metros, es casi una piscina y media, o casi siete coches y medio puestos en fila.

Y en ciudad, circulando a 50 km/h, en un solo segundo recorremos 13,8 metros, lo que viene a medir un autobús, o unos tres coches puestos en fila. Pensad en todo lo que puede pasar en 13,8 metros: alcanzamos al coche que nos precede que había frenado, no vemos que alguien abre una puerta, hemos llegado al semáforo en rojo, o nos llevamos por delante a un niño que salió corriendo detrás de una pelota.

Algunos estudios han llegado a concluir que conducir y manejar un smartphone conlleva más riesgo vial que el consumo de alcoholo o cannabis al volante

Chevrolet MyLink

Propuestas de los fabricantes

De las primeras propuestas para reducir las distracciones provocadas por el teléfono fueron los sistemas de manos libres, primero con soportes para conectar físicamente el teléfono, después con conexión inalámbrica por bluetooth.

Pero los manos libres se quedaron rápido cortos en funciones comparados con las que ofrece el teléfono, y en especial un smartphone. ¿Qué han hecho entonces los fabricantes? Integrar en el coche sistemas que se comuniquen con nuestro teléfono y nos permitan utilizar ciertas funciones en mejores condiciones.

Nacieron así los que se pueden llamar sistemas de conectividad multimedia, y podemos citar diferentes ejemplos en múltiples marcas, con ciertas diferencias entre unos y otros, pero bastante similares al fin y al cabo. Ahí tenemos sistemas como BMW ConnectedDrive, Audi Connect, Ford Sync con MyFord Touch, Chevrolet MyLink, Renault R-Link, o Peugeot Connect, entre otros. Además de los "de fábrica", también podemos encontrar sistemas "como accesorio".

Renault R-Link

Consisten básicamente en mostrar en una pantalla del coche ciertas funciones del teléfono, como la agenda de contactos, los mensajes de texto, correo electrónico, twitter y facebook, archivos de música, navegador GPS, y hasta explorador de internet. En general los fabricantes suelen limitar las funciones disponibles a aquellas que realmente puedan ser útiles mientras conducimos.

En lo que respecta a visualización los sistemas más sencillos y económicos suelen utilizar pantallas monocromo pequeñas, en el cuadro de instrumentos o en la consola central, de unas cuatro pulgadas. Los sistemas más avanzados suelen optar por pantallas más grandes, a color, e incluso a veces táctiles, del orden de unas ocho pulgadas (y a veces más).

En algunos coches incluso se están utilizando sistemas de proyección sobre el parabrisas, o HUD (Head-Up Display).

El nivel de conectividad con el teléfono es diferente según lo que decida el fabricante. Algunos sistemas recurren a una conexión inalámbrica, otros a una conexión física. Pueden utilizar el protocolo MirrorLink, por el cual se replica la pantalla de nuestro teléfono en la del coche, pueden utilizar RSAP por bluetooth, gobernando el teléfono desde el coche y utilizando la antena del vehículo, o pueden utilizar simplemente bluetooth, para acceder a ciertos contenidos del teléfono.

Tesla Model S salpicadero y consola central táctil

Control por voz: la opción que menos distrae

Para manejar las funciones también hay diferentes propuestas. Los mandos suelen estar presentes en todas, ya sea en el propio volante, ya sea en la prolongación de la consola central, cerca de la palanca de cambio, a modo de rueda o joystick.

En algunos casos se elige que la pantalla que muestra los contenidos sea táctil y en otros se recurre también a un sistema de control por voz, que suele estar acompañado muchas veces de un sistema de lectura (text to speech).

No debemos olvidar que incluso con todos estos avances, hay una máxima que se debe cumplir cuando conducimos, sea como sea, y utilicemos las funciones que utilicemos, debemos mantener las dos manos al volante y la vista en la carretera.

He podido conducir diferentes modelos de coches nuevos con sistemas de conectividad multimedia de este tipo, de unos y otros fabricantes, cada cual con sus matices. Debo decir como conductor y usuario, no ajeno a tanto gadget, que el riesgo de distracción está ahí, e incluso es mayor.

Y es que a veces son muchas funciones. Me he encontrado con algunos sistemas demasiado completos y complejos, que requieren varias horas (y hasta días) de aprendizaje. Este es el primer problema de tener tanta tecnología en el coche. Y si su manejo es complejo es sin duda una fuente de distracción, pues el conductor no tiene claro cómo hacer tal cosa.

Mando Audi Connect

Tener una gran pantalla a color en el cuadro o en la consola central sigue obligando a apartar la vista durante unos instantes para ver dónde estamos y a qué función queremos ir. De nuevo una distracción peligrosa. Los sistemas HUD creo que serían una gran ventaja en este sentido, pues no hay que apartar la vista de la carretera. Cuando fueron inventados para la aviación sabían bien porqué lo hacían.

Que la pantalla sea táctil, o haya un mando para moverse por los menús, no termina de solucionar el problema de tener que mirar a la pantalla.

Y lo que como conductor más me convence, y creo que provoca menos distracción, es el control por voz. Es el sistema que realmente no requiere apartar ni la vista ni las manos.

Hace años el control por voz era testimonial, se reducía a un reconocimiento de voz y nos obligaba a entrenar a nuestro dispositivo, o a grabar una serie de palabras con nuestra voz.

Ahora han mejorado mucho y sin entrenamiento previo reconocen con gran certeza los comandos que le ordenamos al sistema. Visto ya en teléfonos móviles de cierta potencia, creo que la solución más adecuada que irá imponiéndose es el asistente vocal. Para coches, Nuance ya está trabajando en algo así, Dragon Drive, aunque no son los únicos.

Cámara en el coche

Es decir, poder hablar con nuestro coche de manera natural, sin tener que saber cuáles son los comandos, y simplemente pedirle que realice tal o cual función. En lugar de decirle Teléfono/María/Móvil, decirle llama al móvil de María, o envía un sms a Carlos y dile que estoy todavía en el coche metido en un atasco.

Y claro, nuestro coche tiene que respondernos y hablarnos. Leernos lo que no podemos mirar en la pantalla, o el texto de un mensaje o correo (y esto también se está empezando a ofrecer ya, aunque todavía pueda mejorar un poco).

Y aun así, con el mejor control por voz y un coche que nos hable, no debemos olvidar que hablar mientras conducimos reduce nuestra capacidad visual y de atención, por lo que aun con todo, no es extraño que en Estados Unidos estén pensando en un sistema que bloquee automáticamente ciertas funciones del teléfono mientras se conduce, para evitar distracciones.

Claro que también podría conducir el coche por sí solo y nosotros dedicarnos a otras cosas...

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