'Mad Men' y por qué todo el mundo está obsesionado con su final

'Mad Men' y por qué todo el mundo está obsesionado con su final

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'Mad Men' y por qué todo el mundo está obsesionado con su final

'Mad Men' comienza su última tanda de capítulos en AMC, y en Canal+ en España, y las webs y blogs televisivos (y de tendencias) se lleban de artículos despidiendo una de las series más importantes de los últimos años. Desde su estreno, en agosto de 2007, 'Mad Men' ganó cuatro Emmys consecutivos al mejor drama y redefinió esta edad de oro de la ficción televisiva en la que vivimos actualmente.

Pero, tal vez, quienes no hayáis seguido muy de cerca la serie, o no hayáis tenido oportunidad de verla todavía, os preguntéis a qué viene tanto jaleo con el cierre de 'Mad Men'. Es verdad que es un jaleo relativo, que no está al nivel de la obsesión casi patológica que acompañó el final de 'Breaking Bad', pero sí que se nota que los fans, y los críticos, de la serie creada por Matthew Weiner tienen ganas de decirle adiós de la mejor manera posible. ¿Qué tiene 'Mad Men' para merecer toda esta atención en sus últimos episodios?

'Mad Men' y AMC, la serie que hizo una cadena

Uno de los aspectos más interesantes de 'Mad Men' es cómo su éxito crítico inicial fue más que suficiente para situar en el mapa a una cadena de cable básico conocida hasta entonces más por su ciclo de películas de terror en Halloween, el Fearfest, que por otra cosa. AMC se estrenaba en la producción propia de series en el verano de 2007, un año después del final de 'Los Soprano' y sin que la todopoderosa HBO encontrara otra serie que pudiera llenar su hueco.

Madmen S1

Ese "vacío de poder", como quien dice, lo aprovechó AMC con la creación de, precisamente, un ex guionista de 'Los Soprano', Matthew Weiner, que le había presentado inicialmente el proyecto a HBO, sin suerte, y que había acabado en un canal que quería construirse una imagen de marca diferenciada de sus competidores a través de sus series propias (justo lo mismo que HBO había hecho a finales de los 90). Weiner tuvo total libertad y control creativos para poner en pie su serie, lanzando una nueva era en lo que se consideran ahora "series de autor".

De hecho, ese éxito inmediato de AMC, tanto con 'Mad Men' como con 'Breaking Bad', llevó a que cada vez más cadenas se atrevieran a probar con la ficción de producción propia, buscando esa serie que las coloque a la altura de las HBO, Showtime, FX o Netflix, que ha sido el caso más reciente de relevancia gracias a una serie que consigue atraer la atención de los críticos y del zeitgeist, el clima popular. En su caso, son dos, 'House of Cards' y 'Orange is the new black', y puede decirse que, si AMC representa la evolución del modelo de HBO, Netflix representa una nueva revolución que merece un post aparte.

¿Quién es Don Draper?

'Mad Men' se inicia contándonos quién es Don Draper, la gran estrella de las agencias publicitarias de la neoyorquina Madison Avenue en 1960. Los hombres que trabajaban allí se consideraban los mejores entre los mejores, se creían con derecho a tener todo lo que quisieran y se sabían viviendo el Sueño Americano. Draper, desde luego, lo encarna perfectamente porque es, literalmente, un hombre hecho a sí mismo que se reinventa desde unos orígenes muy humildes hasta ser todo un triunfador.

Don Draper representa el Sueño Americano del hombre que se hace a sí mismo y consigue triunfar desde la nada

Pero Draper, como el propio Sueño Americano, guarda secretos y un lado oscuro y conflictivo que van aflorando poco a poco. 'Mad Men' es, en gran parte, la crónica de cómo su protagonista va cayendo poco a poco desde la cima, cómo los tiempos empiezan a cambiar a toda velocidad y él no es capaz de adaptarse al mismo ritmo. Llega un punto en el que ya no puede seguir viviendo de su encanto superficial y sus ideas felices cuando le vende una campaña al cliente. Y el inicio de su declive está marcado por el ascenso de una nueva generación, representada en Peggy Olson.

Si Draper lanzó a la fama a un entonces desconocido actor como Jon Hamm, Peggy hizo lo mismo con Elisabeth Moss, que llevaba trabajando como actriz desde niña (hasta fue la hija del presidente Bartlett en 'El ala oeste de la Casa Blanca'), pero que no consiguió un verdadero reconocimiento hasta que llegó 'Mad Men'. La serie es, en buna parte, la historia de su aprendizaje y evolución desde la tímida secretaria de la primera temporada a la experimentada publicitaria de la séptima, viviendo además todos los pasos de la liberación de la mujer durante los 60.

La serie es sus personajes

Madmen Caras

Una de las críticas más habituales a 'Mad Men' es que en ella no pasa nada, que es muy lenta y que está a veces más interesada en mostrarnos a Don fumando y mirando por la ventana, buscando darle un toque trascendental, que en contar una historia interesante. En esta serie, la historia son sus personajes, está en ir descubriendo nuevas capas de Don y en ver cómo se resiste a dejar de ser el epítome de aquella vida perfecta americana que se vendía en los 50, o en seguir la lucha de Joan por ser respetada y valorada por su trabajo y por quién es, no por cómo se viste o por sus curvas.

Conforme la serie ha ido avanzando, sus personajes femeninos han ido ganando más importancia, desde las aspiraciones laborales de Peggy al crecimiento de Sally como una adolescente que se rebela contra su madre, una Betty que se siente atrapada en esa misma imagen de perfección del Sueño Americano de los 50, que la condena a no ser más que un accesorio bonito y con clase del brazo de su marido. Betty, Peggy, Joan y Megan (que es quien mejor representa la revolución social de finales de los 60) han ido ganando en importancia a los hombres de la serie, que se quedan como fósiles de otra era.

Si 'Los Soprano' era el estándar por el que se medían todas las series de principios de los 2000, 'Mad Men' estableció una evolución en ese estándar. Es una serie en la que la forma (la ambientación de la época, la fotografía, la manera en la que se componen los planos) es tan importante como el fondo, en la que Don Draper redefinió el concepto de antihéroe de Tony Soprano y que, aunque no lo parezca desde fuera, tiene también mucho sentido del humor (que en un determinado momento involucró una cortadora de césped en la oficina). La televisión no volverá a ser igual cuando 'Mad Men' termine.

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