Cómo DC ha conseguido que dejásemos de reírnos de Aquaman

Cómo DC ha conseguido que dejásemos de reírnos de Aquaman

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Cómo DC ha conseguido que dejásemos de reírnos de Aquaman

Aquaman. Pensadlo bien... ya el nombre da un poco de risa. Como si aplicaran el todo vale en el branding "loquesea-man" tan afincado en el género de superhéroes. Un rubiales vestido de verde y naranja (o dorado, depende de la era) con superpoderes "estándar" cuya habilidad diferenciadora es que puede "hablar con los peces".

En realidad da igual que este poder sea una especie de telepatía con el que puede controlar todo animal marino, lo cual a mí siempre me ha parecido grandioso. Para generaciones y generaciones de personas, esto se ha simplificado a "hablar con peces" con un tono de burla a veces doloroso.

Porque Aquaman es, probablemente de entre los superhéroes principales de DC, el más ninguneado y el que más chanzas ha recibido en su historia, a veces incluso por parte de sus mismos compañeros de la Liga de la Justicia. Razón por la cual desde DC y Warner han intentado que nos lo tomemos más en serio... y si la nueva peli no lo hace (dentro de su tono más ligero) no sé qué lo conseguirá.

El rubito ese que habla con peces

Aquaman Origin

Una percepción que probablemente venga de las primeras incursiones del superhéroe creado por Paul Norris y Mort Weisinger en el mundo de la animación. En los años 60 Hanna-Barbera encadenó dos series de dibujos animados: 'Aquaman' y 'Super Friends'.

Es sobre todo en esta última donde Aquaman se "ganó" la reputación de un héroe de habilidades limitadas al ser solo realmente útil cuando las tramas transcurrían bajo el agua. Eso cuando no acababa hipnotizado por el villano de turno.

De hecho, esta versión de los Super Amigos es tan icónica en la cultura popular estadounidense que es el referente por antonomasia en sátiras y chistes recurrentes de comedias tan importantes como 'Padre de Familia' ('Family Guy')...

...o 'Robot Chicken' en sus gloriosos especiales de DC (y, bueno, siempre que pueden).

Incluso, y este vídeo es uno de mis favoritos, protagonizó un crossover con las Supernenas ('Powerpuff Girls') para un corto promocional de Cartoon Network.

La burla en torno a cómo el poder de Aquaman es hablar con los peces ha sido incluso usada en las propias películas de DC. Mismamente en 'Liga de la Justicia' hay cierta broma que Jason Momoa, intérprete del personaje, quiso que se eliminase del montaje final.

Arrancando una mano a Aquaman para que mole

Aquaman Missing Hand Display

En algún momento de la historia reciente, alguien en algún despacho debió decidir que el Aquaman de la edad de oro (y la de plata) del cómic norteamericano era un cursi y, comenzando con Crisis y continuando en los años 90 se empezó a remodelar al superhéroe para hacer "que mole".

Al igual que con la mayoría de los superhéroes de DC, mediados de los ochenta implicó la reescritura de los orígenes y del entorno de Aquaman, más acorde a los nuevos tiempos y tendencias. Sin embargo, no sería hasta mediados de la década de los 90 cuando el personaje sufrió un cambio radical gracias a Peter David.

Contagiado por la tendencia de las tranformaciones extremas de superhéroes y supervillanos para hacerlos más "atractivos" a los nuevos lectores, Peter David inició en 1994 una etapa al frente de una nueva serie de 'Aquaman' en la que presentaba a Orin/Arthur aislado del mundo tras conocer la verdad sobre sus orígenes (vistos en 'Time & Tide').

Su aspecto "de toda la vida" impoluto daba paso a uno desaliñado y huraño. Justo cuando vuelve a la acción, seremos testigos de cómo pierde la mano izquierda, que será sustituida por un arpón. Aunque siempre se ha sospechado que este cambio fue motivado desde arriba, Peter David asegura que fue su idea:

Aquaman 2 2

Aquaman tenía una reputación de ser un peso pluma en ventas, tanto que cuando se anunció que iba a escribir la serie la respuesta no fue "¡Oh, vaya, estamos ansiosos por ver a Peter David escribir Aquaman!", sino "Puff, ¿por qué Peter David desperdicia su tiempo en ese perdedor submarino?". Con esa reputación tan negativa, tenía que hacer algo extremadamente drástico solo para hacer que la gente lo pruebe.

Los lectores que "picaron" con lo de la mano se quedaron porque la etapa de Peter David (de unos cincuenta números si contamos la miniserie previa) es un ejemplo perfecto de cómo coger a un personaje mediocre y hacerlo muy interesante.

Entrado ya el siglo XXI ya empezaba a ser un héroe a tomar en serio con muestras como 'American Tidal', la magnífica historia del hundimiento de San Diego escrita por Will Pfeifer. Pero, como parte de los malditos eventos, Aquaman sufriría una transformación en una entidad mística marina.

Llega el nuevo arquitecto y película a la vista

Aquaman Trench

Como (casi) todo buen superhéroe, Aquaman muere. Y Aquaman resucita. Concretamente esto último de la mano de Geoff Johns, el gran arquitecto de la DC del siglo XXI. Johns resucitaría al rey de Atlantis tras los eventos de 'Blackest Knight' y exploraría las consecuencias de sus ausencia en los años siguientes (Nuevos 52), expandiendo su "mitología" y reforzando la figura de Curry como un héroe dividido entre Atlantis y su vida "continental".

En esa época Johns ya era figura clave en DC Entertainment y, por tanto, responsable en parte del "Universo extendido" mostrado en las películas. No solo eso, ya que su etapa en 'Aquaman' es influyente en la película, según declaró su productor Peter Safran:

"La versión de Los nuevos 52 de Aquaman ha sido nuestro objetivo y punto de partida. Y aunque la película no es una adaptación directa de ello, en términos de origen, quién es, que es hijo de Tom Curry y Atlanna, quién es Orm, etc. Todo esto viene de los Nuevos 52. Y ciertamente hay criaturas como la Fosa. Esa es nuestra mayor influencia"

El plan de ruta con las adaptaciones de sus superhéroes está claro: "oscuridad", seriedad, búsqueda de la épica y la iconicidad. De ahí, en parte, que en vez de a Leonardo DiCaprio, tengamos a Jason Momoa. Puede que no se parezca en nada al "Aquaman clásico", pero desde luego no puedes arriesgarte a reírte de él del sopapo que te mete.

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