El lanzamiento de la nueva funda para los iPhone 6 y 6s ha sido recibida con una andanada de críticas por parte de los usuarios de los dispositivos de la firma, pero no es el único tropiezo que han tenido últimamente en un área que parecían tener bajo control como es el diseño industrial de sus productos.
¿Qué está ocurriendo en Apple? Las últimas decisiones de diseño en algunos de sus productos no parecen tener el acierto del pasado. Teniendo en cuenta que la empresa de Cupertino precisamente destacaba por este apartado, resulta inevitable no plantear un debate sobre el futuro del diseño de unos productos que podrían perjudicar de forma sensible las futuras ventas de la compañía.
Una carcasa peculiar
La Smart Battery Case que se presentó ayer es la gota que para muchos colmaba el vaso. En los comentarios de Applesfera leíamos cómo los usuarios bromeaban sobre el aspecto de un accesorio que parecía ideado por los enemigos de Apple para reírse de ella en el día de los Santos Inocentes, pero no era así: el producto ha sido lanzado realmente por Apple.
El problema no reside en la función que cumple esa funda para los iPhone 6 y 6s, a los que algunos usuarios criticaban ser demasiado finos y comprometer por ello la autonomía de la batería. Ya existían alternativas en el mercado para dotar a estos smartphones de baterías auxiliares -Mophie lleva años liderando ese sector- pero en Apple han quedido plantear una solución llamativa que para muchos de nosotros comete el error que Apple ha venido cometiendo en otros ámbitos: el de supeditarlo todo al diseño.
Algunos creen que ese curioso diseño de la carcasa se debe a la decisión de Apple de plantear ideas distintas a las que precisamente Mophie suele ofrecer en sus carcasas con batería integrada. Esta empresa cuenta con diversas patentes con las que quizás Apple no querría lidiar, así que los diseñadores de Cupertino prefirieron integrar esa batería con ese formato "joroba" que tanta polémica ha generado.
Mandos, ratones, lápices e incluso portátiles conflictivos
Los mandos de la nueva versión del Apple TV también parecen haber provocado agrias críticas por parte de los usuarios. El nuevo y pequeño mando de control con touchpad integrado es funcionalmente interesante, pero en su diseño Apple cometió al menos dos errores.
El primero de ellos, utilizar el cristal como material clave del diseño. Varios usuarios se han quejado de que será mejor que no perdáis de vista ese mando, porque como se os caiga hay muchas posibilidades de que esa parte del mando se quiebre. En Apple ofrecen una solución, no obstante: comprar una correa (por 15 euros) que imita a la de los Wiimotes y que cumple precisamente con el mismo objetivo cuando utilizamos el mando del Apple TV para jugar.
El segundo, el de no diferenciar claramente cómo coger el mando, lo que hace que los usuarios se confundan antes de utilizarlo y por ejemplo toquen involuntariamente la superficie del touchpad provocando así potenciales interrupciones durante la reproducción de los contenidos. Algunos usuarios han acudido a una solución de andar por casa: colocar una coma en uno de los extremos para tener un rápido indicador táctil de cuál es el extremo en el que no está el touchpad.
También está la decisión de cargar el nuevo Magic Mouse 2 por la parte inferior, algo que hace que sea casi imposible utilizarlo mientras tenemos que cargarlo. Aunque disponer de baterías recargables en estos nuevos accesorios de Apple es una ventaja importante para muchos usuarios, ese problema ha hecho que de nuevo hayan saltado las alarmas. ¿Cómo es posible que una empresa tan enfocada en el diseño como Apple no haya pensado en esto?
Algo parecido sucedía con el Apple Pencil, un producto que la crítica ha calificado como destacable en casi todo, pero que se carga conectándolo al iPad Pro mediante el puerto Lightning integrado precisamente en uno de los extremos del lápiz. La decisión de diseño parece curiosa y llamativa sobre el papel (y nunca mejor dicho), pero una vez comprende que al usarla el lápiz queda "clavado" en uno de los laterales de esa forma tan extraña parece claro que la decisión de Apple en este sentido también es discutible.
Esas decisiones de diseño también afectan a equipos nuevos y ya veteranos. Muchos siguen criticando la posición de los conectores del iMac en la parte trasera y la decisión de no integrar puertos USB-C en los nuevos modelos. Teniendo en cuenta que éstos son reversibles, eso haría mucho más fácil el uso de estos conectores con todo tipo de futuros periféricos. Las quejas también afectan al MacBook que sorprendía por su ligereza y delgadez pero no lo hacía tanto por la decisión de integrar un solo puerto USB-C. ¿Por qué esa racanería Apple? ¿Por qué no integrar al menos dos?
¿Está Apple descuidando el diseño de sus productos?
Son demasiados ejemplos de problemas evidentes -sin hablar de la protrusión de las cámaras en los iPhone 6/Plus y 6s/Plus, algo que es un problema también patente entre otros fabricanes- como para desestimar la cuestión rápidamente. Cierto que ninguno de estos problemas es realmente grave, pero cada uno de ellos hace que uno se plantee dudas en un área en el que precisamente Apple no solía ofrecer puntos débiles.
De hecho uno no puede evitar pensar en esa obsesión que Steve Jobs solía tener por los detalles y sobre todo por la experiencia de usuario. En una ocasión, contaba su biógrafo, Steve tuvo a su equipo media hora debatiendo sobre el tono de gris que debían tener las señales que se colocaban en los servicios de sus tiendas físicas. Y ese era tan solo uno de los ejemplos de esa obsesión.
En Apple parecen haber olvidado que esa obsesión por el detalle ha sido una de las claves por las que sus productos han logrado llegar a donde están. La última hornada de problemas hace imposible no reflexionar sobre el futuro del diseño en Apple, un apartado que condiciona cada paso que da la compañía pero que al hacerlo debe ser tomado más en cuenta que nunca.
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